Editorial Alaire

Gracias, Ramón, es todo un placer poder contar con tus comentarios.

Un abrazo.

Hacía tiempo que no coincidíamos, Rafael, y me quedé con ganas de hablar de tu valentía, de no desanimarte en lo de las publicaciones. Por supuesto que te agradezco mucho lo que me dices, es decir mucho en pocas palabras y hacer que uno se sienta bien por haber sabido transmitir un mensaje.

Un abrazo

Hola amigo, el poema es hermoso, muy directo, me ha gustado, un abrazo.

Un placer leer estos versos desnudos, desgarradores; donde el hombre se encuentra a sí mismo, y trata de ser sincero.

Un abrazo.

Gracias, Julio, siempre considero importante tu opinión y afianza mi seguridad en cada poema que me comentas.

Un abrazo.

Me alegra mucho que lo hayas visto así, Manuel, directo, muy directo. No suele darse en la poesía una forma tan abierta de expresar los sentimientos cuando conllevan aspectos tan negativos, hace poco leí algo que me llamó la atención sobre el lenguaje sibilino de la poesía, después de consultar al respecto pensé que es el que mejor le corresponde para transmitir su misterio. Me impresionó el problema de la falta de comunicación en la sociedad moderna cuando leí la traducción de una estrofa de Los sonidos del silencio de Paul Simon, gente charlando sin hablar decía uno de sus versos, tenía quince años y aunque no era la primera vez que pensé escribir poesía (retenía mentalmente algún verso) recuerdo que lo hice, estando como estaba totalmente enganchado al pop-rock me acostumbré a buscar las claves que desplegaban los mejores poetas de esta tendencia (Reed, Bowie, Simon, Dylan, Cohen). No sé que ha sido de aquel muchacho, si ha conseguido alguna de sus aspiraciones aunque no sea reconocida, pero, por suerte solo a veces, he aprendido a darme una vuelta por lo que más duele sin dejarle al lector la licencia de recurrir a la imaginación.

Un abrazo.

Machado dijo en uno de sus Proverbios y cantares algo así; " Se miente más de la cuenta / por falta de fantasía, / también la verdad se inventa." Creo, Raúl, que has dado con una clave que nos abre la llave de muchos poemas, ese intento de ser sincero marca la línea de nuestras limitaciones, nos sitúa entre lo que es verdad y lo que creemos que lo es. Acabaría con otro poeta que logró el milagro de ser sí mismo y otros a la vez, Fernando Pessoa, en su famoso poema "El poeta es un fingidor" acababa diciendo, en este caso es verdaderamente algo así, que éste acaba fingiendo el dolor que en verdad siente. Muchas gracias, Raúl.

Un abrazo.

Un poema muy interesante. Siento la intencionalidad manifiesta de mostrar las llagas interiores, como una prueba, quizás, de que el dolor existe. Es un recurso absolutamente válido. Poemas como éste, reflexivos y directos, son necesarios en un foro como el nuestro, porque demuestran que la poesía emerge de los registros más inesperados. Desde ya, siempre he creído que los poemas más difíciles de lograr son aquellos construidos sobre un lenguaje explícito.

Un abrazo grande, amigo.
Óscar

[quote="Óscar Distéfano"] Poemas como éste, reflexivos y directos, son necesarios en un foro como el nuestro, porque demuestran que la poesía emerge de los registros más inesperados. Desde ya, siempre he creído que los poemas más difíciles de lograr son aquellos construidos sobre un lenguaje explícito.


No sabría decirte, Óscar, si estoy de acuerdo contigo, puede que lleves razón en lo que dices de los poemas explícitos y no te la dé por la sencilla razón de que no me haya detenido a pensarlo. De todas formas encuentro tu comentario de un gran interés, quizás lo difícil sea tener la disposición anímica para afrontar este tipo de poemas.

Un abrazo, Óscar, te agradezco mucho lo que me dices.

"he aprendido a hablar sin saber lo que digo"

Me ha gustado el modo en que has conducido el poema hasta llegar a esta reflexión, que contiene una contradicción existencial, la verdad del absurdo. Hasta ahora he observado que en casi todos tus poemas hay constantes alusiones a un amor torturado que se interroga sobre su origen y su naturaleza, aunque, después de todo, esto no es muy extraño en un poeta.

Un abrazo, F. Enrique.

La tortura siempre está ahí cuando piensas que has tenido todos los motivos para ser feliz y lo has tirado todo por la borda por tu empeño estúpido de intentar que tu vida se pareciera a aquello que leías. Pocas cosas hay más peligrosas que la ingenuidad del poeta cuando lo enfrentas a la realidad del mundo. Vivir en un país en el que gozas la libertad de decir que no eres libre es grave pero peor aún es no saber amar a una mujer que te ama. Sé que no sirve de nada llevar la cruz, lo comprendo perfectamente, pero no lo siento. He tenido la poesía, más que eso, he tenido el amor y, en cierta forma, dejé que se me escaparan cuando me perseguían.

Gracias, Óscar, aprecio mucho tus opiniones, aunque me recuerdes mucho a mí.

Un abrazo.