Editorial Alaire

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo de Silvia.

Muchas gracias compañero
Abrazos

Hermoso trabajo, amiga Silvia.
Abrazos.

Pocos títulos de canciones de los Beatles tan ciertas como la que interpretó ese músico callejero que tan profundamente te inspiró...

No deja de sorprenderme la calidad y la valentía de algunos de esos músicos que lanzan su talento a las, en muchas ocasiones, inhóspitas calles. Lo que sucede con los músicos callejeros es muy curioso... No importa cuan buenos o talentosos sean, prácticamente ningún transeúnte se parará a disfrutar del espectáculo. Hace ya tiempo el gran violinista Joshua Bell estuvo tocando durante más de 40 minutos en una estación de metro de Washington DC. Interpretó a Bach y a otros compositores de forma espectacular. Al parecer la noche anterior había llenado una sala de conciertos con entradas a muchos cientos de dólares... En la estación de metro prácticamente no se detuvo nadie a escucharlo. Una de las conclusiones más impactantes del experimento fue la siguiente: "Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿Qué otras cosas nos estaremos perdiendo?"

Un placer la lectura. Un cordial saludo.

Qué hermoso Silvia...transporta, es como beber de ese flechazo que se produce en una estación, lugar mágico, punto de partida y salida, de encuentro y momentos infinitos.
Un beso

Muy hermoso poema, Silvia. Mis felicitaciones y cordial saludo, compañera.

Rafel Calle escribió:Hermoso trabajo, amiga Silvia.
Abrazos.

Muchas gracias compañero.
Más abrazos.

enrique sanmol escribió:Pocos títulos de canciones de los Beatles tan ciertas como la que interpretó ese músico callejero que tan profundamente te inspiró...

No deja de sorprenderme la calidad y la valentía de algunos de esos músicos que lanzan su talento a las, en muchas ocasiones, inhóspitas calles. Lo que sucede con los músicos callejeros es muy curioso... No importa cuan buenos o talentosos sean, prácticamente ningún transeúnte se parará a disfrutar del espectáculo. Hace ya tiempo el gran violinista Joshua Bell estuvo tocando durante más de 40 minutos en una estación de metro de Washington DC. Interpretó a Bach y a otros compositores de forma espectacular. Al parecer la noche anterior había llenado una sala de conciertos con entradas a muchos cientos de dólares... En la estación de metro prácticamente no se detuvo nadie a escucharlo. Una de las conclusiones más impactantes del experimento fue la siguiente: "Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿Qué otras cosas nos estaremos perdiendo?"

Un placer la lectura. Un cordial saludo.

Me has sorprendido compañero.
Mil gracias por detenerte.
Un abrazo fuerte.

Ventura Morón escribió:Qué hermoso Silvia...transporta, es como beber de ese flechazo que se produce en una estación, lugar mágico, punto de partida y salida, de encuentro y momentos infinitos.
Un beso

Muchas gracias. Me alegra que te guste.
Abrazos.