DE CUANDO SE COMIENZA A SER POLVO

[Luis Oroz]

Tal vez, uno de los mejores poemas que has escrito, desde mi humilde punto de vista.
Lástima que esos tres o cuatro versos desluzcan la exposición global.
Es importante el saber situarse versalmente, me explico; uno puede hacer verso libre puro, y desde esa perspectiva todo puede caber, con más o menos acierto.

El caso, como indica Rafa, es que estamos ante un poderoso poema, escrito,
(conociendo tu forma de escribir) con un cuidado digno de valoración.
Es ahí donde se hace necesario el pequeño "pliegue" inspiración-conciencia, para cuajar un poema que merece, y mucho, la pena.

Creo que va por ahí también, dicho mucho más tecnicamente que yo, claro, el comentario de Rafa, lo cual no quita un solo mérito a un poema con el que he disfrutado mucho.

Y me alegra verte tan poética, Amparo, tan cerca de esta realidad que nos va devorando poco a poco.

Es una muestra más de lo que llevas dentro.

Un besazo.

Luis Oroz.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Excepcional, uno de los mejores poemas que te he leído. Unos versos que destilan imágenes fuertemente sensitivas y el desencanto golpea donde más duele.

Estas en forma, querida amiga.

Bicos de todos

[Amparo Guillem]

Es un placer recibir tus palabras.
saludos.
Amparo

[Amparo Guillem]

Ahora, que han pasado bastantes días desde que escribiera estas letras y acogiera las tuyas con agrado, no reniego de uno solo de los versos que languidecen allí arriba; pero es verdad que llegarán días mejores o por lo menos se les espera.
Saludos desde este Mediterráneo que no se atiene al otoño.
Amparo

[José Manuel F. Febles]

Este final del poema remata con calidad todo su recorrido. Un excelente hacer, cuya figuras impactan y llevan al lector al lugar donde la poeta sugiere: Los recuerdos.

Un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

[Marcos de la Mancebía]

...recuerdos...
...me atraviesan de parte a parte el alma:
mi rincón último de eternidades.

Dicen que polvo se empieza a ser al nacer.

La vida pasada transcurre, melancólica, por tus versos, para llegar a ese final esperanzado; como si tuvieras en cuenta que los recuerdos son los cimientos sobre los que se edifica el futuro.

Un beso.

Marcos

[Amparo Guillem]

Estimadísimo Rafel:
leo con atención tus lecciones, pero ya sabes que soy un poco bastante entrópica a la hora de componer versos, aunque me estoy moderando últimamente.
Será la edad, que los años no pasan en balde... bien sabes.
Saludos desde este Mediterráneo compartido.
AMparo

[Amparo Guillem]

Claro, el contenido del poema es importantísimo, sin él no hay estética del verso que valga, pero éste hay que cuidarlo con mimo y para eso hay que esforzarse y escuchar a los demás.
Saludos.
Amparo

[Tristany Joan Gaspar]

Un placer en muchos sentidos leer un poema como este.
No sé que más decir. Tú has dicho tanto...
Un fuerte abrazo.
Joan

[Rafel Calle]

Bellisimo poema de Amparo.

[Estela Aguilar]

DE CUANDO SE COMIENZA A SER POLVO

Hoy el día tiembla bajo mis pestañas,
se me estanca la lluvia en el costado,
las nubes conspiran sus peores rayos,
me persiguen conciertos de tacones
con un diálogo de ecos enervante
y tropiezo con sonrisas forzosas
de bárbaros en exilios absurdos;
me caen bostezos que me hinchan los pies,
el vacío se queda sin argumentos,
en mí el barro comienza a ser polvo
y las culpas como úlceras me habitan
con sus cargas sulfurosas en llamas;
y hoy con toda la negrura del cielo
me vuelvo a anegar de dudas mortales
para prorrogar la pena absoluta.

Hoy me asaltan los trenes de recuerdos,
que como estalacmitas saturadas
del refugio para morir a tiempo,
me atraviesan de parte a parte el alma:
mi rincón último de eternidades.

Me identifico con tu precioso poema. Saludos.

[Roberto López]

DE CUANDO SE COMIENZA A SER POLVO

Hoy el día tiembla bajo mis pestañas,
se me estanca la lluvia en el costado,
las nubes conspiran sus peores rayos,
me persiguen conciertos de tacones
con un diálogo de ecos enervante
y tropiezo con sonrisas forzosas
de bárbaros en exilios absurdos;
me caen bostezos que me hinchan los pies,
el vacío se queda sin argumentos,
en mí el barro comienza a ser polvo
y las culpas como úlceras me habitan
con sus cargas sulfurosas en llamas;
y hoy con toda la negrura del cielo
me vuelvo a anegar de dudas mortales
para prorrogar la pena absoluta.

Hoy me asaltan los trenes de recuerdos,
que como estalacmitas saturadas
del refugio para morir a tiempo,
me atraviesan de parte a parte el alma:
mi rincón último de eternidades.

Bello poema y triste en la ecuación de la tierra, el agua y el polvo. Las dudas, las culpas... Crucifixión en vivo. Debería bastarnos saber que la vida es una y breve para resolver esas incógnitas. Saludos, Amparo.