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Publicado: Dom, 28 Jun 2009 10:15
por Luis Oroz
firmaba con rapidez la muerte limpia
de los ciervos, lobos, zorros
tensando con calma la cuerda de su arco,
alzó la vista al cielo
y elevó, lentamente, la punta de su flecha
a lo profundo del azul;
así esperó, tumbado y sonriente en la fresca y blanda
hierba, contemplar la luz herida precipitarse en sombras
de fría noche envolviendo su mirada
de vacio,
muerto el día,
muerto el cielo
en el más difícil de todos sus disparos.

Es muy difícil escribir un poema como este, necesita el contraste poético que tú has sabido otorgarle; narración profunda y una especie de "solemnidad" para hacer extrapolables las palabras.
Podríamos decir que el poema deja una puerta abierta a la individualidad, pluralizando el interior de cada uno.

Bellísima la imagen del arquero tomando conciencia de su fin.
Desde mi punto de vista, la moraleja es clara, pero por supuesto, me la callo :wink:

Un abrazo, amigo.

Luis Oroz.

re: Parábola del arquero.

Publicado: Lun, 29 Jun 2009 3:26
por Julio Serrano Castillejos
Tocayo:

La Parábola del Arquero es un hermoso cuento
corto salido de tu pluma y con esas letras me
hiciste pasar un buen domingo. Abrazos: J u l i o .

re: Parábola del arquero.

Publicado: Lun, 29 Jun 2009 4:50
por José Manuel F. Febles
La calidad es indiscutible, como el acierto tan extraordinario de la parábola. En el poema reflejas un cantidad de imágenes, bien cuidadas que facilitan la adecuada comprensión del poema. Mi abrazo y mi sincera admiración, querido amigo Julio.

José Manuel F. Febles

Publicado: Vie, 03 Jul 2009 16:39
por Julio Gonzalez Alonso
Hallie Hernández Alfaro escribió:"Pisaba como un dios
la escarcha de los prados en la madrugada
cuando sus dardos rasgaban el frío del horizonte
del sol herido
de los días de invierno."

Estas líneas son muy hermosas, Julio. El poema entero atrapa y no suelta la atención hasta la última sílaba.

Enhorabuena, ha sido un gusto enorme leerte!

Hallie


Gracias, Hallie; siempre es un placer saberse leído por ti. Con un abrazo.
Salud.

Publicado: Lun, 13 Jul 2009 19:57
por Julio Gonzalez Alonso
Alonso de Molina escribió:"alzó la vista al cielo
y elevó, lentamente, la punta de su flecha
a lo profundo del azu /....l"

realmente era infalible el joven arquero


un gusto Julio en este inicio de verano que si no de un flechazo nos
va a matar de un golpe de calor tan certero como el del protagonista de tu pomea

.



.



Gracias, Alonso, y esperemos que el calor de este estío no sea más que algo anecdótico. De momento, por el norte peninsular llueve y hace fresquito hoy...
Salud.

re: Parábola del arquero.

Publicado: Vie, 17 Jul 2009 7:53
por Amparo Guillem
Estimadísimo Julio:
a veces es más eficaz un cascabel que mil flechas.
Saludos desde este Mediterráneo vaporoso.
Amparo

re: Parábola del arquero.

Publicado: Sab, 18 Jul 2009 11:28
por julián borao
Me gusta tu historia, Julio, tanto la parte en movimiento del poema que no es sino el preludio para un desenlace inesperado y, yo dirá, casi apoteósico, como su final, cuando la historia se detiene, que no termina, pues se queda en la espera trascendental del arquero. Un poema excelentemente estructurado, una parábola perfecta con una estética tremendamente atractiva. Te felicito por tu arte poética, amigo.
Un abrazo.
Julián Borao

Re: Parábola del arquero.

Publicado: Jue, 23 Jul 2009 11:52
por Julio Gonzalez Alonso
Aubriel Camila de la Prad escribió:
Julio González Alonso escribió:Parábola del arquero.


No había distancia imposible ni blanco inalcanzable
para el destino de sus flechas. El joven arquero
era llevado con orgullo de todas las ciudades
exhibiendo la fuerza de su brazo, la proverbial punteria
que, arrostrando cada día un nuevo desafio,
superaba con pulso firme ante los asombrados ciudadanos.

Como si escribiera
las páginas de un libro de hechos extraordinarios,
con destreza sin límites
firmaba con rapidez la muerte limpia
de los ciervos, lobos, zorros y jabalíes
puestos en su camino
y alcanzó –en sus hazañas- a los halcones y las águilas
en su vuelo más alto.

Nada era un obstáculo a su juventud
arrolladora,
la elasticidad de sus músculos, el acierto
de su ojo clavado en el blanco.
Pisaba como un dios
la escarcha de los prados en la madrugada
cuando sus dardos rasgaban el frío del horizonte
del sol herido
de los días de invierno. Y una mañana,
tensando con calma la cuerda de su arco,
alzó la vista al cielo
y elevó, lentamente, la punta de su flecha
a lo profundo del azul;
así esperó, tumbado y sonriente en la fresca y blanda
hierba, contemplar la luz herida precipitarse en sombras
de fría noche envolviendo su mirada
de vacio,
muerto el día,
muerto el cielo
en el más difícil de todos sus disparos.

Y así lo encontrarán,

los ojos abiertos a la nada,

los brazos extendidos

y el corazón traspasado en la mitad de su pecho
por la certera flecha
salida de su arco.

Imagen

Héraclès archer (1909)
Antoine Bourdelle
Museo de Orsay (París)



Julio, es hermosa la historia, también las imágenes.
Lanzar la flecha a lo profundo del azul ... me parecen tan bellos, tan logrados, esos versos ...
¡Me encantó!

Besos y aplausos más que fuertes.


Gracias, Aubriel. El haber arrancado tus besos y aplausos es un hecho que hasta el propio arquero envidiaría, una gloria mayor de las nunca alcanzadas por él mismo. De nuevo, muchas gracias. Con un abrazo.
Salud.

Re: re: Parábola del arquero.

Publicado: Dom, 26 Jul 2009 22:11
por Julio Gonzalez Alonso
Mario Martínez escribió:Hola Julio

Cuidadito con los arcos que los carga el diablo.
Certera la flecha y certero el poema con su parábola, amigo mío, el poema tiene versos muy hermosos y logrados. A ver cuando consigo yo en libre algo así.
Un placer leerte. Abrazos.
Mario.


Hola, Mario. Tienes razón, los arcos son peligrosos, sobre todo cuando son usados al modo de el del poema. Y no sé por qué me comentas lo de la poesía libre; no hace mucho tuve ocasión de comentarte en otro espacio uno soberbio y bastante más conseguido que éste del arquero. Otra cosa es que te guste más y te encuentres más cómodo trabajando la métrica. Gracias por tus palabras. Con un abrazo.
Salud.

Publicado: Mié, 05 Ago 2009 15:07
por Julio Gonzalez Alonso
Sara Castelar Lorca escribió:Una recreación preciosa, Julio, elegante y cuidada, como todos tus textos, siempre abiertos a la lectura suave, para disfrutarse.

Un abrazo

Sara



Amiga Sara, tu opinión me llena de natural satisfacción, como bien sabes. Gracias siempre. Con un abrazo.
Salud.

re: Parábola del arquero.

Publicado: Mié, 05 Ago 2009 15:48
por Antonio Justel
... es sin duda un estupendo poema, Julio, bien trazado y muy bien desenvuelto; lo celebro y te felicito; Orión

Re: re: Parábola del arquero.

Publicado: Mar, 11 Ago 2009 14:15
por Julio Gonzalez Alonso
José Manuel Sáiz escribió:Me ha gustado especialmente este poema. Por un lado por lo bien escrito que está (en un principio, sin ver la foto, imaginé que con un poco de música medieval podría considerarse el cantar de la historia de un héroe, por un juglar o un trovador) y por otro lado porque me has traído recuerdos de una etapa en la que practiqué como deporte competitivo el tiro con arco).
Bravo, amigo, como siempre.
Un abrazo
J. Manuel



Amigo José Manuel, gracias por el comentario y... ¡sigue practicando! Nunca conseguí aprender a tirar con arco, pero en las ocasiones que he tenido ocasión, he disfrutado. Con un abrazo.
Salud.

Publicado: Jue, 03 Sep 2009 23:26
por Julio Gonzalez Alonso
Hallie Hernández Alfaro escribió:"Pisaba como un dios
la escarcha de los prados en la madrugada
cuando sus dardos rasgaban el frío del horizonte
del sol herido
de los días de invierno."

Estas líneas son muy hermosas, Julio. El poema entero atrapa y no suelta la atención hasta la última sílaba.

Enhorabuena, ha sido un gusto enorme leerte!

Hallie



Gracias, Hallie; siempre es una ocasión feliz encontrar tus comentarios y conocer de tu lectura.
Salud.

Re: Parábola del arquero.

Publicado: Dom, 06 Sep 2009 20:55
por Julio Gonzalez Alonso
Óscar Bartolomé Poy escribió:
Julio González Alonso escribió:Parábola del arquero.


No había distancia imposible ni blanco inalcanzable
para el destino de sus flechas. El joven arquero
era llevado con orgullo de todas las ciudades
exhibiendo la fuerza de su brazo, la proverbial punteria
que, arrostrando cada día un nuevo desafio,
superaba con pulso firme ante los asombrados ciudadanos.

Como si escribiera
las páginas de un libro de hechos extraordinarios,
con destreza sin límites
firmaba con rapidez la muerte limpia
de los ciervos, lobos, zorros y jabalíes
puestos en su camino
y alcanzó –en sus hazañas- a los halcones y las águilas
en su vuelo más alto.

Nada era un obstáculo a su juventud
arrolladora,
la elasticidad de sus músculos, el acierto
de su ojo clavado en el blanco.
Pisaba como un dios
la escarcha de los prados en la madrugada
cuando sus dardos rasgaban el frío del horizonte
del sol herido
de los días de invierno. Y una mañana,
tensando con calma la cuerda de su arco,
alzó la vista al cielo
y elevó, lentamente, la punta de su flecha
a lo profundo del azul;
así esperó, tumbado y sonriente en la fresca y blanda
hierba, contemplar la luz herida precipitarse en sombras
de fría noche envolviendo su mirada
de vacio,
muerto el día,
muerto el cielo
en el más difícil de todos sus disparos.


Y así lo encontrarán,

los ojos abiertos a la nada,

los brazos extendidos

y el corazón traspasado en la mitad de su pecho
por la certera flecha
salida de su arco.

Imagen

Héraclès archer (1909)
Antoine Bourdelle
Museo de Orsay (París)


He leído varias veces este poema antes de escribir mi comentario, y me he detenido recreando sus imágenes. Ese fragmento que he subrayado me ha parecido de un extremo lirismo. Puedo ver cómo la flecha rasga el azul del cielo para a continuación descender y atravesar el pecho del arquero. En esa calma espera de la muerte, cómodamente tumbado sobre la blanda hierba (en contraste con la dureza de la punta de la flecha), encuentro una inefable melancolía que me conmueve. "Muerto el día, muerto el cielo", ahí radica la belleza de la muerte poéticamente sublimada. No deja de ser paradójico que el arquero, que tan bien nos introduces, con sus hechos y hazañas, utilice su destreza para acabar con su vida.

Es curioso, pero hace poco escribí un poema sobre una arquera (una amazona, más concretamente) que apunta al ojo del sol para dejarlo ciego. He visto ciertas concomitancias entre nuestros poemas, aunque su sentido es muy distinto.

En fin, creo que es el mejor poema que te he leído. Saludos y enhorabuena, Julio.



Me gustaría descubrir la magia de tu poema protagonizado por una arquera y las concomitancias con el poema que he dejado aquí. Gracias por la belleza de tus comentarios a los que precede una lectura atenta e inteligente.
Salud.

Publicado: Mié, 09 Sep 2009 12:54
por Julio Gonzalez Alonso
Ramón Carballal escribió:Quizá la cuestíon esté en interpretar la moraleja, por decirlo así. Interesante poema, Julio, muy bien elaborado. Un placer la lectura. Abrazos.



Por supuesto, amigo Ramón: la moraleja y su interpretación vienen a reflejar -en cierto modo y de forma modesta- nuestra actitud ante la vida. En una ocasión anterior y en otro foro, me sugirieron hasta cuatro posibles interpretaciones y todas aceptables, naturalmente.
Muchas gracias por tu observación y comentario.
Salud.