Publicado: Sab, 23 Ene 2010 8:31
Hola Rafael, yo al igual que Mario también disfruté de la polimetría de tus versos y esa voragine de imagenes desbordadas que hacen de tu escrito un muy buen poema.
Saludos
Javier
Saludos
Javier
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Rafael Valdemar escribió:Si un día la veis decidle
que cuando asciende la nada
por mis muertes interiores,
desde la plenitud del vacío,
su ausencia me interroga
porque todavía busco
la alquimia de sus manos
que desnudas fueron
dejándome en la piel
la esencia de su tacto.
Decidle que sin ella
la distancia de su boca
se hace oquedad en la sangre
que duele como un mordisco,
que el refugio de su cuerpo
ha de ser mi única patria
que la noche es insurgente
atrincherada en mi alcoba
y en la paz de sus latidos
mi vida sólo hallara tregua.
Decidle que regreso
a la hora del poniente
a los médanos del agua,
donde jazmines de soledad,
hacia la muerte afloran
y del caudal de mis venas
a solas el vino del deseo bebo
y cuando se despierta el alba
bajo el palio de su luz
ebrio por mis heridas lloro.
Decidle que ahora en invierno
con fuerza indómita
a mi memoria retorna
y la nostalgia me habita
y como si fuera un naúfrago
a las olas del recuerdo
con valentía me agarro:
serán amanecer sus huellas
y en la eternidad del olvido
no quedarán sepultadas.
Rafael Valdemar escribió:Si un día la veis decidle
que cuando asciende la nada
por mis muertes interiores,
desde la plenitud del vacío,
su ausencia me interroga
porque todavía busco
la alquimia de sus manos
que desnudas fueron
dejándome en la piel
la esencia de su tacto.
Decidle que sin ella
la distancia de su boca
se hace oquedad en la sangre
que duele como un mordisco,
que el refugio de su cuerpo
ha de ser mi única patria
que la noche es insurgente
atrincherada en mi alcoba
y en la paz de sus latidos
mi vida sólo hallara tregua.
Decidle que regreso
a la hora del poniente
a los médanos del agua,
donde jazmines de soledad,
hacia la muerte afloran
y del caudal de mis venas
a solas el vino del deseo bebo
y cuando se despierta el alba
bajo el palio de su luz
ebrio por mis heridas lloro.
Decidle que ahora en invierno
con fuerza indómita
a mi memoria retorna
y la nostalgia me habita
y como si fuera un naúfrago
a las olas del recuerdo
con valentía me agarro:
serán amanecer sus huellas
y en la eternidad del olvido
no quedarán sepultadas.
Rafael Valdemar escribió:Si un día la veis decidle que cuando desciende la nada
por mis muertes interiores, desde la plenitud del vacío,
su ausencia me interroga porque todavía busco
la alquimia de sus manos que desnudas fueron
dejándome en la piel la esencia de su tacto.
Decidle que sin ella la distancia de su boca
se hace oquedad en la sangre que duele como un mordisco,
y atrincherada en mi alcoba, la noche se hace insurgente,
que el refugio de su cuerpo ha de ser mi única patria
y en la paz de sus latidos mi vida sólo hallara tregua.
Decidle que regreso a la hora del poniente
a los médanos del agua, donde jazmines de soledad,
hacia la muerte afloran y del caudal de mis venas,
a solas, el vino del deseo bebo y cuando se despierta el alba
bajo el palio de su luz ebrio por mis heridas lloro.
Decidle que ahora en invierno con fuerza indócil
a mi memoria retorna y la nostalgia me habita.
Y como si fuera un naúfrago a las olas del recuerdo
con valentía me agarro para que sean amanecer sus huellas
y en la eternidad del olvido jamás queden sepultadas.