Editorial Alaire

Carmen Alegre escribió:

Pilar Morte escribió:Me lleva el destino sujeta a su cadena,
el que ata mis pies al asfalto bajo aceras marcadas,
el que abre el libro por la misma página por no ver el final,
el que barniza el alma para no mudar la piel
y la abriga con semillas de costumbre.

Presiento los futuros, los que absorben el mármol
extendidos en tierra para ser cubil de ciprés.
Mientras... me divierte pensar que elegí el juego
vestida de ficción cuando me llaman las voces,
la libertad a tientas, velos tiñendo rostros
que solo dejan ver un rayo a las alturas.

Me recupera el bosque, la danza de la brisa,
el olor de retama en los pasos, el canto de las hojas.
Me cobijo en nidos de paz para gozar sus raíces
y descubrir las mías.
Me fundo en las hayas presa de su aliento
donde abrazo por un instante a mi dios
y evaporo el lamento que esculpió el tiempo.
Me abro a la armonía... y soy.

El destino nos limita las libertades, a unos sólo unas pocas a muchos todas o casi todas. El lugar en el que nacemos, nos puede regalar la diversión de imaginar que jugamos al juego de ser libres.
Interesante y hermoso poema, para pensar mucho.

Un abrazo grande Pilar.

Gracias por acercarte aleer el poema y comentarlo
Abrazos
Pilar

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Pilar Morte escribió:Me lleva el destino sujeta a su cadena,
el que ata mis pies al asfalto bajo aceras marcadas,
el que abre el libro por la misma página por no ver el final,
el que barniza el alma para no mudar la piel
y la abriga con semillas de costumbre.

Presiento los futuros, los que absorben el mármol
extendidos en tierra para ser cubil de ciprés.
Mientras... me divierte pensar que elegí el juego
vestida de ficción cuando me llaman las voces,
la libertad a tientas, velos tiñendo rostros
que solo dejan ver un rayo a las alturas.

Me recupera el bosque, la danza de la brisa,
el olor de retama en los pasos, el canto de las hojas.
Me cobijo en nidos de paz para gozar sus raíces
y descubrir las mías.
Me fundo en las hayas presa de su aliento
donde abrazo por un instante a mi dios
y evaporo el lamento que esculpió el tiempo.
Me abro a la armonía... y soy.

Pilar querida, entro con vos en ese bosque con nidos de paz y me fundo también en esas hayas.

"Me abro a la armonía ... y soy."

Es hermoso tu poema, tan nítido, tan claro, que se lo vivencia.

Besos y todos los aplausos.

Me alegra que te gustase el poema. Gracias por compartir tu opinión
Un abrazo grande
Pilar

Hoy, Pilar, tenemos un duende en el foro, porque es la tercera vez que te comento sin conseguir que mi intervención quede reflejada. Te decía que comparto con algunos compañeros las apreciaciones que te hacen sobre las metáforas del mármol y el ciprés. Para mí lo mejor es la estrofa final, sobre todo ese "soy", que magnifica el poema. He notado que muchos de tus versos siguen los criterios acentuales de los endecasílabos, con acentos en cuarta y sexta o en cuarta y octava. Otros versos no siguen a éstos, lo que difumina el ritmo. Cuando escribimos solemos hacerlo al dictado de Musa, sin más, o aplicando ciertas reglas de acentuación para acercar más nuestro trabajo al ritmo versal y alejarlo, por consiguiente, del prosaico. Aunque la primera forma de escribir es tan plausible como la segunda, en aras a conseguir el climax estético, en este caso hubiese deseado leer todos los versos con las mismas pautas de ritmo de intensidad (acentual) . Un saludo.

Nésthor Olalla escribió:Bello poema, Pilar. Un gusto asomarme y degustar su lectura.


Abrazo.

El gusto es mío por ver tu huella. Gracias por acercarte
Abrazos
Pilar

Mario Martínez escribió:Presiento los futuros, los que absorben el mármol
extendidos en tierra para ser cubil de ciprés.

Hola Pilar.
Imágenes como estas, certeras y profundas son las que engrandecen tus versos, amiga mía.
Sioempre un placer leerte. Abrazos.
Mario.

Siempre un placer verte por mis letras. Gracias por ello
Abrazos
Pilar

Francisco Lobo escribió:Hoy, Pilar, tenemos un duende en el foro, porque es la tercera vez que te comento sin conseguir que mi intervención quede reflejada. Te decía que comparto con algunos compañeros las apreciaciones que te hacen sobre las metáforas del mármol y el ciprés. Para mí lo mejor es la estrofa final, sobre todo ese "soy", que magnifica el poema. He notado que muchos de tus versos siguen los criterios acentuales de los endecasílabos, con acentos en cuarta y sexta o en cuarta y octava. Otros versos no siguen a éstos, lo que difumina el ritmo. Cuando escribimos solemos hacerlo al dictado de Musa, sin más, o aplicando ciertas reglas de acentuación para acercar más nuestro trabajo al ritmo versal y alejarlo, por consiguiente, del prosaico. Aunque la primera forma de escribir es tan plausible como la segunda, en aras a conseguir el climax estético, en este caso hubiese deseado leer todos los versos con las mismas pautas de ritmo de intensidad (acentual) . Un saludo.

Amigo Francisco, sigo alguna pauta con los versos y luego me dejo llevar de la intuición, quizás podría lograr mejorar el ritmo. Gracias por tu comentario
Abrazos
Pilar