Publicado: Jue, 16 Sep 2010 21:59
Bello el paisaje de esta ciudad elevada con la palabra. Un placer estar presente.
Un abrazo.
Pepa
Un abrazo.
Pepa
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No te equivocas, tocayo, hay un pequeño guiño ahí, como tú dices. Mi agradecimiento por tu lectura y comentario. Un abrazo.Juan Fionello escribió:Aunque parezca increible, se me había pasado este poema (el verano es de lo más desordenado). Ya te han dicho de todo, Ramón, y comparto los elogios que se hacen a este poema. Es francamente bueno.
Aunque en general, como a Carmen, me gusta la separación en estrofas, no sé porqué pero en tus poemas no echo de menos esa separación, quizá porque el torrente de imágenes, de lenguaje y ritmo de tus versos hay que inyectárselos como un chute que entre directo, paulatino pero de una sola vez a la sangre, y simplemente dejar que te invada y te haga viajar.
Por cierto, seguramente me equivoque, pero en el verso
"que se arrodilla ante su sueño de abrazar el pálpito"
no sé si he detectado un pequeño guiño en forma de juego de palabras (púlpito/pálpito), o es cosa de mi pasión por los juegos del lenguaje.
Un abrazo.
Gracias, Pepa, por estar presente en mis letras y hacérmelo saber. Un abrazo.Josefa A. Sánchez escribió:Bello el paisaje de esta ciudad elevada con la palabra. Un placer estar presente.
Un abrazo.
Pepa
Gracias, Susa, me alegra que te guste el poema. Un abrazo.Susa Campos escribió:Estupendo poema, tremendamente descriptivo, que he disfrutado ampliamente.
Salgo encantada de tu poema.
Un saludo.
Gracias, Rafel, por rescatar este poema. Un abrazo.Rafel Calle escribió:Bellísimo poema de Ramón.
Ramón Carballal escribió:Llegan los niños con sus banderas azules.
Puedo elegir la calles sin patio, la ruta arbolada,
la más quimérica del marfil. Persigo los cálices sin memoria,
el cuchicheo de los bares eternamente vacíos, el dulzor
de las almendras en una sonrisa de alba.
Día de brasas y fuego, mi reflejo huye del cristal,
mis ojos llueven como pájaros sobre la plaza y su delfines.
Fachada de agujas imperiales que se eleva
hacia el prodigio de ser símbolo, misericordia, dulzura.
Y dentro los dorados, la plata, la canción del creyente
que se arrodilla ante su sueño de abrazar el pálpito,
los cuerpos cansados que ya no hacen sombra en las losas,
las lenguas que agrian el murmullo de la paz y la renuncia.
Yo me alejo de su poderosa fiereza(me mido en la espada,
en las pupilas encarnadas del santo) y busco el calor
de los tubos celestiales que en la fragilidad del coro
apaciguan mis venas ahítas de locura. ¡es tan sencillo admitir
el hueco de una mano, respirar el incienso que baja
como una nube de caridad y perdón! En los confesionarios
extrañas aves hablan aún más extraños idiomas,
escupe una cámara su plegaria mientras un rocío de flores
deja abrevar sus pétalos en las bocas calcinadas.
¿Por qué mis pasos suenan estériles como una pregunta
sin calor ni verdad? Existe un sueño perfecto
en los rostros de las imágenes, como un navío que despliega
su velamen de sal el enorme edificio parece viajar
hacia su huella roja. Las bóvedas, los capiteles, los vidrios
perfumados, las ojivas pulidas por el fervor y la mágica
luna ¡tantas son las señales, tanto el pudor que mi corazón niega!
En la inquieta desnudez de la policromía vestigios de un tiempo alado
escriben rosas de aire. Ya no temo la luz que se filtra como una lengua
en mi sed.
Gracias, Hallie, por subir este poema que es muy especial para mi. Besos.Hallie Hernández Alfaro escribió:Ramón Carballal escribió:Llegan los niños con sus banderas azules.
Puedo elegir la calles sin patio, la ruta arbolada,
la más quimérica del marfil. Persigo los cálices sin memoria,
el cuchicheo de los bares eternamente vacíos, el dulzor
de las almendras en una sonrisa de alba.
Día de brasas y fuego, mi reflejo huye del cristal,
mis ojos llueven como pájaros sobre la plaza y su delfines.
Fachada de agujas imperiales que se eleva
hacia el prodigio de ser símbolo, misericordia, dulzura.
Y dentro los dorados, la plata, la canción del creyente
que se arrodilla ante su sueño de abrazar el pálpito,
los cuerpos cansados que ya no hacen sombra en las losas,
las lenguas que agrian el murmullo de la paz y la renuncia.
Yo me alejo de su poderosa fiereza(me mido en la espada,
en las pupilas encarnadas del santo) y busco el calor
de los tubos celestiales que en la fragilidad del coro
apaciguan mis venas ahítas de locura. ¡es tan sencillo admitir
el hueco de una mano, respirar el incienso que baja
como una nube de caridad y perdón! En los confesionarios
extrañas aves hablan aún más extraños idiomas,
escupe una cámara su plegaria mientras un rocío de flores
deja abrevar sus pétalos en las bocas calcinadas.
¿Por qué mis pasos suenan estériles como una pregunta
sin calor ni verdad? Existe un sueño perfecto
en los rostros de las imágenes, como un navío que despliega
su velamen de sal el enorme edificio parece viajar
hacia su huella roja. Las bóvedas, los capiteles, los vidrios
perfumados, las ojivas pulidas por el fervor y la mágica
luna ¡tantas son las señales, tanto el pudor que mi corazón niega!
En la inquieta desnudez de la policromía vestigios de un tiempo alado
escriben rosas de aire. Ya no temo la luz que se filtra como una lengua
en mi sed.
Sube este magnífico poema para deleite de todos.
Gracias, Rafel, por recuperar este poema. Un fuerte abrazo.Rafel Calle escribió:9 años de Alaire. Subimos sus tesoros.
Moitas grazas, Xaime e disculpa a tardanza en contestar. Unha aperta.xaime oroza carballo escribió:Non tiña o pracer, Ramón, de ter lido antes esta fermosisíma viaxe. Grazas, meu, por achegalo
Unha aperta
Gracias, Hallie, por el impulso. Un abrazo.Hallie Hernández Alfaro escribió:Vuelve para deleite de todos.