Re: re: Rafael Calle
Publicado: Mar, 27 Nov 2007 22:55
Te sigo; tus palabras, el mensaje,
tu canto de azahar, alarde, río
de frenesí fantástico. Coraje
de naranja muriéndose de frío.
Ando buscando olor para el anclaje
frutal, que mece el otoño bravío
acompasado, buscando pasaje
para olvidos hechos al griterío.
Una voz que ensombrece las edades
dice amiga y el eco se derrama
por un otoño de negror severa.
La disputa de hojas mortecinas
acompasa luz parda acristalada
en días crepitantes de tristeza.
Qué otoño este...
Pero existe el otoño. Es el color que se va de las hojas
y las deja muertas. Los sentimientos en madeja, algo
que ya no es vino y no es licor aún.
La casa tiene alrededor caminos, y esa sombra que se aleja
ha sido luz para una tarde vieja en la que no quisimos el amor.
Porque el otoño siempre es el final, las parras cenicientas a muñones,
el crepúsculo cárdeno y abiguo, la agonía de los caquis,
el fanal de la escarcha, y en nuestros corazones la obstinación
rural de un noble antiguo.
Mañana, si quieres, podemos empezar a meternos con los versos.
Yo empezaría por los endecasílabos, que son los versos que hemos tratado de escribir en nuestro poema.
Empezaremos, si no tienes inconveniente, por los endecasílabos que acentúan en la sexta sílaba o, en cuarta y octava, versos sáficos.
Te mando un fuerte abrazo.
Y muchas gracias por participar en el poema tan agradablemente.
Tus versos son preciosos.
tu canto de azahar, alarde, río
de frenesí fantástico. Coraje
de naranja muriéndose de frío.
Ando buscando olor para el anclaje
frutal, que mece el otoño bravío
acompasado, buscando pasaje
para olvidos hechos al griterío.
Una voz que ensombrece las edades
dice amiga y el eco se derrama
por un otoño de negror severa.
La disputa de hojas mortecinas
acompasa luz parda acristalada
en días crepitantes de tristeza.
Qué otoño este...
Pero existe el otoño. Es el color que se va de las hojas
y las deja muertas. Los sentimientos en madeja, algo
que ya no es vino y no es licor aún.
La casa tiene alrededor caminos, y esa sombra que se aleja
ha sido luz para una tarde vieja en la que no quisimos el amor.
Porque el otoño siempre es el final, las parras cenicientas a muñones,
el crepúsculo cárdeno y abiguo, la agonía de los caquis,
el fanal de la escarcha, y en nuestros corazones la obstinación
rural de un noble antiguo.
Mañana, si quieres, podemos empezar a meternos con los versos.
Yo empezaría por los endecasílabos, que son los versos que hemos tratado de escribir en nuestro poema.
Empezaremos, si no tienes inconveniente, por los endecasílabos que acentúan en la sexta sílaba o, en cuarta y octava, versos sáficos.
Te mando un fuerte abrazo.
Y muchas gracias por participar en el poema tan agradablemente.
Tus versos son preciosos.