Antonio Justel escribió:Daniela Miño escribió:Yace en mí la metamorfosis de una mujer,
esa que araña el cubículo del olvido,
que reniega insolente de los pasillos del primer otoño.
Aquella candela que escarchaba la elipsis del diluvio
regresa con alambres en las manos
dibuja una estoica peineta en mis pestañas
se vuelve más fría desde que agosto se ha vencido.
En la persecuta inerte que deambula la escalera a la muerte
extraviar el paisaje que agasaja el ingreso a la armonía
se asemeja a los balcones caídos y difuminados del exilio.
¿Por qué tu nombre se ha hecho desvelo?
¿Por qué las lumbres del ocaso aún opacan el silencio?
Es cierto que la oportunidad ha descosido la vereda.
Yo solamente caminé en reversa a través de las palomas
para merecer algún puñado de otro destino.
Aún así, arrastrando en el óvalo de la lágrima y a la hora perfecta,
las setecientas rejas que clausuraron el purgatorio compartido
la minúscula existencia a la que me reduje desde la asunción del primer síntoma.
Aún así, desde la primorosa mañana que apareció necesitándote,
mientras dormíamos en las manos de una quimera
con una ráfaga de alegorías a vencer
alimentando la partícula inicial de un embrollo desvalido.
Acaso las ranuras que empiezan por habitarme
se atrincheren enojadas para desafiar a la física
y en unos besos fósiles y demás ajados
revierta el suicidio de la mirada clandestina.
.. espléndido y profundo, querida Daniela, saludos para ti; Orión
Gracias Antonio, es un placer tu visita.
Un beso enorme.