Editorial Alaire

carmen iglesia escribió:Pero marchamos invidentes a tu rostro,
ante el dolor que argumenta la nada
y lleva a los ojos el miedo de lo incierto.

Coincido con Marian en destacar esta estrofa, dentro de un poema que transmite desolación y, sobre todo, sentimiento de pérdida...

Gracias Carmen, me alegra mucho verte por mis versos. Tu huella es importante
Un abrazo
Pilar
Un placer, Pilar,

Carmen

Marcos de la Mancebía escribió:Resquebrajamiento de la fe y la muerte siempre presente.

Mientras lo leía, tenía en mente la imagen de la Sagrada Familia de Murillo. No sé por qué, quizá porque el niño juega con un perrito.

Un abrazo.


Gracias por acercarte al poema y dejar tu huella
Un abrazo
Pilar
Marcos

Ricardo Serna G escribió:Pilar Morte,

versos de mucha calidad, querida amiga

tema o concepto le imprimes
tu estilo con calidad


Gracias por tu generoso comentario
Un abrazo
Pilar

te felicito

un abrazo fuerte

Carmen Alegre escribió:La pérdida de la fe ante cualquier cosa, el abandono del alma en un andén, dejar de ser niños. Imágenes desoladoras y duras.

Me encantó leerte este inquietante poema Pilar.
Un abrazo

Aubriel Camila de la Prad escribió:Pero marchamos invidentes a tu rostro,
ante el dolor que argumenta la nada
y lleva a los ojos el miedo de lo incierto.

Una profundidad abismal, Pilar. Y tu talento. He leído este poema como quien dice una plegaria.

Besos y mis aplausos.

J. J. M. Ferreiro escribió:Me ha gustado mucho amiga Pilar, esta descripción del desencanto y la pérdida de inocencia del creyente; aunque no sé, yo revisaría la última estrofa.. los dos últimos versos me parece que flojean un poco; parece como si el poema pidiese un final más rotundo.

Bicos

Luna de Nos escribió:

Pilar Morte escribió:Cancelaron el viaje
dejando la estación sin aliento, fallido el destino:
el equipaje muerto -la vía cerrada al sentido-
los vagones de primera haciendo agua,
y los rieles orientados al horizonte muerto.

Quisimos esperanza en los billetes mudos,
el gesto en la campana que convoca al camino,
y el regreso del hombre abandonado
que se perdió en la incógnita del hielo.

El saber que la sangre se derrama equivocada,
y que el hambre figura como falsa comedia,
devolvería la fe en tus manos, la certeza de padre
que nos entrega su pan cada día
y hace mesa de su cielo.
Pero marchamos invidentes a tu rostro,
ante el dolor que argumenta la nada
y lleva a los ojos el miedo de lo incierto.

Dulcificamos el tiempo del parto sagrado,
que te muestre y nos abra a lo eterno,
levantando el éxodo al desierto del alma
que guarda el silencio del niño que perdimos.

Se me hace que cuando se racionaliza la fe, puede que suceda esto...
Es un poema que duele, cuestiona y conduele de esa atroz pérdida, tantas veces promovida desde la misma sociedad, tantas otras como consecuencia de una visión acartonada de la vida.
Me encantó el poema, un abrazo, Luna.-

Ramón Carballal escribió:Profundidad en tus versos, Pilar, con ese estilo tuyo de buena poesía y versos bien trabajados. Un abrazo.

Jaume vendrell KYUSS escribió:Me uno a la opinión generalizada...una profundidad que engancha...un gusto. abrazos

José Manuel Sáiz escribió:El último verso lo encierra todo. De nuevo un poema precioso que hace que el espíritu se sumerja en un mar de sensaciones.
Mi enhorabuena estimada amiga.
Un abrazo.
J. Manuel