Ritmo, musicalidad...
Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Un abrazo
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Y, digo curioso porque en un momento anterior en las exposiciones dijiste, refiriéndote a una cuestión de Pablo, que:
“Pablo, el ritmo de pensamiento está analizado y mucho. Es lo que te digo de los esquemas sintácticos a base d repeticiones, frases, palabras..., con representaciones psíquicas recurrentes”.
Bien, y ahora, de la mano de esos artículos dices que lo encuentras (a Alonso) dubitativo, pasional, fantasioso y que no acaba de convencerte. En cualquier caso, qué otra cosa es la poesía sino fantasía, duda y pasión. Cuando, vuelvo a decir, se pretende crear una poesía monolítica, aprendible desde las vertientes técnicas en vez de aprehendible desde las vertientes del logos y el telos nos encontramos con estas cosas. Me inclino a pensar que, cuánto bien haríamos si tratáramos la poesía desde la filosofía, como apuntó julio, y su contraposición del pensamiento en sí, del pulso interior del poeta, de la tensión implícita entre lo regular y lo irregular, del arte como expresión íntima; en definitiva, desde el máximo atributo que confiere a la poesía su sentido: la creatividad fruto de la explosión de las cuestiones más agudas del ser humano, sin las trabas del “qué es qué” sino con el impulso de la mirada atenta al mundo de lo sensible. Desde el logos en cuanto a palabra meditada, en cuanto a su discurso y sentido. Desde el telos en cuanto a propósito en virtud del cual se hace la palabra.
También dices, que: “sin embargo, me ha gustado mucho saber de la teoría de Amado y, desde luego, muchos de sus conceptos me parecen muy aprovechables”. Cosa que me alegra porque percibo, en general, que se mantiene un rechazo a lo nuevo que llega a la poesía precedido de pensamientos y reflexiones sin frivolidad alguna, abiertos hacia lo posible fuera de los cánones encofrados, y, a la vez, se mantiene un deseo por querer dejar la virtud inamovible. Cada vez que asoma la vanguardia es mirada con recelo y, en el peor de los casos, empujada fuera de las puertas del viejo Parnaso.
Me alegra igualmente, Rafel, lo que has comentado sobre el proyecto de enseñanza infantil y poesía. Te felicito por la iniciativa. Presto gran atención a todo lo educacional. Conozco, en menor o mayor medida como todos, qué y cómo se enseña en los sistemas educativos lo relativo a la poesía y deseo hacer una observación al respecto. Mientras se mantenga la tendencia a considerar la poesía desde un aspecto encajado en principios técnicos y no se considere y se incida desde principios de pensamiento libre, la poesía se mantendrá marginal, moribunda pero perfectamente definida.
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Si un poeta llegara a dominar los aspectos técnicos del poema pero no comunicara nada toda su obra quedaría en una gran manifestación de fuegos de artificio.
A los que participamos en este foro parece que nos interesa bastante el fondo, no sólo la forma. Pero no podemos olvidar que hay otras corrientes poéticas que se preocupan justamente de lo contrario. Por ejemplo la "Poesía fonética", la "Poesía sonora", la "Poesía fonética dadaísta", el "ruidismo". En estas corrientes poéticas lo importante es el significante más que el significado. Y no podemos decir que no sean poesía. Son otro tipo de poesía. En la poesía fonética pueden emplearse sílabas sin sentido, juegos de palabras, ruidos, onomatopeyas... ¿Es todo ello poesía? Pues... a juzgar por los expertos y los creadores de estas disciplinas sí. También estas formas de hacer poesía son Poesía.
Un abrazo
Ana
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
- Rafel Calle
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Gracias a tu insistencia en defender el ritmo de pensamiento, he acudido al padre de dicho concepto y me he empapado de sus teorías, unas me gustan más y otras menos, si bien, he querido saber de todos sus estudios, sobre todo, para intentar comprender cómo llegó a sus conclusiones. También gracias a ti, he descubierto un ensayo de Amado, del castellano-español, que, precisamente, me viene al pelo.
Intentaremos encajar las teorías de Amado Alonso, pero no será fácil, desde luego, no será llamándolas "ritmo", pero sí, me gustaría buscarles un lugar en el manual que estamos preparando.
En cuanto a las vanguardias, supongo que no te referirás a Alaire. Si la escuela Alaire no es vanguardista, pues nada, ¡qué le vamos a hacer! Es`pero que cuando se publiquen nuestras aportaciones al mundo del poema, se nos reconozca, por ejemplo, una reformulación de la métrica tradicional y, en fin, si eso no es vanguardista...
En cuanto al asunto infantil, la Escuela Alaire quiere enseñar poesía a los niños, porque es vital para la propia poesía; intentaremos estar presentes en el mundo de la docencia desde muy temprana edad. Este asunto lo anunciaremos en breve, para que todos los foristas puedan participar.
Abrazos.
- Rafel Calle
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Un abrazo
Ana.
................................
Amiga Ana:
El fondo, la forma, las corrientes poéticas... De acuerdo. Pero la Escuela Alaire está diseñando un plan de estudios, empezando por lo más básico, en el que se escalonan los diferentes estratos del poema. Vamos a cambiar la tradicional manera de enseñar a escribir poesía. No empezaremos por la forma, sino por el lenguaje literario. Resulta que cuando se empieza a escribir poesía, salvo casos muy puntuales, no se sabe de métrica, pues, trataremos de potenciar el impulso primario de esos incipientes escribidores de poemas. Después, paulatinamente, vendrán otros asuntos como, por ejemplo, la versificación. En el último escalón, el de más arriba, estará la métrica, pero nuestra métrica, con innovaciones claras respecto a la métrica tradicional. Digamos que será como el doctorado en poesía. Lo cual no quiere decir que el doctor sea un buen poeta, solo quiere decir que es un experto en poesía. Son cosas diferentes.
En fin, contamos contigo para los importantes asuntos que estamos tramando, de la misma forma que contamos con todos los compañeros de Alaire, por ejemplo, los que han intervenido en este interesantísimo post, con gente así se pueden lograr muchas
cosas importantes.
Abrazos.
- Rafel Calle
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
...................................
Amigo Manuel:
Creo que las innovaciones son buenas, en tanto aporten, sumen a cualquier disciplina. Si hablamos de poesía, en este momento, hay una enorme confusión respecto a muchos conceptos del poema, están anticuados y creo que es muy necesario actualizarlos. No desterrarlos, sino adecuarlos al siglo XXI.
No hablo de estilos, cuantos más, mejor, ni de corrientes; me refiero a una reformulación de los principios básicos de la versificación, incluida la métrica. Iremos hablando.
Abrazos.
- Óscar Distéfano
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Esto que dice, Manuel, no se condice con su manera de crear. Sus poemas, en casi su totalidad, son versos polimétricos; es decir, poemas que derivan de la silva, versos acentuados de la familia endecasilábica. No entiendo cómo se puede crear un ritmo enteramente del poeta utilizando este método: trabajar con versos enteramente imparisílabos (o parisílabos). Es decir, trabajar dentro de esa vertiente. No obstante, la creación de un ritmo "inventado" creo que es posible; muchos poetas tratan de conquistarlo; pero, indefectiblemente, hacen falta, 1º- un dominio absoluto de la preceptiva tradicional, 2ª- conocer a fondo cómo existe ritmo en el versículo; 3º- conocer el ritmo de pensamiento, cuáles son los elementos que lo conforman (Para mí es, básicamente, la repetición de elementos semánticos), y 4º)una rebeldía consciente ante dicha preceptiva, ante el sistema de repeticiones clásicas.Manuel Sánchez escribió: De la poesía moderna(no sé desde cuándo se puede llamar moderna) lo que más valoro es la posibilidad de que sea el autor el que cree el ritmo de sus poemas, que la musicalidad se encuentre “callada” dentro de la composición, que no esté preestablecida, que exista esa libertad llamada verso libre que permite la intervención del escritor sin tener que ceñirse a ningún tipo de organización de sonidos que hayan creado otros. Que el descubrimiento musical se deba solo a la agrupación, a la organización de la frase, a la colocación de un acento, a la organización gramatical, a la ruptura, a la parada, al cambio, al silencio… y que todo eso se produzca como consecuencia del gusto del autor. Esto es lo que me produce felicidad cuando escribo. Uno puede abrazar en un momento determinado, porque se lo pida el cuerpo, estructuras musicales ya creadas, pero siempre tiene un medio a su alcance para elaborar un texto que será musicalmente, si lo desea, exclusivamente de su propiedad intelectual.
He aquí algunas convicciones personales, características del verso libre que busca liberarse de todo elemento métrico o retórico implantado por la tradición, menos del ritmo. Hablar de verso, cualquiera sea su naturaleza, es hablar al mismo tiempo de ritmo. Sin ritmo no existe poesía. La prosa cortada solo es poesía cuando se sustenta en un ritmo. El verso multimétrico basado en la no premeditación métrica, idem.
—El verso libre es la evolución de la poesía lírica que la va despojando de sus formas tradicionales, y busca llegar a la desnudez formal, a un conjunto de palabras que englobe el concepto de “poema”.
—El verso libre es una forma de composición poética ideal, inalcanzable. Es perseguir el paradigma de la libertad absoluta. Es acercarse a ella paso a paso mientras la meta, a cada paso, se aleja.
—Creo que el verso multimétrico es solo una variante del verso libre, y no el verso libre en sí.
—Muchos poetas se acercan al paradigma del versolibrismo; mientras, otros, sin lograr desprenderse de la regulación métrica, escriben poemas que, si bien pueden ser considerados libres, se encuentran emparentados con la silva; es decir, con los conceptos clásicos de la polimetría.
—El poeta que compone con combinaciones únicamente endecasilábicas, no está avanzando hacia el paradigma del verso libre. Más bien, se encuentra “descansando” sobre una fórmula mnemotécnica que lo ayuda a trasmitir sus sentimientos con una herramienta familiar. No está buscando formas nuevas del verso libre, hecho que puede caer en la sospecha del anquilosamiento. Por lo menos, hay que darles expresividad, acentos nuevos, para no caer en la repetición tediosa de la técnica.
—El poeta llega al verso libre después del dominio de la métrica, después de haber asimilado la secuencia rítmica de los moldes métricos. Solo el que domina una técnica tiene derecho a violarla. Es descalificador que una persona se inicie en poesía escribiendo en “verso libre”; es decir, en líneas de prosa cortada. Si así lo hiciera, jamás podrá comprender la naturaleza del verso libre. No quiero ahondar en la historia del verso libre, ya que toda la información al respecto se halla en la red. Fue una rebelión contra el preciosismo métrico del parnasianismo. Walt Witman, a quien también se puede incluir entre los primeros versolibristas, lo hizo, sin embargo, inspirado en la forma expresiva de los versículos bíblicos. Lo suyo, en la mayoría de sus poemas, se encuadra dentro de lo que se ha dado en llamar el versículo (que a mi entender, podría ser considerado una rama del verso libre, ya que busca también la liberación en la forma).
—Quiero creer que el término “verso libre” se empleó, en el postulado de los que acuñaron dicho término, para caracterizar la forma de un poema que abjuraba de la isometría y de la rima. El ritmo de cantidad existe también en un poema polimétrico, toda vez que siga una distribución organizada de los versos (como sucede en la silva tradicional). Entonces, los visionarios del verso libre lo que pretendían era, más bien, renegar de los versos con rima y de la misma cantidad de sílabas métricas, antes que renegar de la métrica misma. Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, a quien se considera uno de los pioneros del verso libre en español, lo que hizo fue versificación polimétrica, casi siempre dentro de la familia imparisílaba. Muy raras veces ha mezclado versos pares con impares; y, cuando lo ha hecho, sus razones eran nuevamente métricas. Ejemplo: un verso de 12 sílabas que podía cortarse, gracias a una inteligente y bien disimulada cesura, en dos versos yuxtapuestos, ya sea 5+7 o 7+5; lo mismo, con un decasílabo, en dos versos 5+5; y la utilización de versos yuxtapuestos de métricas inusuales, como ser 5+9 o 7+9, etc, etc.
—En el verso libre siempre hay una armonía formal, desde el momento en que hay ritmo; es decir, un acompasamiento de las palabras, una repetición armónica de elementos eufónicos, lingüísticos y/o semánticos.
—El ritmo del verso libre no es libertino como pudiera entenderse. No admite el caos auditivo. Debe, en todo caso, estar sujeto a unas normas propias del poeta, a una regulación creada para cada poema (si es preciso).
—Cada poeta puede inventar su propia forma de comunicación, su propio ritmo poético, puede ajustar su criterio a la conquista del paradigma versolibrista, revelarse contra el ritmo acentual, y puede trasmitir la configuración rítmica-armónica que le surja. El problema consiste en la extremada dificultad de llevar a cabo tamaña empresa. Pero pude constatar que muchos poetas se encuentran en esa búsqueda.
Actualmente, el verso libre ha trasvasado las intenciones originales de sus propulsores. Hoy día se busca el despojamiento de cualquier atisbo de forma tradicional. Es la búsqueda del “verso libre de…”, lo cual significa algo así como “verso liberado” antes que “verso libre. Aunque en su mayor parte, el patético resultado va siendo el peligroso acercamiento a la prosa y a la afectación.
Mi preocupación sobre este punto es real. Espero no se tome esta opinión, como otras veces, como un ataque personal.
Saludos. Óscar
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Diré (“a lo Voltaire”, y sin exagerar) que muchas cosas no están en mi ideario, pero defenderé que puedan ser expresadas, tenidas en cuenta y difundidas.
Un abrazo.
...
Apreciado Rafel, no sé qué te ha podido hacer pensar que me refiriera a Alaire. Dije claramente, “en general”, al señalar la oposición a lo nuevo que experimentan las vanguardias al asomarse a la poesía. Eso es todo.
Sobre las vanguardias decir que se caracterizan por la innovación que aportan a un campo determinado. Como tal, la innovación para que sea real, debe aportar aspectos relevantes en sus conceptos de modo que puedan llegar a modificar el campo. No siempre el cambio conlleva innovación. Un ejemplo, el paso de la superficie de rodadura maciza al neumático es innovación. El paso a la llanta metálica es innovación. Que las llantas sean de cuatro radios o de seis no es innovación.
Sin duda son de interés los planteamientos de Amado Alonso y los escritos de otros autores en cuanto a su análisis y debate. Que no quieras llamar ritmo a lo que se caracteriza como ritmo, eso ya es cosa tuya.
Defiendo aquellas ideas y conceptos que entiendo relevantes para ser incorporadas al proceso intelectual. Cómo sean incorporadas o no a dicho proceso es asunto de cada cual, como le comento a Ana.
Un abrazo, Rafel.
...
Querido Óscar, has hecho toda una declaración de intenciones. Sólo como observación decir que se suelen confundir fácilmente las declaraciones fácticas y los juicios.
Otro abrazo.
- Rafel Calle
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
......................................................................Óscar Distéfano escribió:Esto que dice, Manuel, no se condice con su manera de crear. Sus poemas, en casi su totalidad, son versos polimétricos; es decir, poemas que derivan de la silva, versos acentuados de la familia endecasilábica. No entiendo cómo se puede crear un ritmo enteramente del poeta utilizando este método: trabajar con versos enteramente imparisílabos (o parisílabos). Es decir, trabajar dentro de esa vertiente. No obstante, la creación de un ritmo "inventado" creo que es posible; muchos poetas tratan de conquistarlo; pero, indefectiblemente, hacen falta, 1º- un dominio absoluto de la preceptiva tradicional, 2ª- conocer a fondo cómo existe ritmo en el versículo; 3º- conocer el ritmo de pensamiento, cuáles son los elementos que lo conforman (Para mí es, básicamente, la repetición de elementos semánticos), y 4º)una rebeldía consciente ante dicha preceptiva, ante el sistema de repeticiones clásicas.Manuel Sánchez escribió: De la poesía moderna(no sé desde cuándo se puede llamar moderna) lo que más valoro es la posibilidad de que sea el autor el que cree el ritmo de sus poemas, que la musicalidad se encuentre “callada” dentro de la composición, que no esté preestablecida, que exista esa libertad llamada verso libre que permite la intervención del escritor sin tener que ceñirse a ningún tipo de organización de sonidos que hayan creado otros. Que el descubrimiento musical se deba solo a la agrupación, a la organización de la frase, a la colocación de un acento, a la organización gramatical, a la ruptura, a la parada, al cambio, al silencio… y que todo eso se produzca como consecuencia del gusto del autor. Esto es lo que me produce felicidad cuando escribo. Uno puede abrazar en un momento determinado, porque se lo pida el cuerpo, estructuras musicales ya creadas, pero siempre tiene un medio a su alcance para elaborar un texto que será musicalmente, si lo desea, exclusivamente de su propiedad intelectual.
He aquí algunas convicciones personales, características del verso libre que busca liberarse de todo elemento métrico o retórico implantado por la tradición, menos del ritmo. Hablar de verso, cualquiera sea su naturaleza, es hablar al mismo tiempo de ritmo. Sin ritmo no existe poesía. La prosa cortada solo es poesía cuando se sustenta en un ritmo. El verso multimétrico basado en la no premeditación métrica, idem.
—El verso libre es la evolución de la poesía lírica que la va despojando de sus formas tradicionales, y busca llegar a la desnudez formal, a un conjunto de palabras que englobe el concepto de “poema”.
—El verso libre es una forma de composición poética ideal, inalcanzable. Es perseguir el paradigma de la libertad absoluta. Es acercarse a ella paso a paso mientras la meta, a cada paso, se aleja.
—Creo que el verso multimétrico es solo una variante del verso libre, y no el verso libre en sí.
—Muchos poetas se acercan al paradigma del versolibrismo; mientras, otros, sin lograr desprenderse de la regulación métrica, escriben poemas que, si bien pueden ser considerados libres, se encuentran emparentados con la silva; es decir, con los conceptos clásicos de la polimetría.
—El poeta que compone con combinaciones únicamente endecasilábicas, no está avanzando hacia el paradigma del verso libre. Más bien, se encuentra “descansando” sobre una fórmula mnemotécnica que lo ayuda a trasmitir sus sentimientos con una herramienta familiar. No está buscando formas nuevas del verso libre, hecho que puede caer en la sospecha del anquilosamiento. Por lo menos, hay que darles expresividad, acentos nuevos, para no caer en la repetición tediosa de la técnica.
—El poeta llega al verso libre después del dominio de la métrica, después de haber asimilado la secuencia rítmica de los moldes métricos. Solo el que domina una técnica tiene derecho a violarla. Es descalificador que una persona se inicie en poesía escribiendo en “verso libre”; es decir, en líneas de prosa cortada. Si así lo hiciera, jamás podrá comprender la naturaleza del verso libre. No quiero ahondar en la historia del verso libre, ya que toda la información al respecto se halla en la red. Fue una rebelión contra el preciosismo métrico del parnasianismo. Walt Witman, a quien también se puede incluir entre los primeros versolibristas, lo hizo, sin embargo, inspirado en la forma expresiva de los versículos bíblicos. Lo suyo, en la mayoría de sus poemas, se encuadra dentro de lo que se ha dado en llamar el versículo (que a mi entender, podría ser considerado una rama del verso libre, ya que busca también la liberación en la forma).
—Quiero creer que el término “verso libre” se empleó, en el postulado de los que acuñaron dicho término, para caracterizar la forma de un poema que abjuraba de la isometría y de la rima. El ritmo de cantidad existe también en un poema polimétrico, toda vez que siga una distribución organizada de los versos (como sucede en la silva tradicional). Entonces, los visionarios del verso libre lo que pretendían era, más bien, renegar de los versos con rima y de la misma cantidad de sílabas métricas, antes que renegar de la métrica misma. Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, a quien se considera uno de los pioneros del verso libre en español, lo que hizo fue versificación polimétrica, casi siempre dentro de la familia imparisílaba. Muy raras veces ha mezclado versos pares con impares; y, cuando lo ha hecho, sus razones eran nuevamente métricas. Ejemplo: un verso de 12 sílabas que podía cortarse, gracias a una inteligente y bien disimulada cesura, en dos versos yuxtapuestos, ya sea 5+7 o 7+5; lo mismo, con un decasílabo, en dos versos 5+5; y la utilización de versos yuxtapuestos de métricas inusuales, como ser 5+9 o 7+9, etc, etc.
—En el verso libre siempre hay una armonía formal, desde el momento en que hay ritmo; es decir, un acompasamiento de las palabras, una repetición armónica de elementos eufónicos, lingüísticos y/o semánticos.
—El ritmo del verso libre no es libertino como pudiera entenderse. No admite el caos auditivo. Debe, en todo caso, estar sujeto a unas normas propias del poeta, a una regulación creada para cada poema (si es preciso).
—Cada poeta puede inventar su propia forma de comunicación, su propio ritmo poético, puede ajustar su criterio a la conquista del paradigma versolibrista, revelarse contra el ritmo acentual, y puede trasmitir la configuración rítmica-armónica que le surja. El problema consiste en la extremada dificultad de llevar a cabo tamaña empresa. Pero pude constatar que muchos poetas se encuentran en esa búsqueda.
Actualmente, el verso libre ha trasvasado las intenciones originales de sus propulsores. Hoy día se busca el despojamiento de cualquier atisbo de forma tradicional. Es la búsqueda del “verso libre de…”, lo cual significa algo así como “verso liberado” antes que “verso libre. Aunque en su mayor parte, el patético resultado va siendo el peligroso acercamiento a la prosa y a la afectación.
Mi preocupación sobre este punto es real. Espero no se tome esta opinión, como otras veces, como un ataque personal.
Saludos. Óscar
Amigo Óscar:
Sinceramente, lo siento mucho. Después de tantos años en Alaire, no me esperaba tal declaración de principios. Me parece una barbaridad tras otra.
Un abrazo.
- Óscar Distéfano
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Querido Óscar, has hecho toda una declaración de intenciones. Sólo como observación decir que se suelen confundir fácilmente las declaraciones fácticas y los juicios.
Otro abrazo.
......................................................................
Rafel:
Amigo Óscar:
Sinceramente, lo siento mucho. Después de tantos años en Alaire, no me esperaba tal declaración de principios. Me parece una barbaridad tras otra.
Un abrazo.
Todo es posible, amigo Ignacio. Mi única intención fue decir lo que pienso, lo que siento en este tiempo. Reconozco que puedo estar equivocado; pero, luego de releer atentamente mi texto, no me arrepiento de haberlo publicado. Creo que existe una profunda dinámica evolutiva en el concepto del verso libre.
Abrazos cordiales. Óscar
Bueno, Estimado Rafel, es lo que pienso ahora en abril del 2018. He cambiado en mi forma de ver el verso libre, aunque no creo que me encuentre muy distanciado de lo que aquí he aprendido. Es posible que esté equivocado y, como tú dices, estos principios sean una barbaridad. En todo caso, me gustaría que alguien me abra los ojos, que me haga ver mi error o confusión conceptual, si es que los hubiere. Estamos en un debate abierto, creo yo.
Abrazos también para ti. Óscar
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Para mí, no es exclusivo de una poesía actual lo que llamamos ritmo de pensamiento; podemos echar mano de los recursos que creamos necesarios para trasmitir nuestra emoción por algo. Interpreto, por los comentarios vertidos, que estamos de acuerdo en que alguna base rítmica debe tener lo que se entiende como poesía para diferenciar lo escrito de una mera exposición de realidades cotidianas o científicas. Yo defiendo la existencia de tal ritmo basado en las siguientes consideraciones que repito, son personales; no soy un especialista en poética. Lo que muchas veces hago, es trasladar el conocimiento que tengo de otros campos para suplir mi deficiencia.
Hoy sabemos mucho más de siconeurología. Cuando uno de los receptores sensoriales de nuestro cuerpo detecta un estímulo, lo capta y para poder enviarlo al cerebro el cual lo traduce en una señal eléctrica. Una vez llega allí esa información, el cerebro se encarga de organizarla, interpretarla y darle significado mediante un proceso que llamamos percepción. El ritmo, por tanto, se genera en el cerebro. Es rítmico lo que percibimos como tal.
La poesía inicialmente tenía un componente casi exclusivamente sonoro, visual con los gestos que acompañaban al declamante; puntual en un golpe más o menos corto y eso, a veces, condiciona mucho para entender otras formas que nuestra mente también interpreta como rítmicas. En este caso, estructuras más largas, ya no una sílaba tónica o una rima, que también se repiten en el tiempo: paralelismos, aliteraciones, imágenes, ideas y metáforas dentro de un mismo campo semántico por poner un ejemplo. El ritmo de pensamiento, por tanto, es una interpretación directa y al principio intuitiva de la obra que percatamos; requiere una labor más detenida de análisis. Pero no por ello es menos importante que otros instrumentos que hoy utilizamos en nuestros poemas y sobre todo, digna de figurar en cualquier tratado de poética.
Hoy tenemos un acceso a la poesía fundamentalmente a través de la escritura, a diferencia de los antiguos receptores; y al ser una expresión gráfica también hay un componente rítmico visual: blancos y negros; lo que convierte el silencio gráfico en un signo del verso, del ritmo que se traslada al cerebro.
Esto diferencia la escritura de la música que sí es totalmente auditiva. Por eso hay que llevar cuidado en las comparaciones directas de ritmo y música en el poema y en las composiciones estrictamente musicales.
Porque muchas veces una disposición espacial e intencionada, en la hoja, de los signos gráficos determinan también en nuestra mente el ritmo. A veces se nos olvida este aspecto. El poeta que quiere cortar en determinados momentos el discurso para poner un silencio. La discusión sobre la mayor o menor largura del verso se convierte en algo insustancial. Pero los silencios sí son importantes, el blanco en la hoja, determinan ritmo; el ritmo que él quiere transmitir, convirtiendo un texto narrativo en poético; más si le añade una serie de componendas líricas que enaltezcan su obra. Es entonces, si el espectador lo permite, cuando entramos a considerar la obra como lírica. Por esto lo importante es conocer y combinar los distintos recursos para hacer atractiva y digerible la obra. Ninguno está en contradicción.
No hay arte sin espectador, como no hay existencia de nada sin observador. Aquí entro a apuntar el mensaje de Julio que para mí no ha quedado en el olvido de la filosofía. Estaba esperando encajar su propuesta en un texto. Pasa que me atosiga el tiempo, como supongo a todos los que no nos dedicamos de forma profesional a la escritura.
Para no hacerme pesado, dejo aquí por el momento lo que intento compartiros.
Un abrazo
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Un abrazo.
…
Armilo, suscribo tu última exposición. Excluir limita.
Un abrazo.
- Rafel Calle
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Abrazos también para ti. Óscar.
................................................................................
Amigo Óscar:
No sé si has cambiado tu forma de ver el verso libre, lo que veo es que estás metido en un caos conceptual inaudito. No creo que en Alaire hayas llegado a estas conclusiones, tiene que haber sido lejos de aquí, en las antípodas. No pienso que estés equivocado solo con el verso libre, sino con casi todo lo demás que dices. Me quedo perplejo cuando afirmas que "el poeta tiene que inventar ritmos", pero, ojo, para inventarlos dices que "es imprescindible un dominio absoluto de la preceptiva tradicional .” Solo se puede ser inventor de ritmos si eres un experto en métrica, qué fuerte, tanto lo de inventar ritmos, como lo otro.
Otra perla que nos dejas es “El poeta llega al verso libre después del dominio de la métrica, después de haber asimilado la secuencia rítmica de los moldes métricos. Solo el que domina una técnica tiene derecho a violarla.”. Sin comentarios, no puedo hallar las palabras para expresarte la sorpresa que me produce que no se pueda escribir como a cada cual le plazca, si no se domina la métrica. Pones en solfa a tantos y tan grandes poetas, también de Alaire…
Pero no acaba aquí el rosario conceptual que nos regalas, también dices, “He aquí algunas convicciones personales, características del verso libre que busca liberarse de todo elemento métrico o retórico implantado por la tradición, menos del ritmo.”. Es decir, un verso sin métrica y sin retórica, pero un verso; seguramente se construye a base de magia, se saca de la chistera. Hay que ser un mago para construir un verso medianamente digno, sin métrica (imposible, si es verso tiene medida) y sin retórica (falto de la más mínima calidad literaria).
En fin, lo que sigue de tu comentario, pues, me indica que no distingues entre el verso libre y el versículo. He intentado aclarártelo en muchas ocasiones, pero he fracasado estrepitosamente, como queda meridianamente claro en tu intervención.
Lo siento mucho porque, precisamente ahora, me parece muy importante tener cerca a compañeros que tengan claros los conceptos que en Alaire hemos desarrollado durante muchos años. Y si no los tienen claros, por lo menos que quieran aclararlos, no con afirmaciones absolutamente inauditas, sino con planteamientos que ayuden a desarrollar las ideas que hace mucho tiempo que venimos pregonando.
Abrazos.
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Re: Participa aquí mismo, en la musicalidad en el poema
Creo que hay varios itinerarios posibles para el poeta en su proceso creador a través del tiempo.
El itinerario estaría formado por tres elementos, aunque a veces puede quedarse en sólo dos...
Los elementos serían.
a) Lectura de grandes poetas, de literatura en general y de libros de otras disciplinas.
b) Escritura libre, personal, para plasmar pensamientos, emociones, descripciones, crítica social, etc.
c) Estudio y aplicación de la métrica.
1) Del idioma nativo.
2) De otros idiomas.
Hay poetas cuyo itinerario es:
a-b-c
Primero leen, luego empiezan a escribir y por último se ponen a estudiar métrica.
Otros poetas siguen este otro itinerario;
a-c-b
Primero leen, luego estudian métrica (al menos los rudimentos) y por fin comienzan a escribir.
El tercer itinerario sería:
b-a-c
Aquí el poeta primero se pone a escribir. Luego empieza a interesarse por leer poesía y literatura en general y por último estudia métrica.
El cuarto itinerario es:
b-c-a
El poeta primero escribe
luego estudia algo de métrica
y por fin empieza a leer a los grandes poetas.
El quinto itinerario es poco usual:
c-a-b
Primero el poeta estudia métrica, después lee a los grandes poetas y por último se pone a escribir.
El sexto itinerario también es poco usual:
c-b-a
Primero el poeta se adentra en la métrica, después escribe y por último lee a los grandes poetas.
Además de estos seis itinerarios hay estos otros:
Séptimo itinerario:
a-b
El poeta primero lee a otros poetas y después un día se pone a escribir.
Su escritura puede tener ritmo o no. Ello depende de su ritmo interno innato y de las lecturas previas que ha hecho. Si ha leído mucha poesía en su idioma nativo seguramente sus poemas tendrán algún ritmo surgido por mimetismo de sus lecturas, aunque no siempre.
En este itinerario el poeta pasa de la métrica. Puede pasar por varios motivos: pensar que no la necesita, parecerle aburrida, no tener tiempo, creer que puede castrarle su creatividad, tenerle miedo, parecerle absurda o cualquier otro motivo.
Octavo itinerario:
b-a
El poeta escribe porque en su vida hay un disparador que le lleva a necesitar expresarse (amor, desamor, acontecimientos sociales, traumas, muerte de un ser querido) y posteriormente se interesa por la lectura de los grandes poetas.
En este caso la poesía suele actuar como catarsis y el poeta pasa de la métrica por unas razones u otras.
Noveno itinerario:
b-c
Este itinerario es muy raro, pero también puede darse
El poeta escribe y después estudia métrica, pero no se interesa por leer a los grandes poetas de la historia.
Décimo itinerario:
Finalmente tendríamos al poeta o aspirante que sólo quiere escribir sus textos. Este poeta pasa de la métrica por unas u otras razones y pasa de leer a los grandes poetas de la historia. Sólo está interesado en su propia escritura.
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Mi caso ha sido algo peculiar:
Primero leí a grandes poetas. Desde los 15 años. A los 18 años empecé a escribir poemas por un disparador. Una relación amorosa. Como había estudiado música (estaba cursando piano, armonía y música de cámara) empecé (sin ser muy consciente de lo que hacía) a escribir con cadencia acentual. Los músicos llevamos el ritmo en la sangre y por otra parte, en la teoría de la música que se estudia en solfeo se aprenden todos los tipos de compases, acentuación, etc.
Posteriormente, 7 meses más tarde, conocí a quien se convertiría en mi compañero durante 25 años. Era poeta, había publicado un poemario, dirigía una tertulia con otros escritores y poetas. Entonces, de su mano comencé a estudiar métrica española.
Creo que cada itinerario tiene sus particularidades. A mí personalmente me interesa desarrollar los tres elementos: leer a los grandes, escribir y estudiar métrica. Supongo que en este foro hay poetas con diferentes itinerarios. Los hay interesados en métrica, los hay desinteresados y los hay que le tienen alergia. Todo me parece muy respetable. Al fin y al cabo somos diferentes y es lógico que sea así.
¿Qué hacemos con el escribidor de poemas que no quiere leer a los grandes poetas? Nada. Si libremente no quiere leer no se le puede obligar. Puede que sólo le interese lo suyo. Puede que su poesía tenga como finalidad la autoterapia y no quiera nada más.
¿Y con el poeta que pasa de la métrica? Nada. No se puede hacer nada. O te gusta y te entusiasma o te da alergia o produce desinterés. La métrica es una de esas disciplinas que causan amor y pasión u odio o desinterés. No hay nada que hacer cuando alguien la odia o le causa desinterés. No sé si puede ser una característica genética o tiene que ver con la educación.
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Otra cuestión que me parece interesante es la confusión que produce leer poesía traducida.
Por poner un ejemplo, cuando leemos a Wislawa Szymborska podemos pensar que sus versos son libres y no están sometidos a una métrica clásica. Es porque leemos la versión del traductor. Sin embargo, los poemas originales de la autora tienen una métrica clásica. En polaco, por supuesto.
Esto pasa también con las traducciones del inglés al español, del chino, del japonés y de tantos y tantos idiomas.
A veces hay traductores que conocen la métrica de ambos idiomas y en vez de traducir versionan. De ese modo conservan el pulso rítmico del original en el idioma de llegada. Pero para lograr esto hay que ser no sólo traductor sino poeta y profundo conocedor de la métrica de ambos idiomas. No es fácil esto. Estas traducciones en las que se pierde la cadencia, la medida silábica, la rima... nos despistan haciéndonos creer que estamos ante versos amétricos y generalmente sólo estamos ante versos traducidos de un modo casi literal. En la transformación... el traductor ha convertido un texto poético muy musical en un texto prosaísta.
Un abrazo
Gracias a todos por vuestras opiniones
Ana