Re: Dos vidas
Publicado: Lun, 26 Oct 2015 14:33
Pilar
Calidad presente
Maravillosos versos, compañera
Un abrazo fuerte
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Maravillosos versos, compañera
Un abrazo fuerte
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Un gran poema que deja huella y emoción.Pilar Morte escribió:La vida empezó alba,
albo el balbuceo, las primeras semillas
sembrando sueños.
Luego el fuego prendiendo el día
en aquella charada de luz.
Germinaron ideas nuevas
como pétalos de capullos que quieren ser.
No importaba la sierra y su espesura,
si un rayo atravesaba delirante las hayas.
Llegaron los primeros fríos,
la noche dialogando con los muertos.
Nos hicieron un abrigo a medida
que recogía la tormenta del destino
y templaba el deseo.
Pero no se expresó la palabra
y confundió estrella con luna,
árbol con sombra,
cerezas con cerezo.
Pronto descubrimos lontananzas:
que tu manantial fue río
y no agua cristalina,
que tu respirar fue no morir
pero no hallarte en ti,
que tu manual no te turbaba
ni removía arenas de desierto.
Que yo era silencio y música,
raíces y tumba,
oscuridad y luz;
por eso me encontrabas buscando,
ausente,
tras esa cumbre que no pude alcanzar,
siempre inquiriendo aquel dios
que caminaba
diez pasos por delante de mí.
Óscar Distéfano escribió:Me ha encantado tu poema, Pilar. Creo, sinceramente, que estás alcanzando cúspides de pura poesía, de lirismo de alto vuelo. Leerte es un regocijo para el espíritu.
Un abrazo grande para ti.
Óscar
Primoroso poema, querida amiga, Pilar. Mi más sincera felicitación.Pilar Morte escribió:La vida empezó alba,
albo el balbuceo, las primeras semillas
sembrando sueños.
Luego el fuego prendiendo el día
en aquella charada de luz.
Germinaron ideas nuevas
como pétalos de capullos que quieren ser.
No importaba la sierra y su espesura,
si un rayo atravesaba delirante las hayas.
Llegaron los primeros fríos,
la noche dialogando con los muertos.
Nos hicieron un abrigo a medida
que recogía la tormenta del destino
y templaba el deseo.
Pero no se expresó la palabra
y confundió estrella con luna,
árbol con sombra,
cerezas con cerezo.
Pronto descubrimos lontananzas:
que tu manantial fue río
y no agua cristalina,
que tu respirar fue no morir
pero no hallarte en ti,
que tu manual no te turbaba
ni removía arenas de desierto.
Que yo era silencio y música,
raíces y tumba,
oscuridad y luz;
por eso me encontrabas buscando,
ausente,
tras esa cumbre que no pude alcanzar,
siempre inquiriendo aquel dios
que caminaba
diez pasos por delante de mí.