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Muchas gracias Pepa, tu compañía siempre es muy agradable y me alegra que te haya gustado.Josefa A. Sánchez escribió:
Pues le damos otro empujoncito, que bien lo merece este poema, cargado de nostalgia y ternura y muy bien escrito. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa
F. Enrique escribió:
Me alegro, Marisa, de haber podido leer este poema tuyo, me parece muy bueno, muy bien estructurado desde la enumeración afortunada de todas esas pequeñas cosas que no lo son hasta la floración exuberante de los sentimientos. Ya lo tengo entre los poemas tuyos que más me gustan, es un gran poema.
Un abrazo.
Gracias, de verdad te agradezco mucho este comentario F.Enrique, me alegra que te parezca un buen poema y que lo hayas disfrutado.Gerardo Mont escribió:
Un poema bellísimo, bien trazado, de un sentimiento que alcanza y envuelve al lector. Sin duda posees una pluma mágica, poeta. Un gran abrazo amiga.
curra anguiano escribió:
Mi querida Marisa, me ha encantado tu poema, no solo por esas colección de pequeñas cosas que comparto contigo, sino también por la fuerza con la que las expones. Eres un genio !!!!
Mil besos y mil gracias
Curra
pero sólo a veces. Me ha gustado pasar por tu bello poema. Felicidades.Marisa Peral escribió:Yo soy la depositaria de las ruinas de todas aquellas pequeñas cosas:
La alcoba donde la pasión era ciega.
La sentina del alma maltratada.
La expresión del rostro preñado de rocío.
La muerte asida al ensueño aún vivo.
La aldaba del desván, donde las picardías coleccionaban brisas.
La estación que me corroe con sus intuiciones irracionales.
La emoción gastada goteando sobre la estirpe moldeada en porcelana.
Retrocedo ante el espejo que te delata;
Y me invento islas sin cráteres,
lluvias revoltosas que inundan el tálamo,
lienzos entrelazando caminos,
duendes escurridizos.
Me miro y no me reconozco;
En estas circunstancias
no sé si tú adivinas este lazo primario,
no sé si tú prefieres tirar dardos a los pájaros
o lanzar botellones de esperanza a este mar que te explora.
Me miro y te acaricio.
Y ya no sé si eres dársena o esclusa.
Sin embargo prefiero el azogue, argento vivo,
para ver, una vez más, tu risa rodando a borbotones.
---
© MAR – Abril 2006
Carmen Pla escribió:
Encantador poema, es como una caricia.
Abrazos.
Muy tarde mi respuesta pero muy agradecida, querida Begoña.Begoña Egüen escribió:
Me ha gustado pasar por tu bello poema. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.
Ana Muela Sopeña escribió:
Muy hermoso, Marisa:
Me ha encantado todo...
El sentimiento, el lenguaje, la sencillez y elegancia. Has logrado un gran equilibrio en estos versos preciosos.
Un beso
Enhorabuena
Ana
Aquí otro depositario de recuerdos y coleccionista por afición.Marisa Peral escribió:Yo soy la depositaria de las ruinas de todas aquellas pequeñas cosas:
La alcoba donde la pasión era ciega.
La sentina del alma maltratada.
La expresión del rostro preñado de rocío.
La muerte asida al ensueño aún vivo.
La aldaba del desván, donde las picardías coleccionaban brisas.
La estación que me corroe con sus intuiciones irracionales.
La emoción gastada goteando sobre la estirpe moldeada en porcelana.
Retrocedo ante el espejo que te delata;
Y me invento islas sin cráteres,
lluvias revoltosas que inundan el tálamo,
lienzos entrelazando caminos,
duendes escurridizos.
Me miro y no me reconozco;
En estas circunstancias
no sé si tú adivinas este lazo primario,
no sé si tú prefieres tirar dardos a los pájaros
o lanzar botellones de esperanza a este mar que te explora.
Me miro y te acaricio.
Y ya no sé si eres dársena o esclusa.
Sin embargo prefiero el azogue, argento vivo,
para ver, una vez más, tu risa rodando a borbotones.
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© MAR – Abril 2006
Mil gracias Alonso, es cierto, a lo largo de nuestras vidas coleccionamos cosas, trastos muchas veces inútiles, pero lo que importa, como dices, son las que inventamos, los recuerdos, las miradas a hurtadillas...Alonso Vicent escribió:
Aquí otro depositario de recuerdos y coleccionista por afición.
Precioso poema, Marisa; son tantas las pequeñas cosas que siguen viviendo a nuestro alrededor… más las que inventamos, más los recuerdos.
Un abrazo desde estos muros de casi un metro.
