Canción deslavazada de amor y guerra de David Bruce Banner

[F. Enrique]

Gracias, Era, siempre eres muy amable conmigo. Hay poemas que desde el mismo momento en que los escribimos los damos por definitivos, otros, en cambio, no los acabamos de ver nunca, hacemos retoques que no siempre son afortunados. Ya he entrado en esa dinámica y pienso que merece la pena intentarlo. A ver si acabo de firmar este cuadro.

Un abrazo.

[F. Enrique]

No sé si leerás las cosas que te escribo, Roxane, es curioso pero una situación similar la vivo con otra compañera que decidió dejarlo. Espero que tanto ella como tú consideréis vuestra decisión, no abunda esa pasta humana que representáis en ningún sitio, acabamos perdiendo todos con vuestra ausencia. La verdad es que acogería con una gran alegría tu regreso. No hay nadie en el foro que me lleve a escribir como tú lo haces, que me evoque todos esos puntos en los que vuelco mi sensibilidad. Sigo teniendo dudas de este poema, nada mejor para perderlas un poco que leer lo que tú me escribes sobre él.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Bruce Banner vive encerrado en la fragilidad terrible de un monstruo que busca a la paz y es continuamente agredido, casi todos nosotros nos parecemos a la novia de Frankenstein, incapaces de mirarnos al espejo pero conscientes de la fealdad que nos ofrece el mundo.

Muchas gracias, Óscar, por esa atención que siempre me dedicas.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Apunto tu comentario, Raúl, creo que hay pocos métodos tan eficaces para encontrar ramificaciones que centrarse en un único objetivo, a eso añado los buenos ojos con que has mirado lo que he escrito.

Desconozco los motivos por los que no te veo aparecer por aquí. Ni siquiera he encontrado disponible tu blog. Espero que sigas con esa fuerza y esas ganas que nos servían de ejemplo.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Muchas gracias, Ramón, por tus amables, palabras. No puedo decirte nada respecto a lo que dices en la posdata intentaré leer algún poema de Miguel Labordeta.

Un abrazo.

[F. Enrique]

F Enrique


Fantástico trabajo


te felicito


me encantó


Un abrazo fuerte, querido amigo

Gracias, Ricardo.

[F. Enrique]

La forma del poema, la mezcla de héroes que no eligieron serlo, pero que, de alguna manera, han dejado una huella en el autor, la belleza de los versos, evocadores y punzantes, la técnica impecable: se unen para formar un todo de gran calidad lírica. Un lujo la lectura.

Gracias, Pepa, era una forma de vivir, de imaginarnos que había un héroe caído dentro de nosotros.

[F. Enrique]

F. Enrique, un buen seguimiento de ideas, en el contenido de tu homenaje, con un lirismo adecuado y preciso, que te es característico.

Agradezco que aparezcas, Mitsy, siempre eras generosa, y eso queda.

[F. Enrique]

Lo primero, haces que parezca que haya salido de la factoría de D.C. Comics, en lugar de la de Marvel. Lo segundo, hay una peli, que se llama Supersonic Man, española, de los años setenta, y que usaba dos actores distintos para el superhéroe y para el alter ego, porque el director decía que no era creíble que la gente no se diera cuenta de que a Superman y Clark Kent sólo los separaran unas gafas. La hiperbólica imagen de Hulk hace más humana la presencia de Banner y sobre todo, la hace lánguida. La languidez es el caldo de cultivo de una rabia especial, y es admirable cómo desarrollas esa proyección en tu poema. Aquí está expuesto el cordón umbilical que une al hombre con la bestia. Lo que acabo de decir es superficial. Lo que aquí, en tu poema subyace es la conexión de un hombre con su esencia. Cuando un ser humano alcanza su esencia la personalidad se rompe. Me ha impresionado. Un placer, F. Enrique. Abrazo grande.

Soberbio comentario, Bruno, que me hace aprender lo que creía aprendido. El monstruo estaba cargado de una bondad un tanto ingenua. Es agredido por su aspecto y ahí radica su rebelión contra el mundo.

Gracias, un abrazo.

[F. Enrique]

Una elegía formidable a esos héroes derrotados cuyas causas fueron pasto del tiempo y de las circunstancias.

No sé si para bien o para mal, estos héroes atormentados para quienes el amor es un imposible influyeron mucho en mi educación sentimental.

Gracias, Rosa.