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Nésthor Olalla escribió:ÓSCAR...
Mas que sueños son pesadillas.
Me gustó tu canto antibelicista. Supongo que "poeta obliga".
Un gusto siempre, compañero
Óscar Bartolomé Poy escribió:
En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.
En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.
En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.
¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?
No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Luna de Nos escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:
En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.
En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.
En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.
¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?
No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Óscar: concuerdo con Saiz, parece un corto, tan largo en la historia...
El hombre que se cree 'amo' de este mundo y de su destino.
Si bien es un poema que habla en forma concreta de un momento específico de la historia, puede, traspolarse a otras zonas y momentos. La guerra, ese mal endémico que ha ganado el corazón de piedra de algunos, por intereses políticos, por supuestos 'ideales', o lo que es peor, por cuestiones religiosas, ha cercenado y cercena, algo más que las vidas de sus víctimas... será que alguna vez esta pesadilla llegue a su fin?
La primera estrofa y los dos versos finales del poema me parecen geniales, muchos saludos, Luna.-
Mario Martínez escribió:
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
Cierto, amigo mío. Los sueños, sobre todo si son de poder, pueden resultar tan mortales como para provocar esa guerra que late en los versos del poema que nos dejas.
Un verdadero placer leerte. Abrazos.
Mario.
Aubriel Camila de la Prad escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:
En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.
En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.
En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.
¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?
No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
No entiendo las guerras. Hay tantas cosas que no entiendo!
Entiendo, sí, que es éste un gran poema, absolutamente visual, que cuenta una larga historia en cinco estrofas. Es realmente meritorio, Oscar, mucho.
Amigo, una vez más te aplaudo con fuerza.
Hallie Hernández Alfaro escribió:Me ha gustado mucho este poema, Óscar. Las imágenes son tremendas y feroces, se sostienen con ritmo propio y llegan de manera impecable al yo colectivo, además de sucederse todo en niveles poéticos notables!
Enhorabuena con aplausos.
Hallie
Liz Barrio escribió:Espléndidos versos con ese toque de finura y buen gusto que toca un desgarrador tema con su dosis precisa de conciente y buena poesía.
Es siempre un deleite leerte, poeta. Abrazos,
Emilio Aparicio escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:
En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.
En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.
En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.
¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?
No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
De los de tono conversacional y didactico que a mi tanto me gustan. Un placer de lectura
Antonio Justel escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:
En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.
En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.
En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.
¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?
No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
... ya, por sí mima, la foto de la Puerta de Brandenburgo es tremenda, tremenda; y el poema recoge con singularidad sincrética unos pasajes lúcidos acerca de esta horrible guerra; gracias, amigo, por traernos un recuerdo que sirve como un aviso, pues no se sabe; Orión