Sus manos

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo de Ventura.

[Marisa Peral]

...

Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

.
.
.

Me gusta mucho, Ventura, esa primera estrofa reiterativa y plena es una maravilla.
Maravilla la imagen de los astros jugando a los dados y esa espera mientra rueda tu alma en las dunas.
Y ese final con su maná azafrán es un cierre perfecto.
Felicidades amigo, un placer leerte.
Abrazos.

Pues vuelvo a tu poema, querido Ventura y me repito en todo lo dicho, es una belleza de principio a fin y vuelvo al último verso que me parece inmenso ese maná azafrán que llueve a su roce. ¡¡¡¡Precioso!!!!
Un beso, amigo.

[Mitsy Grey]

Romántica visión de la entrega y un decir pasional que eriza la piel, poeta. Grandioso el discurrir de la palabra munida al sentimiento y a su detractor... la espera.... Felicitaciones, amigo y poeta admirado.... bellísimo encuentro el de tu poesía....

Mi abrazo y beso.

Mitsy

[Carmen Pla]

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Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

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Unas apasionadas letras de muy sutil inspiración.
Un placer leerte, Ventura.
Abrazos

[Lunamar Solano]

Contundentes y sensuales versos que cautivan querido amigo...
Siempre grato encontrarme con ellos...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Raul Muñoz]

Muy bello, Ventura. A partir de la mano hablas de la vida en su totalidad: la poesía.

Las manos se prestan a ello, quizá sean un intento de prolongación de nuestro espíritu.

Siempre encuentro en tu poesía un acercamiento de la materia a la mente, una Gestalt.

Un placer volver a leerte.

Un fuerte abrazo, amigo.

[Ventura Morón]

Ventura, has tratado de modo excelente los límites del tacto, atravesándolos con una hermosa sutileza que lo extiende en reflexión.
Para qué si no la poesía.

Felicidades y un abrazo.
Ignacio

Que hermoso comentario Ignacio. Un placer enorme recibirlo.
Abrazo grande amigo

[Ventura Morón]

todo dura una caricia en el poema que se detiene o vuelve a durar, fijando el peso de la piel en la memoria. abrazo

Macedonio, amigo...cuánto se te echa de menos...gracias por venir en su día, aunque te lo cuente con retraso.
Abrazo fuerte

[Ventura Morón]

Hermoso e interesante trabajo de Ventura.

Gracias amigo por esa geneo tuya al subir este poema. Me diste una buena alegría.
Abrazo fuertey gracias por tus palabras

[Ventura Morón]

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Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

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Me gusta mucho, Ventura, esa primera estrofa reiterativa y plena es una maravilla.
Maravilla la imagen de los astros jugando a los dados y esa espera mientra rueda tu alma en las dunas.
Y ese final con su maná azafrán es un cierre perfecto.
Felicidades amigo, un placer leerte.
Abrazos.

Pues vuelvo a tu poema, querido Ventura y me repito en todo lo dicho, es una belleza de principio a fin y vuelvo al último verso que me parece inmenso ese maná azafrán que llueve a su roce. ¡¡¡¡Precioso!!!!
Un beso, amigo.

Tu mirada Marisa, llena estos versos y todos por los que te paseas, de una sensibilidad extraordinaria.
Gracias siempre, que bueno es tenerte aquí.
Besos