Editorial Alaire

Rafel Calle escribió:Después de los grandísimos comentarios que te han dejado los compañeros, amiga Pilar, qué más se puede decir de tu trabajo, sino que ilumina el territorio de un símbolo oscuro por muy lexicalizado y, claro está, con muchas dificultades a la hora de escribir un poema sin caer en lo manido. Tú has conseguido iluminarlo.
Además del afortunado tratamiento, hallo una buena polimetría, lo cual propicia un ritmo que, apoyado en una rima despreocupada y en aliteraciones puntuales y percutivas, resulta de lo más agradable y, desde luego, un hilo conductor ideal para la transmisión.
En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema. Muy hermoso.
Un fuerte abrazo.

Ramón Carballal escribió:Siempre es un placer leer tu poesía reposada e inteligente. Un saludo cordial.

Víctor F. Mallada escribió:Bonitas imágenes en un poema de los más rítmicos que te he leído, Pilar.
Una gozada pasear por estas letras y encontrarse con frases tan hermosas como "el rayo que penetra en soledad", "poner pasión encima de los dogmas" o "cómo viene en mil velas encendidas"...

Un abrazo, poeta.

Víctor

Pilar Morte escribió:La luz… esa luz,
el rayo que penetra en soledad
convirtiendo pavesas en chispazo de leños,
ese corazón que se extiende
para regarnos la garganta que guarda la palabra,
ese cerebro que habla
para poner pasión encima de los dogmas.

La luz... esa luz,
cómo viene en mil velas encendidas
para enseñarnos la recta feliz,
cómo se adentra por los ojos para alumbrar el vientre,
cómo hace ese segundo eterno y huye
dejando los sentidos huérfanos,
y un paquete de estrellas desvalidas en tierra.

La luz se va y buscamos a oscuras,
abriendo bruscamente la puerta por si ha quedado un punto,
la luz, ese apoyo al andar,
un andamiaje de ilusión, instante de eternidad,
sólo eso para la ceguera.

Pilar Morte escribió:La luz… esa luz,
el rayo que penetra en soledad
convirtiendo pavesas en chispazo de leños,
ese corazón que se extiende
para regarnos la garganta que guarda la palabra,
ese cerebro que habla
para poner pasión encima de los dogmas.

La luz... esa luz,
cómo viene en mil velas encendidas
para enseñarnos la recta feliz,
cómo se adentra por los ojos para alumbrar el vientre,
cómo hace ese segundo eterno y huye
dejando los sentidos huérfanos,
y un paquete de estrellas desvalidas en tierra.

La luz se va y buscamos a oscuras,
abriendo bruscamente la puerta por si ha quedado un punto,
la luz, ese apoyo al andar,
un andamiaje de ilusión, instante de eternidad,
sólo eso para la ceguera.

Carmina Martínez escribió:Qúe poema más hermoso Pilar. Después de un tiempo de no poder asomarme al foro me siento bien al leer tus letras. Un abrazo. Carmina.