Publicado: Jue, 26 May 2011 0:39
Admirable Juan Fionello:
Deseo apuntar hacia una perspectiva más alejada del autor-lector. Si me lo permiten, considero que la intencionalidad de un poema es como su alma. Oscura, silenciosa, extravagante, fantasiosa, qué sé yo.
Lo relevante viene cuando el lector hace suyo el poema, se deja subyugar, arrastrar, envolver, luego entonces, surge la magia del mensaje transmitido.
En este tipo de poemas, las ventanas de la imaginación no se cierran al terminar su lectura. Permanecen abiertas, alertas a cualquier indicio que nos permita visualizar otras perspectivas o percepciones.
Comparto el término enigmático, porque sugiere de manera intrínseca una intención tácita, escondida, tejida entre líneas, y las claves, cada quién las interpreta como le venga en gana.
¡Felicidades, Juan! La perfección es cosa tuya, la percepción es nuestra tarea.
Con afecto y admiración:
Arturo Juárez Muñoz
Deseo apuntar hacia una perspectiva más alejada del autor-lector. Si me lo permiten, considero que la intencionalidad de un poema es como su alma. Oscura, silenciosa, extravagante, fantasiosa, qué sé yo.
Lo relevante viene cuando el lector hace suyo el poema, se deja subyugar, arrastrar, envolver, luego entonces, surge la magia del mensaje transmitido.
En este tipo de poemas, las ventanas de la imaginación no se cierran al terminar su lectura. Permanecen abiertas, alertas a cualquier indicio que nos permita visualizar otras perspectivas o percepciones.
Comparto el término enigmático, porque sugiere de manera intrínseca una intención tácita, escondida, tejida entre líneas, y las claves, cada quién las interpreta como le venga en gana.
¡Felicidades, Juan! La perfección es cosa tuya, la percepción es nuestra tarea.
Con afecto y admiración:
Arturo Juárez Muñoz