Editorial Alaire

Ramón Carballal escribió:Tú eras un puente en la media tarde,
un vestido cuyos surcos guardaban el viento, el mar y el deseo.

¿Quién busca el tesoro del día entre los marfiles nocturnos?

Yo persigo tu cuerpo en la playa de mi huida,
en ese delta inaplazable, en el vuelo de la gaviota,
en su éxtasis de libertad y añoranza.

Cada hogar es un pétalo herido,
cada habitación desenmascara los secretos del aire
y de la noche.

¿Ha sido la esclavitud de los años una raíz seca
donde no hallé la furia ni el reflejo ni la piedad del pecho abierto?

Hoy me abrazas y es como si una alfombra de ciudades
depositara sus alas en mi sueño.

Escribo sobre una telaraña, allí está tu memoria.

javierdicenzo80 escribió:Cada hogar es un pétalo herido,
cada habitación desenmascara los secretos del aire
y de la noche.

tu poesia me parece todo un misterio, excelentes versos
javier

Ana Muela Sopeña escribió:Una joya de poema, Ramón. Tienes unas imágenes bellísimas.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Joan Port escribió:Belleza en estado puro amigo, en el refugio de la palabra.

Salud

Javier Cañas Belmar escribió:Hoy me abrazas y es como si una alfombra de ciudades
depositara sus alas en mi sueño.

Escribo sobre una telaraña, allí está tu memoria.


Magnífico poema, belleza en estado puro; estos versos me parecen soberbios. Un placer deslizarme por esta telaraña. Un cálido abrazo Poeta.

javi

Ana Clavero escribió:Qué preciosidad! Cómo me gusta este giro tuyo hacia la ternura.

Ere un maestro, Ramón.

Un abrazo grande

J. J. M. Ferreiro escribió:Sobre todo este final:

Escribo sobre una telaraña, allí está tu memoria.

Nunca estuvo tan sutilmente sugerida esa fragilidad atrapadora de la memoria.

Unha aperta querido amigo

Ana Muela Sopeña escribió:Felicitaciones por la estrella roja. Este poema me gustó mucho. Lo he vuelto a leer. Es cautivador.

Me encantó, Ramón.

Un beso
Ana

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Ramón Carballal escribió:Tú eras un puente en la media tarde,
un vestido cuyos surcos guardaban el viento, el mar y el deseo.

¿Quién busca el tesoro del día entre los marfiles nocturnos?

Yo persigo tu cuerpo en la playa de mi huida,
en ese delta inaplazable, en el vuelo de la gaviota,
en su éxtasis de libertad y añoranza.

Cada hogar es un pétalo herido,
cada habitación desenmascara los secretos del aire
y de la noche.

¿Ha sido la esclavitud de los años una raíz seca
donde no hallé la furia ni el reflejo ni la piedad del pecho abierto?

Hoy me abrazas y es como si una alfombra de ciudades
depositara sus alas en mi sueño.

Escribo sobre una telaraña, allí está tu memoria.

"Hoy me abrazas y es como si una alfombra de ciudades
depositara sus alas en mi sueño."

Bellísimo, Ramón, hacés magia con las palabras.

Besos y mi admiración.

Nésthor Olalla escribió:Magníficos hallazgos encuentro en este espléndido poema, socio.


Abrazo, amigo Ramón.