Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
¿Más? Pero, ¿cómo?, ¿cómo más si me has llenado el corazón?Concha Vidal escribió:Mira Ventura, tienes unas metáforas tan .. no sé, tan eso, que me hacen sentir todos tus poemas como si fueran parte de mi vida. Lo veo, los siento.
Y me gustan ¿más?
Pues no, No queda más
Abrazos marinos, eso sí.
F. Enrique escribió:Creo que cuando se escribe de Lorca todo se tiñe de poesía, aquí, Ventura, dejas tu homenaje que está impregnado de la belleza y el misterio que acompañan a nuestro poeta. Te felicito por estos versos que surgen del alma y transmiten. No ha habido un trovador que hiciera cantar al viento.
Un abrazo.
Gracias Pepa, para mi el gusto es que hayas venido y que te haya gustado.Josefa A. Sánchez escribió:Un bellísimo homenaje, además de un gran poema,. De lujo.
Un abrazo.
Pepa
Mucho me gusta lo que me dices Pilar, mucho. Gracias y me encanta que sea así.Pilar Morte escribió:Me ha parecido un poema precioso de los que llegan al lector con todo su lirismo. Me gustó mucho leerte
Besos
Pilar
Gracias mi amigo, por estas palabras que tan generosamente me regalas.José Manuel F. Febles escribió:Excelente poema, todo él, pero con unos versos finales, sinceramente memorables. Mis felicitaciones.
José Manuel F. Febles
Muchas gracias Hallie, querida. Precioso esto que me dices, y yo humildemente te lo agradezco mucho.Hallie Hernández Alfaro escribió:Ventura Morón escribió:...
Qué bonita resultaba la madrugada cuando la asían aún los versos de su boca.
Tenía el paladar henchido de letras, pétalos
que sonaban al precipitarse en el aire,
como si ocuparan los huecos que dejaba el silencio, expectante,
al sentir el calor de su voz,
iluminada.
Se asomaba el mundo a la inspiración de su horizonte,
centelleaba al compás del hálito de su pecho,
refugiadas la pasión y la calma en su habla
que tejía estrofas incandescentes
a una oscuridad incendiada.
Lo imagino alegre, susurrar despacio, articular la luz
al reverso de su palabra, musitar al cielo
los acordes de la tierra, reclinada
bajo una sábana de metáforas, y la mar
fundiendose entre ellos,
una partitura consumada.
Todo el Universo quedó reflejado en su lenguaje,
brisa del verbo
que la Libertad más profunda espiraba.
Qué bonita resultaba la madrugada,
que bonita
cuando Lorca
paseaba aún por Granada.
.
.
.
Un festín para la sensibilidad poética y tus lectores, querido amigo.
De pie y con emoción para los aplausos.
Abrazos.
Gracias amigo Marius, recibirte es un acontecimiento que me emociona, todo lo que se desprende y se intuye tambien al leerteMarius Gabureanu escribió:Me ha encantado el poema, amigo Ventura. Recibe mis abrazos sinceros.
Un homenaje hecho a la medida de Lorca, iluminado. Te felicito, Ventura! ERAVentura Morón escribió:...
Qué bonita resultaba la madrugada cuando la asían aún los versos de su boca.
Tenía el paladar henchido de letras, pétalos
que sonaban al precipitarse en el aire,
como si ocuparan los huecos que dejaba el silencio, expectante,
al sentir el calor de su voz,
iluminada.
Se asomaba el mundo a la inspiración de su horizonte,
centelleaba al compás del halito de su pecho,
refugiadas la pasión y la calma en su habla
que tejía estrofas incandescentes
a una oscuridad incendiada.
Lo imagino alegre, susurrar despacio, articular la luz
al reverso de su palabra, musitar al cielo
los acordes de la tierra, reclinada
bajo una sábana de metáforas, y la mar
fundiendose entre ellos,
una partitura consumada.
Todo el Universo quedó reflejado en su lenguaje,
brisa del verbo
que la Libertad más profunda espiraba.
Qué bonita resultaba la madrugada,
que bonita
cuando Lorca
paseaba aún por Granada.
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E. R. Aristy escribió:Un homenaje hecho a la medida de Lorca, iluminado. Te felicito, Ventura! ERAVentura Morón escribió:...
Qué bonita resultaba la madrugada cuando la asían aún los versos de su boca.
Tenía el paladar henchido de letras, pétalos
que sonaban al precipitarse en el aire,
como si ocuparan los huecos que dejaba el silencio, expectante,
al sentir el calor de su voz,
iluminada.
Se asomaba el mundo a la inspiración de su horizonte,
centelleaba al compás del halito de su pecho,
refugiadas la pasión y la calma en su habla
que tejía estrofas incandescentes
a una oscuridad incendiada.
Lo imagino alegre, susurrar despacio, articular la luz
al reverso de su palabra, musitar al cielo
los acordes de la tierra, reclinada
bajo una sábana de metáforas, y la mar
fundiendose entre ellos,
una partitura consumada.
Todo el Universo quedó reflejado en su lenguaje,
brisa del verbo
que la Libertad más profunda espiraba.
Qué bonita resultaba la madrugada,
que bonita
cuando Lorca
paseaba aún por Granada.
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