-Poema para el limpiabotas- (C. Bukowsky)Pablo Ibáñez escribió:Luis escribió:
"Seguramente cuando surgió Bukowsky, los más puristas se escandalizaron... pero hoy en día casi nadie duda que es uno de los más grandes e innovadores poetas que han existido."
Luis, yo debo ser de esos pocos . A mí Bukowsky siempre me ha parecido un chapucero y un farsante. Para mí no tiene capacidad ni para escandalizar. Y no me tengo por purista. El Nobel de Dylan, por ejemplo, me parece una de las mejores noticias en lo que va de siglo.
Un abrazo.
Equilibrio es el que mantienen los caracoles que trepan
por los acantilados de Santa Mónica;
Suerte es bajar andando la Western Avenue
y que las chicas de una sala de masajes
te griten, "Hola cariño".
El milagro es tener cinco mujeres enamoradas de ti
a los 55 años,
y lo bueno es que sólo puedas
amar a una de ellas.
El regalo es tener una hija más buena
que tú, con una sonrisa mejor que la tuya.
La calma te la da conducir un
Volkswagen azul del 67 a través de las calles
como un adolescente, escuchando
-El anfitrión que más te quiere- en la radio,
disfrutando del sol, disfrutando del fuerte zumbido
de un motor reconstruido
mientras serpenteas en el tráfico.
La bendición es que te guste la música rock,
la música clásica, el jazz...
Todo lo que contenga la energía original
del placer.
Y la probabilidad que retorna
es la tristeza profunda por debajo
de ti, por encima de ti
entre paredes como guillotinas
furioso por el teléfono que suena
o los pasos de alguien que pasa;
pero la otra probabilidad
(el extremo melodioso que siempre viene a continuación)
hace que la cajera del
supermercado se parezca a
Marilyn,
a Jackie antes de que acabaran con su amante de Harvard
a la chica del Instituto a la que todos
seguíamos hasta su casa.
Está lo que te ayuda a creer
en algo más aparte de la muerte:
alguien que se acerca en un coche
por una calle demasiado estrecha
y se corre a un lado para dejarte pasar,
o el viejo boxeador Beau Jack
limpiando zapatos
después de derrochar todo el fajo de billetes
en fiestas,
en mujeres,
en parásitos,
tarareando,
respirando sobre el cuero
dándole al trapo,
levantando los ojos y diciendo:
"¡Que chingados!. Lo disfruté una temporada
que me quiten
lo bailado".
Algunas veces soy amargo
pero en general el sabor ha sido
dulce, sólo que no me he atrevido
a decirlo. Es como
cuando tu mujer te dice:
"Dime que me quieres" y tú
no puedes.
Si me ves sonreír en
mi Volkswagen azul
pasándome un semáforo en ámbar
conduciendo rumbo al sol
es que estoy atrapado en
los brazos de una
vida loca
pensando en los artistas del trapecio
en los enanos con grandes puros
en un invierno ruso a principios de los años ´40,
en Chopin, con su bagaje de tierra polaca
en una vieja camarera que me trae una
taza extra de café y
se ríe mientras lo hace.
Lo mejor de ti
me gusta más de lo que crees
los demás no cuentan
a no ser porque tienen dedos y cabezas
y algunos tienen ojos
y la mayoría tienen piernas
y todos ellos
tienen sueños buenos y malos
y un camino por recorrer.
La justicia está en todas partes y funciona
y las ametralladoras y los billetes
y los cercos
lo demuestran.
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Pablo, ¿este poema lo puede escribir un "farsante" cualquiera..?. Pero yo te entiendo, son gustos ...a mí Neruda me resulta infumable... . Un abrazo amigo.
pd: yo el nobel se lo hubiera dado antes a L. Cohen que a Dylan (aunque me encanta su música)