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Yo rara vez explico los poemas, je, este además no me parece (a mí, claro) especialmente complicado... habla sencillamente de cómo reconforta encontrar algo o a alguien capaz de hacernos volver a creer cuando ya lo pensábamos todo perdido... Por lo demás, mil gracias. Tus comentarios no tienen desperdicio.Sampedro Lobo escribió:Sus versos, Carmen, me resultan de un recitado suave y de un contenido hondo y digamos que casi terrible y desde luego hermoso en la forma. Si bien, le confieso que me pierdo un poco en el intento de descifrar el mensaje por más que me deje un regusto entre la desolación y lo solitario de una morgue y una pequeña bujía que pareciera encenderse.
Gracias por su trabajo creativo, Carmen.
Saludos.
Eso es, Lázaro, un igual en el que poder reconocernos y reconstruirnos...Lázaro Rafael Cuba. escribió:Como una repetición de nosotros mismos
en un estado fetal de alguna locura, hay mucha tela por donde cortar en tu poema.
siempre me llegan
abrazos Carmen
Lázaro
carmen iglesia escribió:Finjo ya la razón desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina la distancia:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.
José Antonio Fernández escribió:Muy buen poema, con unas imágenes bien logradas y un ritmo perfectamente llevado.
Me ha gustado, sobre todo la segunda parte del poema.
Un abrazo.
Maria Lua escribió:Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
Intenso, luminoso y bello!
Un beso, querida Carmen
Maria Lua
Mudito tú no me lo creo, Manuel... jeje... Gracias por estar, esto sí es en serio.Manuel M. Barcia escribió:Mudito me quedo, tan igual como un verbo que interroga a la palabra cuya respuesta no existe.
Y es que son unos versos de silencio en el sueño, Carmen, con la magia de ser de ti fluyente.
Un tesoro de poema.
Abrazo
Manuel
E. R. Aristy escribió:carmen iglesia escribió:Finjo ya la razón desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina la distancia:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.
Carmen,alta calidad poetica la que desborda de tu copa.
Un fuerte abrazo.
carmen iglesia escribió:Finjo ya la razón desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina la distancia:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.
E. R. Aristy escribió:carmen iglesia escribió:Finjo ya la razón desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina la distancia:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.
Quise volver a este magnifico poema.
Somos iguales en los laberintos emocionales. Me fascina tu estilo que busca siempre la perspectiva oculta al aparente ritmo de las cosas. Hablas de costumbres y de rutinas, pero estas hablando relamente de lo raro, lo extraordinario.
Una gran experiencia leerte.