Primero gracias y luego, mis felicitaciones por tus hermosas palabras. !Cuanto queda por aprender!Rafel Calle escribió:Se esconden tantas miradas vacías
en esta mole de hormigón sin alma…
Se ahogan tantas palabras
con el eco de la ira…
La noche aquí, no es un remanso
para unos sueños amargos como hiel.
Sólo el alcohol y el humo de las flores
ahuyenta a los fantasmas que cuelgan de los aleros.
Crujen los huesos y se arruga la piel como papel viejo,
apenas corre sangre por las venas tan llenas de demonios.
Nadie duerme si lloran los gatos
hay demasiadas voces agitando la conciencia.
Se teme al ruido de los cerrojos,
nunca se sabe si ha llegado la hora de saldar cuentas
o el momento de cobrarse la venganza.
Nadie espera el azul entre barrotes,
reconocen la cara del miedo paseando por los pasillos.
Me sorprendes, querida amiga Mar, en ese hermoso manifiesto de carmín, sí,
mas lo encuentro ponderado en el azul del un vértigo cautivo.
¿Sabes? Si nada tienes cuando todo se ha vencido, sólo queda la voz de una ciudad severa.
Y la esquina se pierde por el lado más débil, porque hoy y mañana son presagios de frío.
O quizá sólo son un ayer repetido.
En la calle el asfalto, la raíz del olvido, manosean el cuerpo de las brasas, parodiando
los fuegos que jamás hemos vivido.
No comprendo las voces que llaman al desánimo ni el calor que se aleja
de un paisaje de flujos, el tono es una lápida de lumbre, miel, tormenta
que clausura el acorde de un timbre fugitivo. O quizá de un embrujo.
La voz es una farsa si el eco la confunde, guardiana de la música
que rehúye los ruidos, nació de sinfonías con público en la sala,
aplausos que son oro bien hallado si cuando los sentimos la humildad no decrece.
Ay, las voces que abrigan el silencio de una queja. Son vestigios reales
del instrumento cano que no podrían afinar los miedos ni el huir de los corales.
En fin, ha sido un placer leerte. Te noto un subidón, cada día escribes mejor, compañera.
Un fuerte abrazo.
Besos.