Carlos Justino Caballero escribió:Hallie Hernández Alfaro, Los trazos deleitan por su enorme contenido poético. Con afecto, Hallie.
Carlos, un gusto enorme tu paso por mis humildes letras.
Salud y felicidad.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Bruno Laja escribió:Hola, Hallie,
me vino la palabra cedencia al tratar de compactar el cuerpo del poema, y al mismo tiempo me doy cuenta de que el error del lector es ese, un intento de compactación en un vocablo.
Creo que debemos idear desde el otro para que toda pérdida sea recuperable al volver
a una ausencia más propia que nuestras facciones. Quizá de ahí la súbita presencia de la palabra que al principio pronuncio. Nuestra deformidad nos pertenece, una ausencia puede moldearnos, sea desde el principio de la voz o desde la insoportable candencia del silencio. Somos nuestros propios intercesores. Bella lectura, un gran placer. Un abrazo.
Hallie Hernández Alfaro escribió:
Matinal y leve descubro ante el espejo
un celibato de melodías azoradas.
Convierto la vida en un salón estrecho
donde tus manos protagonizan mis actos.
Embrujo cristales nevados
para suplicar el quebranto de sus moléculas.
Retrocedo ante los ángeles perdidos,
desdigo el precio de su luz.
La noche atraviesa la mansedumbre del puente,
sacrifica la farola en los caminos de niebla,
hace diminutas las promesas de amor.
El asidero es un dios tenue, infiltrado
en la voz de la ausencia.
No quedan sinfonías
para calmar el llanto del telón
o adivinar guiones, en la hambruna del destino.
Macedonio Tracel escribió:me colgué mucho con los leitmotivs de wagner. preciosos. no te había visto poner enlaces, me parece muy válido y muy pertinente.
"El asidero es un dios tenue, infiltrado
en la voz de la ausencia. "
lo remarco porque me suena a esa música.
quiero más
Ramón Carballal escribió:Geniales versos, Hallie. Es toda una aventura leerte. Besos.Hallie Hernández Alfaro escribió:
Matinal y leve descubro ante el espejo
un celibato de melodías azoradas.
Convierto la vida en un salón estrecho
donde tus manos protagonizan mis actos.
Embrujo cristales nevados
para suplicar el quebranto de sus moléculas.
Retrocedo ante los ángeles perdidos,
desdigo el precio de su luz.
La noche atraviesa la mansedumbre del puente,
sacrifica la farola en los caminos de niebla,
hace diminutas las promesas de amor.
El asidero es un dios tenue, infiltrado
en la voz de la ausencia.
No quedan sinfonías
para calmar el llanto del telón
o adivinar guiones, en la hambruna del destino.
Cecilia Martos escribió:La noche atraviesa la mansedumbre del puente,
sacrifica la farola en los caminos de niebla,
hace diminutas las promesas de amor.
Que figuras más hermosas, me han cautivado, que belleza de poema mi querida Hallie, un gran placer leerte.
Te dejo mi abrazo emocionado.
Cecilia
Qué hermoso reflejo, querido Marius. Gracias por tu palabra buena y generosa.Marius Gabureanu escribió:El poema parece escrito desde tiempos lejanos, como si permitieras que la sombra de un fantasma hable; como si te dejaras ser habitada por una soledad con alas quebradas o volvieras a los mitos. Me encanta como se define la fragilidad, como el tiempo muestra su vestido impermeable. Abrazos, querida amiga. Felicitaciones sinceras.
Ernesto Vecilla escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:
Matinal y leve descubro ante el espejo
un celibato de melodías azoradas.
Convierto la vida en un salón estrecho
donde tus manos protagonizan mis actos.
Embrujo cristales nevados
para suplicar el quebranto de sus moléculas.
Retrocedo ante los ángeles perdidos,
desdigo el precio de su luz.
La noche atraviesa la mansedumbre del puente,
sacrifica la farola en los caminos de niebla,
hace diminutas las promesas de amor.
El asidero es un dios tenue, infiltrado
en la voz de la ausencia.
No quedan sinfonías
para calmar el llanto del telón
o adivinar guiones, en la hambruna del destino.
Me ha gustado tu magnífico poema, Hallie. Lenguaje singular y personal el tuyo, amiga, y especialmente grato de leer.
Recibe un saludo afectuoso.
Ernesto.
Josefa A. Sánchez escribió:Por lo que entiendo y por lo que no entiendo, por lo que atrapo y por lo que huye, pero, sobre todo, por el pálpito que me aloca tu poesía, un lujo impagable leerte.
Un abrazo.
Pepa
Hallie Hernández Alfaro escribió:
Matinal y leve descubro ante el espejo
un celibato de melodías azoradas.
Convierto la vida en un salón estrecho
donde tus manos protagonizan mis actos.
Embrujo cristales nevados
para suplicar el quebranto de sus moléculas.
Retrocedo ante los ángeles perdidos,
desdigo el precio de su luz.
La noche atraviesa la mansedumbre del puente,
sacrifica la farola en los caminos de niebla,
hace diminutas las promesas de amor.
El asidero es un dios tenue, infiltrado
en la voz de la ausencia.
No quedan sinfonías
para calmar el llanto del telón
o adivinar guiones, en la hambruna del destino.