Editorial Alaire

Me ha gustado mucho.
Lo he entendido todo.
Un abrazo para ti.
José

Creo que ya lo había leído en otro lugar, mi querido amigo Ramón. Y debo decir que es realmente un poema excelente, completo en todo su contenido.

Nada, es una delicia leerte

abrazos en la distancia

MarRevuelta escribió:En mi Castilla, las piedras son el alma que perdura a través del tiempo. Recuerdo haber sentido una gran emoción al leer un libro de Llamazares "Las Rosas de Piedra" donde la primera "rosa" era precisamente Santiago. Ahora, al leer tu último verso me he vuelto a emocionar. Gracias compañero.
Besos.

Gracias por tu bonito comentario, Mar. No he leido el libro de LLamazares, espero hacerlo enun futuro. Besos.

Ricardo Serna G escribió:Ramón Carballal,

gracias por presentarlo de nuevo

hermoso en todos sentidos


Un abrazo fuerte

Gracias a ti, Ricardo, por leerme y comentar. Un fuerte abrazo.

javierdicenzo80 escribió:Sus colores llaman a la sangre con mantos de locura,
es la regia sed de la conquista, el designio divino
en sus pétalos de piedra.

cuantas imagenes, excelentes versos y el tema mitico
javier

Gracias por tus palabras, Javier. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:
Ya no recuerdo su figura blanca, a contraluz.

Como si naciera de tejados infantiles, la aguja miente.

El olor de la tarde se confunde con la memoria del invierno.

Yo conocí antes aquella puerta esmaltada,
sentí bajo su bóveda el aire secular del tiempo.

Son las calles espejos de luz, en las tiendas el aroma
llega cubierto de alelí, madreselva y alcanfor.

Se elevan los balcones con sus trajes de acero,
una lluvia de espadas cae como mercurio sobre la tierra.

¿Has oído el murmullo de los altares?,
¿has sentido la orgullosa presencia del sepulcro?.

Esta ciudad gritó con una cruz en la garganta.

Sus colores llaman a la sangre con mantos de locura,
es la regia sed de la conquista, el designio divino
en sus pétalos de piedra.

Las catedrales me parecen lugares increíbles, me cuesta entender como los hombres, tan pequeñitos a veces, hayan podido acometer tal empresa arquitectónica. Yo soy un amante de la naturaleza, es mi medio natural, y siempre que voy a una gran ciudad, y me agobio un poco, me da por meterme en estas grandes iglesias en donde la tensión sin duda disminuye, y mi estado anímico vuelve a ser el de costumbre, muy parecido al que tendo cuando camino por un sendero remoto en medio de la nada. Será que al utilizar las piedras,para su construcción, y muchos otros materiales que podemos encontrar en medio de la naturaleza en estado puro, los hombres hayamos propuesto, inconscientemente, en las catedrales, un símbolo de la grandiosidad de la naturaleza en un medio artificial, a parte de otra simbología de tipo piadoso... Y toda esta paz y este recogimiento que siento en estos edificios, es lo que ahora me transmite tu poema. Es el poema en donde tambien puedo refugiarme y encontrar mi respiración habitual; el entorno de este poema sin duda me es familiar; quizás sea porque hayas elegido, para su elaboración, la misma piedra y la madera con que se construyen las catedras que, a su vez, puedo encontrar en uno de esos caminos por los que paseo. Un abrazo Ramón y gracias por serme tan familiar

.... no me resigno, Ramón, pues he vuelto releer este poema y la verdad es que me parece extraordinario; hay metáforas con hallazgos enormes literariamente hablando; por tanto quiero hacértelo llegar, compañero, es justo que aclamemos algo tan valioso y el autor lo sepa; lo dicho, compañero; Orión

Jose Segundo Cefal escribió:Me ha gustado mucho.
Lo he entendido todo.
Un abrazo para ti.
José

Gracias, Jose, me alegra que te guste el poema y también que lo hayas entendido. Un saludo cordial.

En Santiago, Segovia, Toledo, Burgos, Barcelona, Sevilla, ... etc. todas sus catedrales son puro arte que queda extraordinariamente reflejado y con igual arte en tu poesía.
Un abrazo de:
Piluca.

Just Gafar escribió:Creo que ya lo había leído en otro lugar, mi querido amigo Ramón. Y debo decir que es realmente un poema excelente, completo en todo su contenido.

Nada, es una delicia leerte

abrazos en la distancia

Gracias, Just, siempre me alegra verte por mis letras. Un abrazo.

Emilio Aparicio escribió:

Ramón Carballal escribió:
Ya no recuerdo su figura blanca, a contraluz.

Como si naciera de tejados infantiles, la aguja miente.

El olor de la tarde se confunde con la memoria del invierno.

Yo conocí antes aquella puerta esmaltada,
sentí bajo su bóveda el aire secular del tiempo.

Son las calles espejos de luz, en las tiendas el aroma
llega cubierto de alelí, madreselva y alcanfor.

Se elevan los balcones con sus trajes de acero,
una lluvia de espadas cae como mercurio sobre la tierra.

¿Has oído el murmullo de los altares?,
¿has sentido la orgullosa presencia del sepulcro?.

Esta ciudad gritó con una cruz en la garganta.

Sus colores llaman a la sangre con mantos de locura,
es la regia sed de la conquista, el designio divino
en sus pétalos de piedra.

Las catedrales me parecen lugares increíbles, me cuesta entender como los hombres, tan pequeñitos a veces, hayan podido acometer tal empresa arquitectónica. Yo soy un amante de la naturaleza, es mi medio natural, y siempre que voy a una gran ciudad, y me agobio un poco, me da por meterme en estas grandes iglesias en donde la tensión sin duda disminuye, y mi estado anímico vuelve a ser el de costumbre, muy parecido al que tendo cuando camino por un sendero remoto en medio de la nada. Será que al utilizar las piedras,para su construcción, y muchos otros materiales que podemos encontrar en medio de la naturaleza en estado puro, los hombres hayamos propuesto, inconscientemente, en las catedrales, un símbolo de la grandiosidad de la naturaleza en un medio artificial, a parte de otra simbología de tipo piadoso... Y toda esta paz y este recogimiento que siento en estos edificios, es lo que ahora me transmite tu poema. Es el poema en donde tambien puedo refugiarme y encontrar mi respiración habitual; el entorno de este poema sin duda me es familiar; quizás sea porque hayas elegido, para su elaboración, la misma piedra y la madera con que se construyen las catedras que, a su vez, puedo encontrar en uno de esos caminos por los que paseo. Un abrazo Ramón y gracias por serme tan familiar

Al contrario que la tuya mi naturaleza es principalmente urbana, pero eso no me impide compartir las mismas sensaciones de sosiego y recogimiento que a ti te producen las catedrales. Yo también me refugio en ellas y encuentro una paz y un ambiente dificil de explicar con palabras. Gracias por comentar tu visión sobre estos grandes monumentos tan cargados de historia y de simbología. Un fuerte abrazo, Emilio.

Antonio Justel escribió:.... no me resigno, Ramón, pues he vuelto releer este poema y la verdad es que me parece extraordinario; hay metáforas con hallazgos enormes literariamente hablando; por tanto quiero hacértelo llegar, compañero, es justo que aclamemos algo tan valioso y el autor lo sepa; lo dicho, compañero; Orión

Me alegra tu vuelta al poema y agradezco sinceramente tus generosas palabras. Un abrazo, Orión.

Piluca de la Cuesta escribió:En Santiago, Segovia, Toledo, Burgos, Barcelona, Sevilla, ... etc. todas sus catedrales son puro arte que queda extraordinariamente reflejado y con igual arte en tu poesía.
Un abrazo de:
Piluca.

Gracias, Piluca, por tu visita y comentario. Un abrazo.