Editorial Alaire

Carmen López escribió:Precioso Hallie, pero, discrepo contigo. H siempre tendrá voz, es la voz misma del género humano, allí, callada, constatando gota a gota la inquebrantable fe del corazón, su silencio es una voz clara, purísima,diamantina.
Bello y original formato que me ha encantado leer.

Un abrazote grande.

Carmen

Ignacio Mincholed escribió:Muy bello. Felicidades Hallie.

Un abrazo.
Ignacio

Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Ya no creía; había dejado de merendar algas en los riesgos del charco; se había liberado de algunas letras magnas, sudorosas, invalidadas por la corona del tiempo. H solía decir que sus protones eran imaginario de él arropado con el sol de los planetas, que las ideas serían alguna vez un acampado de colorines donde vivir la polisemia de los besos, que los genes asertarían hasta quedarse en el aliento naranja, en aquellos sillones blancos del primer día en la memoria.
H, lesa en los acrílicos, en las vendettas, en los trofeos del hambre.
Ya no creía; los sentidos traicionaban la estirpe virginal, los arcanos, el hondo instinto de las ninfas.

Ella sin manos, sin voz, sin armas
en las moradas luces
en las pequeñas muertes de abril.

.

Josefa A. Sánchez escribió:La primavera se empeña en resucitarnos desde el fondo de la tierra, a veces, a pesar nuestro. Me ha gustado tu poema, tan recogidito y bien dispuesto.
Un abrazo.
Pepa

Gerardo Mont escribió:Hallie como te he dicho muchas veces, te mueves en otro plano, donde la creatividad y el sentimiento se funden y surge la belleza - a veces - sangrante, pero siempre profundamente humana. H es Hallie y es el Hombre (la especie), rendidos y sin embargo levantándose para alcanzar sus propios horizontes...Al leerte uno se siente transitando esos caminos del sentimiento y de la mente.
Aplausos y un gran abrazo amiga.

Ramón Castro Méndez escribió:

Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Ya no creía; había dejado de merendar algas en los riesgos del charco; se había liberado de algunas letras magnas, sudorosas, invalidadas por la corona del tiempo. H solía decir que sus protones eran imaginario de él arropado con el sol de los planetas, que las ideas serían alguna vez un acampado de colorines donde vivir la polisemia de los besos, que los genes asertarían hasta quedarse en el aliento naranja, en aquellos sillones blancos del primer día en la memoria.
H, lesa en los acrílicos, en las vendettas, en los trofeos del hambre.
Ya no creía; los sentidos traicionaban la estirpe virginal, los arcanos, el hondo instinto de las ninfas.

Ella sin manos, sin voz, sin armas
en las moradas luces
en las pequeñas muertes de abril.

.

Aplaudo las grandes letras para esas pequeñas muertes de abril.

Saludos.

Luis Muñiz M. escribió:Cuando leo algo que mezcla y conjuga tan altas dosis de creatividad y de sensibilidad como esta obra, automáticamente me felicito a mí mismo por haberlo encontrado, y por supuesto aplaudo al autor por el resto del trabajo, jeje
Precioso de verdad, Hallie. Mis aplausos amiga. Un abrazo.