Gracias Mitsy por tu paso y generosos comentarios.Mitsy Grey escribió:Un garfio de pirata que se roba el corazón de un bosque azul... ¿Habrá que taparse un ojo para acompañar?
Felicidades, poeta. Mitsy
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias Mitsy por tu paso y generosos comentarios.Mitsy Grey escribió:Un garfio de pirata que se roba el corazón de un bosque azul... ¿Habrá que taparse un ojo para acompañar?
Felicidades, poeta. Mitsy
Gracias Manuel, por tu paso y comentarios. Celebro que lo hayas disfrutado.Manuel Alonso escribió:Amigo Ferreiro, otro poema tuyo que engancha al lector con versos como de un hombre que apenas ha sido dices amigo, un comienzo y un verso maravilloso. Me ha gustado mucho, un abrazo.
Gracias, amigo Febles, por esa fidelidad que muestras a mi trabajo poético. Es todo un honor.José Manuel F. Febles escribió:Me quedo con el poema, Ferreiro. Una pluma original de un gran poeta. Atraviesas, amigo, un gran momento. Aunque no siempre comente lo mínimo, como ahora, "circunstancias", siempre te leo.
Un fuerte abrazo.
José Manuel F. Febles
Gracias Julio, sí es verdad lo que dices del mensaje que ha escrito Enrique, creo que ya está todo aclarado. Celebro, colega OKUPA, que hayas disfrutado de estos versos,Julio Gonzalez Alonso escribió:Comparto la opinión de F.Enrique. El modo de expresarte en gallego, en donde la delicadeza de la lírica envuelve de sugerencias y magia el discurso, y tu forma en castellano, en donde la fuerza de la racionalidad se impone en imágenes impactantes, forman una unidad en la que convergen y así muchos de tus poemas en castellano están tocados de la vaporosa magia del gallego y algunos poemas en gallego traspasados de la recia expresión en castellano.
Sigues evolucionando, Ferreiro, y tu voz propia se va amoldando a formas nuevas muy atractivas.
Abrazos, percebes, godello y salud.
Gracias, querida amiga, por tan generosos comentarios. Es todo un honor que disfrutes de mi trabajo poético.Marisa Peral escribió:J. J. M. Ferreiro escribió:
Pero yo siempre
llevo anclados los garfios
a tu pecho continente,
porque seguro
tu corazón bombeará
toda la sangre de aquel dolor mínimo
y el bosque girará de azules enramado.
Precioso J.J., una delicada forma de aferrarse a lo que se ama. A mi me gusta tu poética, en español y en galego.
Biquiños
Gracias, Ignacio, por tu paso y generosos comentarios. Es todo un honor que hayas disfrutado de estos versos.Ignacio Mincholed escribió:JJ, no es fácil de lectura este poema. El camino se oculta tanto como se muestra.
Felicidades.
Un abrazo.
Ignacio
Graciñas, Pepiña. Espero que el verano cunda como una paella murciana, que delicia!!!Josefa A. Sánchez escribió:¡Qué grande, Ferreiriño! Vaya poema que te has sacado de la pluma. Un lujazo leerte.
Un abrazo.
Pepa
J. J. M. Ferreiro escribió:Mi rostro empalidece
cuando veo rodar despacio
las horas en el viento,
cuando miro hacia atrás y todo arde.
Hablo del miedo
de un hombre elegido al azar,
un hombre que apenas ha sido.
Hablo del miedo germinal
como una metástasis blanca
—las rejas hacia arriba
y el mundo en sí mismo encogido.
Pero yo siempre llevo anclados
los garfios a tu pecho continente,
porque seguro
tu corazón bombeará
toda la sangre de aquel dolor mínimo
y el bosque girará de azules enramado.
J. J. M. Ferreiro escribió:Mi rostro empalidece
cuando veo rodar despacio
las horas en el viento,
cuando miro hacia atrás y todo arde.
Hablo del miedo
de un hombre elegido al azar,
un hombre que apenas ha sido.
Hablo del miedo germinal
como una metástasis blanca
—las rejas hacia arriba
y el mundo en sí mismo encogido.
Pero yo siempre llevo anclados
los garfios a tu pecho continente,
porque seguro
tu corazón bombeará
toda la sangre de aquel dolor mínimo
y el bosque girará de azules enramado.
Gracias Óscar, por estos generosos comentarios. Y gracias también por referirte al comentario de Enrique: Ya está todo aclarado. Pido disculpas por ese lapsus interpretativo.Óscar Distéfano escribió:Lo que yo pienso, Ferreiro, es que este poema que nos presentas es una evolución de tu poética hacia mensajes menos crípticos (aunque persistiendo en tal característica), un poco más accesibles que otros anteriores, lo cual hace que el lector se sienta más agradecido, porque si siempre es un placer descubrir las imágenes impactantes y los pasajes rítmicos armónicos de tus trabajos, más aún lo es cuando se accede al mensaje, ya que al placer estético se suma el placer intelectual.
En cuanto al comentario de F. Enrique (al cual me adhiero) no creo que haya querido decir que escribes con mayor obligación cuando lo haces en castellano. Más bien, creo yo que se refería al carácter más racional, más consciente, que tienen tus poemas en castellano (que es el punto que comparto). En gallego pareciera que tu estro se desprende con mayor facilidad de los territorios de la razón, y el vuelo poético se hace más lírico, más espontáneo, más sobrecogedor.
Un abrazo, compañero.
Óscar
Gracias, Alejandro, por tu paso y generosos comentarios.alejandro guardiola escribió:Precioso poema muy bien logrado
J. J. M. Ferreiro escribió:Mi rostro se cuartea
cuando veo rodar las horas
lentas
en el cansancio de la tarde,
cuando miro hacia atrás
y todo arde.
Pienso en un hombre elegido al azar,
un hombre que apenas ha sido.
Pienso en el tedio germinal
como una metástasis blanca
—las rejas hacia arriba
y el mundo en sí mismo encogido.
Pero yo siempre llevo los garfios agarrados
a tu pecho continente,
porque seguro que tu corazón
bombeará la sangre de aquel minúsculo dolor
y el bosque girará de azules enramado.
Gracias Just, por pasar y disfrutar. Es todo un honor.Just Gafar escribió:Mi querido amigo Ferreiro. Aquí las imágenes saben hacerse garfio. Hasta producirnos la ceguera.
Bellísimo, vaya que sí.
Mi abrazo fraterno, en esta tarde de viernes.
Precioso poema, J.J. Esos garfios son tan necesarios...J. J. M. Ferreiro escribió:Mi rostro se cuartea
cuando veo rodar las horas
lentas
en el cansancio de la tarde,
cuando miro hacia atrás
y todo arde.
Pienso en un hombre elegido al azar,
un hombre que apenas ha sido.
Pienso en el tedio germinal
como una metástasis blanca
—las rejas hacia arriba
y el mundo en sí mismo encogido.
Pero yo siempre llevo los garfios agarrados
a tu pecho continente,
porque seguro que tu corazón
bombeará la sangre de aquel minúsculo dolor
y el bosque girará de azules enramado.