Editorial Alaire

Magnifico poema:

En todo de broma te diré que yo nunca me he sentido incomprendido.A lo mejor es que no soy poeta JEJE.

En serio. Enhorabuena

Hallie

Me ha encantado Luis! Todas las emociones delineadas y compartidas, además de un derroche de pulsión poética que contagia y abriga.

Enhorabuena y un beso!

Hallie

Muchas gracias Hallie, es un placer tener tu sensibilidad sobre mis textos.

Un besazo, amiga.

Luis Oroz.

Sara

Este comienzo Luis, a mí me parece ya un poema en si mismo.
Cada verso tiene la fuerza de la sangre, de la palabra que es el látigo y su cura al mismo tiempo. Un poema que traspasa todas las fibras y cala hondo, un estupendo trabajo , Luis, de los de llevarse puesto porque todos nos hemos sentido así muchas veces, pero eres tú el que lo dijo así, el que lo alzó en la poesía de esta estupenda manera.
Me encantó.

Un abrazo

Sara

Muchas gracias, Sara, por tu cómplice mirada.
Al final, la poesía, no deja de ser un reflejo más o menos borroso de nuestros instintos vitales.
En eso estamos y seguiremos pese a todo.
Gracias por tu paso y tu generosidad.
Un abrazo.

Luis Oroz.

Poema de la rabia, contra el cainismo y sobre todo contra el cainismo literario. Excelente poema. Un abrazo, Luis.

Raúl Castillo

tecnicamente impecable, de contenido trascendental e impactante. Una denucia acertada a la incomprension que aniquila la verdad/mensaje en la palabra.
Un fuerte abrazo POETA.

Mil gracias, Raúl, por tu generoro comentario.
Recibe un tardío, pero sincero abrazo.

Luis Oroz.

Encuentro en tu poema infinitas puntas del ovillo de la reflexión. La incomprensión, ¿qué es la incomprensión? ¿La incomprensión de quién, de quiénes? Quizás la incomprensión sea la indiferencia, el desinterés, la despreocupación por el grito del poeta (o de un hombre cualquiera, al final de cuentas; porque yo siento en tu poema una referencia al hombre mismo, una grandiosa alegoría, más allá del ser únicamente poeta). Quizás la incomprensión sea la torpeza de una sociedad sorda a la voz de su no reconocido poeta, y, como bien lo dices, “el olvido se desate…” (como ha sucedido con William Blake, por ejemplo). O quizás la incomprensión sea la certeza de nuestro lastimoso tartamudeo. Sea cual fuere la referencia, en tu poema, yo lector (y poeta), me veo reflejado, y es lo único que me importa. Siento esa voz poética como mía, porque cada verso me penetra en su verdad lacerante; y ese sufrimiento acumulado, ese infinito silencio que tan bien lo comprendo, que todo el tiempo lo he sentido, me “dicen” que si esa visión del destino existe, no es un calvario que sólo me sucede a mí, sino vislumbro que puede tratarse de una parte (o toda) de la experiencia, para alcanzar la percepción de lo que es la poesía. ¿Sufrir para ser poeta? ¿Sentir la muerte misma en vida? ¿“el cansancio de las horas vacías”? Es posible que así sea; y también es posible que el consuelo sea que “el olvido se desate en la tumba de un libro”.

Apreciado compañero, Luís Oroz, este poema tuyo no lo olvidaré en mucho tiempo. Gracias por recordarme, con tan visceral derrame de bellísimos versos, mi condición de poeta.

Un abrazo.
Óscar

Brillante y pulcro escritor. Nivelas tu inspiración, al límite de los sueños.
Un abrazo,
Juan.

Este es uno de esos poemas que todo poeta que se precie nunca debería olvidar pues refleja el enorme desasosiego que produce la incomunicación en el intento por transmitir emociones.
Un poema elaborado y perfecto


Mi abrazo