Dueños del tiempo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una magnífica entrega amigo Mario; uno de esos poemas tuyos, claros, sin tapujos, pero de rica expresión en matices complejos y de importantísimoa problemática cotidiana.

Un abrazo, querido amigo.

[enrique sanmol]

Eso que envidias (que envidiamos) se llama prejubilaciones o jubilaciones anticipadas y, la verdad, es que cada vez se nos está poniendo más difícil que tengamos la posibilidad de algún día obtenerla. Los conozco que con 50 años han obtenido jubilaciones de lujo por aquello de que al Botín le venía bien quitárselos de en medio, también un cuñado que a los 52 se fue con el 100% y todo el tiempo del mundo para sus variopintos hobbys... Ahora nos lanzan la piedra de los 67 años y, la verdad, es que los números de la Seguridad Social de esta nuestra tierra no salen ni a los 70... El discurso ahora irá a que nos hagamos planes de pensiones privados...

Perdona la deriva, Mario. El poema, como siempre, certero e inteligente.

Un abrazo.

[Mario Martínez]

Gracias Pilar, ya sé que tú jamás dilapidarás el tiempo, amiga mía, que siempre sea así. Un abrazo.
Mario.

[Tristany Joan Gaspar]

Hola Mario.
No sabes lo acuerdo que estoy contigo en los dos planteamientos de tu poema.
Yo tengo la misma envidia por los que disponen de tiempo y no puedo entender lo que disponiendolo se someten a las reglas de una obligación.
Además el poema con la categoria de un lenguaje impecable y con un ritmo excelente.

Mis felicitaciones y un abrazo

Joan

[Aubriel Camila de la Prad]

Envidio a los que tienen el tiempo a su servicio.
A quienes ya cruzaron la línea que asevera
que el resto de los años son solamente suyos.
A los que no han de darle a nadie explicaciones
si quieren cada día, porque les viene en gana,
quedarse con el alba un rato más durmiendo
sin temor a que altere decisión tan sublime
ni bruscos sobresaltos ni estridentes zumbidos.
Hacer aquellas cosas que nunca se otorgaron
cuando presos forzosos del sistema vigente,
aparcaron a un lado de su querencia, sueños,
sosegadas lecturas, distracciones y viajes.
Envidio a los que ahora son libres y disfrutan
del merecido asueto que el jubilo concede
y no tienen ni cargas ni insalvables problemas
que los sigan atando a la gris servidumbre.

Es cierto, los envidio, por qué no confesarlo.
De idéntica manera que nunca envidiaría
a todos los que estando en esa tesitura
de exprimir a la vida cada postrero instante,
añoran las cadenas de arcaicos empleos,
rastreras obediencias o consentidos yugos.
A los que poseyendo del tiempo la fortuna,
no saben invertirlo, darle significado.
Y asumen su solvencia llorosos y aburridos.




Mario.

Ay, Mario, yo envidio lo mismo...
Es precioso tu poema, me lo llevo para leer y leer y leer.

Besos y mis aplausos, poeta.

[Mario Martínez]

Gracias, Ramón, amigo mío, por ese comentario halagador. Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Concha, amiga mía, me alegra saber que te gustó. Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Así es, amigo Emerio, así es. me alegra que te gustase. un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Juan, por dejarme tu halagador y grato comentario. Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Lourdes, me alegra que te guste lo que escribo, también a mí me encanta tu poesía.
Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias, Josefa, soy de tu misma opinión, amiga mía. Me alegra que te gustase. Abrazos.
Mario.

[Mario Martínez]

A Julio S.

Gracias, amigo mío, por dejarme tu generosa opinión a mi poema. me alegra saber que te gustó. Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Carmen.
Yo lo tengo dificil de la forma que dices, amiga mía. No suelo jugar

gracias y un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Cecy.

Me alegra saber que te gustó el poema, amiga mía. Un fuerte abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias J. J.
Me alegra mucho, amigo mío, saber que te gustó el poema. Un fuerte abrazo.
Mario.