Editorial Alaire

Isabel Moncayo escribió:Siempre hacia el sur
con la libertad del coyote temblando en las pupilas
como leves pájaros que aman el aullido,
las salinas o el oscuro carmesí
de los desfiladeros.


Cómo me gusta, Ramón, cómo me gusta esta forma tuya de hacer poesía...


Abrazos.

( hoy el sporting mereció ganar al depor; ay, cómo sufro)

Muchas gracias, Isabel, por las palabras que me dejas. Un abrazo.

PD El domingo se vivió un dia muy bonito con la visita de tus paisanos, hasta salió el sol y todo. Ysi, jaja..la verdad es que hubo suertecilla con ese gol en el último segundo. Aunque no lo vi me dijeron que el Sporting hizo un buen partido. Espero que suban los dos a primera.

Minona McEwen escribió:Hola, he seguido tu consejo. Aquí estoy. Hermoso poema de libertad. Un abrazo. M.

Gracias, Margarita, por hacerme saber tu paso por el poema. Un abrazo.

Josefa A. Sánchez escribió:El poema atraviesa el desierto, la sed, la soledad...para saltar desde el acantilado. Me ha gustado leer este magnífico poema.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Pepa, por tu lectura y amables palabras. Un abrazo.

Siempre un placer y siempre una sorpresa. Enhorabuena, Ramón. Con un abrazo.
Salud.

Un poema muy hermoso, profundo, Ramón; magníficas imágenes. Creo que será una gran aportación al EB. Te felicito. Un abrazo.

Quizá tengan razón algunos comentarios cuando dicen que cada día se te entiende más, amigo Ramón. Yo opino que hace tiempo que se te entiende todo, si bien, es cierto que creo conocer tu obra al dedillo, gracias a que he podido seguir tu evolución, por cierto, muy singular.

Como te dije, espero publicar un estudio de tu obra junto a la de varios compañeros, casi lo tengo terminado, me falta ponerme varios días en serio, cosa que haré en cuanto tenga un resquicio, y, bueno, qué te voy a decir..., ya sabes lo complicado que es analizar la obra de un autor que trabaja el lenguaje simbólico y, además, sabe desarrollarlo con altas prestaciones de lirismo; todas las palabras tienen un porqué, aunque a simple vista no lo parezca.

En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, un buen poema, como suele ser habitual en ti.
Abrazos.

Julio González Alonso escribió:Siempre un placer y siempre una sorpresa. Enhorabuena, Ramón. Con un abrazo.
Salud.

Muchas gracias, Julio, por pasarte por aquí y comentar. Un abrazo.

Rosa Marzal escribió:Un poema muy hermoso, profundo, Ramón; magníficas imágenes. Creo que será una gran aportación al EB. Te felicito. Un abrazo.

Muchas gracias, Rosa, por tu lectura y amables palabras. Un abrazo.

Rafel Calle escribió:Quizá tengan razón algunos comentarios cuando dicen que cada día se te entiende más, amigo Ramón. Yo opino que hace tiempo que se te entiende todo, si bien, es cierto que creo conocer tu obra al dedillo, gracias a que he podido seguir tu evolución, por cierto, muy singular.

Como te dije, espero publicar un estudio de tu obra junto a la de varios compañeros, casi lo tengo terminado, me falta ponerme varios días en serio, cosa que haré en cuanto tenga un resquicio, y, bueno, qué te voy a decir..., ya sabes lo complicado que es analizar la obra de un autor que trabaja el lenguaje simbólico y, además, sabe desarrollarlo con altas prestaciones de lirismo; todas las palabras tienen un porqué, aunque a simple vista no lo parezca.

En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, un buen poema, como suele ser habitual en ti.
Abrazos.

Gracias, Rafel, para mi es un honor que te hayas molestado en analizar mi humilde obra. Te agradezco también las palabras que le dedicas al poema. Un fuerte abrazo.

Bellísimo poema que me ha encantado volver a leer, Ramón.

Un abrazo
Ana

Ramón Carballal escribió:Siempre, siempre hacia el sur.

En la memoria de agosto las golondrinas se alejan,
los dedos del agua habitan mi frente perlada.

Siempre hacia el sur
tras ese sol de imposible conciencia,
durmiendo junto al paisaje árido,
pedregal cautivo de la lejanía.

Siempre hacia el sur
con la libertad del coyote temblando en las pupilas
como leves pájaros que aman el aullido,
las salinas o el oscuro carmesí
de los desfiladeros.

Siempre
el olor de un polvo campesino
que atora las gargantas,
que nieva en los colmillos
de la sequedad.

Siempre
el camino lento de los lagartos,
la costumbre de poblar la luz
con sus escamas de pretérito,
con sus ojos de piedra
en la llanura escarpada.

Y en un susurro
el mar,
cohibido de acentos
que son lengua cristalina
sobre acantilados de sal.

Me has abierto una ventana al sur
Y eso me sobrecoge
En esa ventana me quedo, aunque de puntillas, mirando siempre hacia el mar

Un abrazo

Ana Muela Sopeña escribió:Bellísimo poema que me ha encantado volver a leer, Ramón.

Un abrazo
Ana

Gracias por volver al poema, Ana, y hacérmelo saber. Un abrazo.

Ventura Ramos López escribió:

Ramón Carballal escribió:Siempre, siempre hacia el sur.

En la memoria de agosto las golondrinas se alejan,
los dedos del agua habitan mi frente perlada.

Siempre hacia el sur
tras ese sol de imposible conciencia,
durmiendo junto al paisaje árido,
pedregal cautivo de la lejanía.

Siempre hacia el sur
con la libertad del coyote temblando en las pupilas
como leves pájaros que aman el aullido,
las salinas o el oscuro carmesí
de los desfiladeros.

Siempre
el olor de un polvo campesino
que atora las gargantas,
que nieva en los colmillos
de la sequedad.

Siempre
el camino lento de los lagartos,
la costumbre de poblar la luz
con sus escamas de pretérito,
con sus ojos de piedra
en la llanura escarpada.

Y en un susurro
el mar,
cohibido de acentos
que son lengua cristalina
sobre acantilados de sal.

Me has abierto una ventana al sur
Y eso me sobrecoge
En esa ventana me quedo, aunque de puntillas, mirando siempre hacia el mar

Un abrazo

Gracias, Ventura, por leerme y comentar. Un abrazo.

Coincido con todos los compañeros: Este poema es extraordinario, antológico. Mis aplausos y un gran abrazo, muy muy sincero.

Ramón Carballal escribió:Siempre, siempre hacia el sur.

En la memoria de agosto las golondrinas se alejan,
los dedos del agua habitan mi frente perlada.

Siempre hacia el sur
tras ese sol de imposible conciencia,
durmiendo junto al paisaje árido,
pedregal cautivo de la lejanía.

Siempre hacia el sur
con la libertad del coyote temblando en las pupilas
como leves pájaros que aman el aullido,
las salinas o el oscuro carmesí
de los desfiladeros.

Siempre
el olor de un polvo campesino
que atora las gargantas,
que nieva en los colmillos
de la sequedad.

Siempre
el camino lento de los lagartos,
la costumbre de poblar la luz
con sus escamas de pretérito,
con sus ojos de piedra
en la llanura escarpada.

Y en un susurro
el mar,
cohibido de acentos
que son lengua cristalina

sobre acantilados de sal.

OH! Qué maravilla! Abrazos, admirado Ramón. ERA