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F. Enrique escribió:Hay que tomar nota atentamente, Víctor, de lo que vas diciendo, no ocultas la realidad, nos la describes, pero al final impones la fuerza del corazón. Ha sido muy grato pasar por tu poema, siempre nos queda la esperanza.
Un abrazo.
Ventura Morón escribió:Que bonito es esto Victor, y como lo cuentas. En ese sentimiento de introducirse en una verdad, en la sensación de ese tango que nombras, de un ritmo que es capaz no sólo de componer estas letras, sino de componer a su vez la memoria y los pasos que quedan por dar. Me ha encantado leerte amigo.
Abrazo grande, lleno de la humanidad que tu despliegas
Josefa A. Sánchez escribió:Desde luego, mientras poetas como tú sigan cosiendo con versos de seda color verde los pedacicos del corazón, seguiremos vi-viendo la vida de la mano de Elpis. Un lujo leerte y un privilegio conocerte..
Un abrazo
Pepa
Gracias, Ronald, por este detalle y este regalo.Ronald Bonilla escribió:hermoso poema, muy bien en concepto y metaforización, abrazos
Gracias, Manuel, por recordármelo.Manuel Alonso escribió:Hay que perseverar amigo Víctor, como tu muy bien indicas con tus hermosos versos. Un placer amigo.
Óscar Distéfano escribió:Logrado trabajo poético, con ese estilo conceptual que tan bien manejas, donde la filosofía se hace poesía. Me ha gustado mucho, por su claridad y por su ritmo. Mis aplausos.
Un abrazo grande.
Óscar
Víctor F. Mallada escribió:¿Cuantas veces?
¿Cuantas veces se puede romper un corazón?
¿Cuántas veces?
Al margen de las cosas que se dicen,
al margen de nuestras convenciones heredadas,
¿Cómo se regenera una vida?
¿Cuándo volver a la senda tallada en roca serena?
Una senda que te lleve hacia parajes cercanos
donde aceptar que el pasado nunca vuelve,
aunque la voz suene igual con su acento melodía
en alas de mariposa.
Y si el espejo te dice
que el ayer te dejó muescas de lidia, recuerda
cómo supiste guardarte el orgullo entonces.
Y ahora, que ya te toca bailar en distancias cortas…
tira el móvil, su memoria y deja el tango sonar.
Y no vuelvas a contar las mismas desavenencias
ni las veces que lo hiciste… o que te hizo llorar
ni los pasos que resuenan en ese corazón roto,
que ya es hora de zurcirlo con hilo nuevo de seda
que aunque sea de sutura, sirve para no sangrar.
En este punto intermedio, ya no importan
culpas viejas, libros de cuentas ajadas
o pasajes entre mares de lágrimas sin destino,
porque… siempre se puede aprender;
hasta de besar la lona donde crecieron los sueños.
¿Recuerdas el dicho antiguo de conocerte mejor?
Los golpes también enseñan y no pienses
que sólo te pasa a ti; que las tormentas se gestan
siempre muy lejos y dejan harapos sueltos
a su paso por la arena.
Además; el corazón es muy fuerte,
jamás se rompe del todo
y aunque se salte algún pálpito
tiene a Elpis de su lado…
mientras dure el caminar.
Víctor F. Mallada
Gabriel Vidal escribió: Me emociono tu poema-mensaje.jEsta noche he llorado al leerlo. Gracias
Y no vuelvas a contar las mismas desavenencias
ni las veces que lo hiciste… o que te hizo llorar
ni los pasos que resuenan en ese corazón roto,
que ya es hora de zurcirlo con hilo nuevo de seda
que aunque sea de sutura, sirve para no sangrar