Aubriel Camila de la Prad escribió:
el otoño se enreda en las pestañas
y una soledad agónica
comienza a desvestirse en las pupilas
miramos tan lejos ...
hacia la hora exacta
en aquel reloj insomne
que custodiaba nuestro tiempo
el momento en que Neruda
dejó caer sus últimos versos
de capitán cansado
en el pozo mudo de la noche
aquella desnudez extrema
mi nombre el tuyo
nuestras sombras
rondando el paraíso
que nunca pudo contenernos
perdón es un murmullo imperceptible
desde la concepción de las ausencias
un silente alarido entre dos pieles
más tarde tal vez
habrá olvidos y perdones
(¿los habrá?)
hoy
la única certidumbre es este otoño
que no podemos sacarnos de los ojos
Maravilloso poema, Aubriel, todo el poema, pero estos versos finales me han encanado.
Un placer.
Abrazos.