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Ya se sabe, Celia, madres no hay más que una y el amor es infinito y durarero... gracias por venir, un abrazo grandeCELIA PUERTA escribió:Un poema maravilloso. Más que entrañable, Isabel. El amor con que está escrito recorre todos y cada uno de los versos.
Un fuerte abrazo.
Sé que te gustan poco lo retorcido en los poemas, Víctor, siempre es un placer saber de tus pareceres y te lo agradezco en el alma, un fuerte abrazo para ti también.Víctor F. Mallada escribió:Muy bonito y muy sentido, Isabel.
Se pueden inventar metáforas sin cuento, quiasmos y retruécanos hasta aburrir, pero es mucho más hermoso cuando el poeta nos habla a corazón abierto de lo que siente en el alma y lo dice con la elegancia de quien sabe manejar palabras que hasta un niño puede muy bien comprender.
Enhorabuena, poeta.
Un abrazo fuerte, amiga.
Víctor
Me parece mucho decir, amigo Óscar, pero igual te lo agradezco porque lo que si hay es todo amor, tanto que duele..Óscar Distéfano escribió:Uno de los poemas más bellos que he leído en los últimos tiempos. Aquí, la poesía es un instrumento cabal, exacto, preciso, para trasmitir el sentimiento de una vida, de una familia, de un amor que flota en el aire, en la brisa, en la puerta, en la cocina. Este poema es el triunfo de la comunicación entre seres humanos. ¡Albricias!
Un gran abrazo, querida amiga.
Óscar
Gracias, Pablo, escapóseme la caleya, y el original los guisantes son arbeyos, es un poema que hice y colgué casi sin revisar y he visto después de publicado muchos fallos. Bueno lo escrito en prosa no, eso ya tiene mucho tiempo. Y sí se remonta a esos tiempos ( madre que vieya soy) cómo no vas a reconocer estas escenas de la tu tierrrina..Pablo Ibáñez escribió:Precioso, Isabel,
me llega muchísimo esta estampa nostálgica, llena de referencias a nuestra tierra que me emocionan y me enternecen. Has sabido reflejar con precisión y emoción la vida de un pueblo de Asturias de hace 40 ó 50 años: la caleya en zapatillas, a por agua a la fuente, la ropa oreándose al verdín... Todos ellos son detalles que me resultan muy cercanos y me llegan mucho. El final es un petardo de emoción pura que le deja a uno abrayao:
el delantal nuevo, la mesa llena.
Todo dispuesto para la muerte.
Todo ello aderezado con la ternura y la sensibilidad exquisita que acostumbras.
Un abrazo.
Carlos, siempre tan gentil en tus comentarios, gracias a ti por estar, un abrazo.Carlos Justino Caballero escribió:Isabel Moncayo, Una belleza que he tenido la suerte de leer, amiga poeta! Mis congratulaciones y gracias por compartir.