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Publicado: Dom, 18 Oct 2009 14:39
por carmen iglesia
Y allí mordí de tu peligro tres rincones
que me quitaron la sed y un mar de dientes.
Sin duda me quedo con el cierre, para mi gusto lo más conseguido y "atrevido" del poema... En realidad los dos versos me han parecido geniales.
Un beso,
Carmen
A Javier Dicenzo
Publicado: Lun, 19 Oct 2009 0:59
por Ignacio Fajardo
Gracias Javier por tu lectura y comentario.
Un abrazo.
re: SUBMARINA
Publicado: Lun, 19 Oct 2009 2:37
por Óscar Distéfano
Un buen poema que se lee sin tropiezos. Conlleva también su carga sugerente, como asociada al misterio del mar. Ha sido un placer, amigo.
Un abrazo.
Óscar
re: SUBMARINA
Publicado: Lun, 19 Oct 2009 6:46
por José Manuel F. Febles
El amor y la mar, como decimos en mi tierra. Un soberbio binomio de amor que me ha llegado, sinceramente.
Un gran abrazo con mi felicitaciones.
José Manuel F. Febles
Publicado: Lun, 19 Oct 2009 15:07
por Ana Muela Sopeña
Hermoso, Ignacio. Amor y mundo submarino: una mezcla preciosa.
Felicidades
Un beso
Ana
A Rafel Calle
Publicado: Mar, 20 Oct 2009 5:19
por Ignacio Fajardo
Muchas gracias Rafel por tu extenso y sabio comentario. Es evidente, al menos para mí lo es, que la poesía sin ritmo no es poesía. Así que tendré muy en cuenta tus consejos.
Un abrazo.
Re: SUBMARINA
Publicado: Mié, 21 Oct 2009 17:24
por Gabriel Vidal
Ignacio Fajardo escribió:.
SUBMARINA
Y sin decir nada me decías.
Te dejabas flotar celeste al aire,
burbuja fugaz rota de luces,
brisa casual que en mi estallaba.
Si algún amor hubo más paciente
no tendrá de tu espera la certeza
ni ese beso inexistente tan profundo,
que era verte y no ver lo que guardabas.
Submarina abisal entre almohadones
extendías tus sedales caprichosos
como alambres en las oscuras copas
aburridas de sus hombres,
distraídos tiburones fluorescentes.
La experiencia infantil de tu mirada
fue carnada suficiente a mis hambrunas.
Y allí mordí de tu peligro tres rincones
que me quitaron la sed y un mar de dientes.
Hola Ignacio Me ha gustado el poema
Es cierto que bella carnada que esa experiencia infantil, casi inocente
de su mirada Las cosas que prometen La sed que satisfacen, el hambre que nos quitan.
Un abrazo
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