Editorial Alaire

Javier Cañas Belmar escribió:

Tristany Joan Gaspar escribió:Algunos arriba se regocijan de estar presentes.
Otros se retuercen de formas extrañas.
Rostros incrustados entre columnas y capiteles.

Falta un cuarto para las siete
según las campanas del monasterio.
Mi amiga, incompartida, mira la mística puesta de sol.
Mi amiga llora y ríe
y se avergüenza de estar presente en la poesía.
Mi amiga vuelve,
me da la mano
y me la quita, en el mismo acto,
en el mismo recluido claustro del cementerio.

Algunos arriba siguen regocijándose
y se encaprichan en hacer hileras,
otros se alteran y se intercalan entre ábsides y bóvedas.

Mi amiga descifra sueños.
“Los hombres volviendo a las casas.
Las mujeres bañándose en vino
y escondiendo uvas entre los pliegues de sus vestidos."

Mi amiga en desacuerdo con el castigo
que representa estar sola en el monasterio.

”Qué me adoquinen los sentimientos.”

Mi amiga en desacuerdo
con que haya escrito
que es un castigo estar sola en el monasterio.

Algunos arriba construyen arcos de medio punto.
Otros se pintan con acuarelas
y crean cielos grisáceos y mortecinos.
Mi amiga pinta marinas equivocadas
y peregrinos cantando cánticos.

Algunos arriba se condenan regocijándose.
Otros se abrazan y forjan pensamientos de plomo.

Llantos por mi amiga en el monasterio
caen como cenizas de difuntos
de los periódicos del lunes.

Maldita sea.
Tanto escarmiento, tanta venganza y tanta pena.
Hoy ser huésped del ermitaño se considera un castigo.
Qué rompan las ventanas de mi casa.
qué me aplasten ruidosamente.

Mi amiga destripada
en el monasterio callado de sentimientos.

Atención peligro
Mi amiga,
que se llama
imaginación,
es catenaria en tensión.

Joan, original poema, como los que habitualmente nos dejas...en este caso la imaginación ¿dónde queda? también veo humildad en tus versos estimado amigo y eso te honra. También noto una ácida crítica cuando dices se avergüenza de estar presente en la poesía. Me agradó compartir su sentir y transitar por este monasterio, tan común hoy en día. Un fuerte abrazo amigo.

javi

Marcos de la Mancebía escribió:

Tristany Joan Gaspar escribió:...Mi amiga llora y ríe
y se avergüenza de estar presente en la poesía...

Pues yo tengo mís dudas. Más bien creo que se enorgullece; no hay poesía sin imaginación, prueba evidente son estos versos.

Un abrazo.

Marcos

Ana Clavero escribió:Que la tuya no se averguence nunca de estar presente en la poesía, porque te da originalidad y se disfruta leyéndote.

Un abrazo

Rafel Calle escribió:Hermoso poema, amiga Tristany, donde veo una intención retórica más acentuada que de costumbre.
Por otro lado, la sencillez es tremendamente difícil de lograr, tanto que, a mi juicio, el autor tiene que estar muy inspirado para lograrla. En cambio, la humildad creativa es otro asunto y no creo que sea posible plasmarla en el origen lírico de la obra.
Ha sido un placer leerte.
Recibe un cordial abrazo.

Ramón Carballal escribió:Hermoso poema, con un final que me ha sorprendido. Muy bueno, Joan, de lo mejor que te he leido. Mi felicitación y un abrazo.

Pilar Morte escribió:Que no te falte tu amiga, nos la has presentado con belleza
Un placer
Abrazos
Pilar

julián borao escribió:Original poema, Tristany, del que no se espera una conclusión semejante. Pero claro, entonces se comprende el discurso textual, esos otros que dices que se atienen a lo estricto. El símil es brillante, amigo.
Un abrazo.
Julián Borao

Borja Martínez escribió:Magnífico trabajo, sencillo y evocador. Aplausos. Y un saludo cordial.

Ana Muela Sopeña escribió:Sensacional, Joan. Un poema genial en su lenguaje y con un final sorprendente.

Felicidades
Un abrazo
Ana

emerio henriquez escribió:Es bueno Joan,es muy bueno.Y muy sabio.
Abrazo admirado.

Martín Desormeaux escribió:Me ha gustado mucho tu poema, Joan, creo que esta vez no sólo se hace notar por su originalidad, sino por la fuerza lírica que posee.

Un abrazo para ti.

Martín Desormeaux.-

Tristany Joan Gaspar escribió:Algunos arriba se regocijan de estar presentes.
Otros se retuercen de formas extrañas.
Rostros incrustados entre columnas y capiteles.

Falta un cuarto para las siete
según las campanas del monasterio.
Mi amiga, incompartida, mira la mística puesta de sol.
Mi amiga llora y ríe
y se avergüenza de estar presente en la poesía.
Mi amiga vuelve,
me da la mano
y me la quita, en el mismo acto,
en el mismo recluido claustro del cementerio.

Algunos arriba siguen regocijándose
y se encaprichan en hacer hileras,
otros se alteran y se intercalan entre ábsides y bóvedas.

Mi amiga descifra sueños.
“Los hombres volviendo a las casas.
Las mujeres bañándose en vino
y escondiendo uvas entre los pliegues de sus vestidos."

Mi amiga en desacuerdo con el castigo
que representa estar sola en el monasterio.

”Qué me adoquinen los sentimientos.”

Mi amiga en desacuerdo
con que haya escrito
que es un castigo estar sola en el monasterio.

Algunos arriba construyen arcos de medio punto.
Otros se pintan con acuarelas
y crean cielos grisáceos y mortecinos.
Mi amiga pinta marinas equivocadas
y peregrinos cantando cánticos.

Algunos arriba se condenan regocijándose.
Otros se abrazan y forjan pensamientos de plomo.

Llantos por mi amiga en el monasterio
caen como cenizas de difuntos
de los periódicos del lunes.

Maldita sea.
Tanto escarmiento, tanta venganza y tanta pena.
Hoy ser huésped del ermitaño se considera un castigo.
Qué rompan las ventanas de mi casa.
qué me aplasten ruidosamente.

Mi amiga destripada
en el monasterio callado de sentimientos.

Atención peligro
Mi amiga,
que se llama
imaginación,
es catenaria en tensión.