Editorial Alaire

Gracias javier, me alegra que el poema te haya gustado. Abrazos.
Mario

Nostalgia que devora la noche... excelente melodía de ausencia...

Un placer leerte...

Un abrazo!

Gracias, Ricardo, buen amigo.
Me alegra que te haya gustado este nostálgico poema. Un abrazo.
Mario.

Gracias, Aubriel, por ese comentario tan bello y halagador a mi poema. Un fuerte abrazo.
Mario.

Un gusto pasarme por tus letras hermosas y bien elaboradas.
Saludos.

El amor en cada verso se desborda con el ritmo impecable de tus versos. Una construcción completa del buen hacer de tu musa. Felicitaciones y un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Gracias, José Manuel, me alegra saber que el poema te gustó. Un fuerte abrazo.
Mario.

Gracias Juan.
Me alegra infinito que te haya gustado. Abrazos.
Mario

Gracias Liz, por ese comentario tuyo a mi poema, tan agradable. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Mario.

Mario:

Este poema es simple y llanamente, de antologia. Es un vertedero de emociones, verso a verso, bordado con una inspiracion poetica que cautiva al lector.

Felicidades poeta por un excelente trabajo y gracias por haberme regalado un breve momento de magia.

Saludos

Javier

Gracias, Lunamar, me encantó saber que el poema te ha gustado. Un abrazo, amiga mía.
Mario.

Gracias Miguel.
Me alegra saber que te ha gustado. Un abrazo.
Mario.

Gracias José Manuel.
Me alegra que te haya gustado el poema, querido amigo. Un fuerte abrazo.
Mario.

Mario Martínez escribió: Es justamente entonces,
cuando el silencio clama,
cuando la vida duele,
cuando la noche calla.
Es justo en ese instante cuando más te echo en falta.

Se arremolina el viento
de la pena y estalla
melancólica y triste
la soledad del alma,
se abren rojas corolas
de amargura y derrama
sobre mí sus esencias la temida nostalgia.

Entonces pido al sueño
que en la negrura danza,
que no convierta en hielo
el llanto de la almohada
sin que tu dulce sombra de donde vive salga.

Y apareces difusa
sobre estelas de nácar
que la Luna ha perdido
al vagar por la estancia.
Y te noto sembrando
de tibieza mi cama
en un acto imposible que apetece mi gana.

Y te quedas conmigo,
y apaciguas mis ansias,
son mis manos las tuyas,
mi locura tus alas,
y un placentero goce solitario me embarga.

Luego todo se esfuma,
vuelve terca la escarcha,
tu angelical figura
se disuelve en el alba
con la inquieta premura
de un silente fantasma.
Soy de nuevo consciente de tu muerte temprana.



Mario.

Poema con un gran ritmo, que se lee de un tirón, con suma atención, y que llega al corazón...me gustó mucho el final...grato leerte querido Mario. Un fuerte abrazo, amigo.

javi

... estimado Mario, compañero, hay que ver cómo nos das poemas llenos de sapiencia viva, poemas humanos, poemas donde la experiencia nos es transmitida bajo un goo poético de primera,amigo; un saludo; Orión