Sé que pensar ésto después de un entierro es una estupidez

[Ramón Carballal]

Ya no hacemos otra cosa que quemar relojes,
escoger látigos, pronunciar silabas mientras el ojo
se cierra sobre un párpado sin nombre.


Ayyysssss... Ramón, es bellísimo y yo te agradezco este regalo de sábado por la mañana.... Un poema especial.... te lo juro.

Un besote,

Carmen

Yo si que agradezco tus palabras, Carmen. Un beso.

[Ramón Carballal]

No tengo más remedio que sumarme a tus reflexiones, pues es así como funcionamos, el pensamiento fluye libre, las emociones, lo cotidiano, lo tremendo, lo trivial. Vida, muerte, recuerdo, tiempo, así de complejos somos, y así de breves.

Un abrazo.

Muy cierto lo que dices, Ignacio. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

[Liz Barrio]

Wow, imágenes, metáforas, fuerza y ritmo en perfecta armonía. Qué privilegio leerte Ramón.
Un beso, gracias por el obsequio de tu poesía,

[Ramón Carballal]

He aquí el oasis(no hay palomas negras,
ni sangre ni caballos con músculos azules).

Esperar a que las águilas bajen del sueño,
a que las lágrimas del animal nos revienten los pómulos.

Lo que yo veo son picos que liman
las esdrújulas con crisantemos de azabache.

Y manos robotizadas que deambulan
entre la culpa ajena y las pupilas.

En el palacio de la medialuna
las flores estiran sus cuellos,
hacen jardín
y apadrinan orgullosas ovejas de látex.

Yo te invito a mi ojo de diamante.

La gran boca masculla incienso
o roba el cáliz que atornilló el papel.

Queda la sinfonía mecánica
de los ogros dormidos, las palabras que viajan
en labios sin corola.

¿Qué número es el nuestro, a qué carretera
pertenecen estos trajes arrancados al dolor?

Es un día sin columnas, una mañana agujereada
o ametrallada
por el asombro de lo posible.

Hoy escucho a los pendientes del lince orinar en la sombra.

Nombres, fechas, ciudades, vaticinios condenados al púrpura
de las edades astilladas.

Llegará el parpadeo de los insectos, la memoria
que se escucha a si misma.

Todo semeja ser un bosque que ha perdido
poco a poco su sendero gris.

Ya no hacemos otra cosa que quemar relojes,
escoger látigos, pronunciar silabas mientras el ojo
se cierra sobre un párpado sin nombre.

No llames nunca al licor de los versos encendidos.

La edad es un retrato sobrescrito en la noche.

Me ha gustado mucho este poema, Ramón, porque lo has hilvanado con un ritmo precioso, a pesar de hablar de un tema tan poco deseable.

Un abrazo, y un placer leerte.

Gracias, Raúl, me alegra que te guste el poema. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Cada línea encierra un mundo simbólico irremplazable y hermosísimo. Un poema con toda la fuerza lírica desnuda y galopante.

Enhorabuena y aplausos!!!!!

Un besote.

Hallie

Mil gracias por tu generosidad. Un beso grande, Hallie.

[Ramón Carballal]

Excelente poema, me dejas como casi siempre sin palabras.
Es un verdadero placer leerlo, incluso este a pesar de la dureza del tema. Pero es que es un poema precioso.
Un abrazo
Joan

Te agradezco esas palabras, Joan. Un abrazo.

[Carmen Alegre]

Me estreno comentándote Ramón. ¿Qué decirte de nuevo que ya no te haya dicho?

Asumo tu invitación a tu ojo de diamante, aunque ya me sentía invitada cada vez que visitaba tus poemas.

Un placer seguirte.

[Fermín Lasarte]

Quedé deslumbrado Ramón. Creo que es uno de los mejores poemas que te he leído. Tiene una fuerza poética avasalladora, las imágenes son formidables. La verdad todo lo que diga es poco, este poema es grande, más grande de lo que pueda yo trasmitir en palabras. Te felicito.
Un abrazo grande.

[Ramón Carballal]

Ramón Carballal,

Extraodinario trabajo, querido amigo


Te felicito

Un abrazo fuerte

Muchas gracias por tus palabras, Ricardo. Un fuerte abrazo.

[Ramón Carballal]

Ramón Carballal,

"Lo que yo veo son picos que liman
las esdrújulas con crisantemos de azabache."

Sólo tú podías escribir unos versos como éstos. Qué prolífica imaginación la tuya. Tienes un universo de imágenes que apabulla por la viveza de sus colores.

Saludos, Ramón.

Te agradezco el amable comentario, Óscar. Un abrazo.

[Pilar Morte]

Cada día me gustan más tus poemas.. éste me llegó hondo
Un abrazo
Pilar

[Javier Cañas Belmar]

He aquí el oasis(no hay palomas negras,
ni sangre ni caballos con músculos azules).

Esperar a que las águilas bajen del sueño,
a que las lágrimas del animal nos revienten los pómulos.

Lo que yo veo son picos que liman
las esdrújulas con crisantemos de azabache.

Y manos robotizadas que deambulan
entre la culpa ajena y las pupilas.

En el palacio de la medialuna
las flores estiran sus cuellos,
hacen jardín
y apadrinan orgullosas ovejas de látex.

Yo te invito a mi ojo de diamante.

La gran boca masculla incienso
o roba el cáliz que atornilló el papel.

Queda la sinfonía mecánica
de los ogros dormidos, las palabras que viajan
en labios sin corola.

¿Qué número es el nuestro, a qué carretera
pertenecen estos trajes arrancados al dolor?

Es un día sin columnas, una mañana agujereada
o ametrallada
por el asombro de lo posible.

Hoy escucho a los pendientes del lince orinar en la sombra.

Nombres, fechas, ciudades, vaticinios condenados al púrpura
de las edades astilladas.

Llegará el parpadeo de los insectos, la memoria
que se escucha a si misma.

Todo semeja ser un bosque que ha perdido
poco a poco su sendero gris.

Ya no hacemos otra cosa que quemar relojes,
escoger látigos, pronunciar silabas mientras el ojo
se cierra sobre un párpado sin nombre.

No llames nunca al licor de los versos encendidos.

La edad es un retrato sobrescrito en la noche.

Hacía tiempo no te leía Ramón....y de nuevo me encontré con lo que esperaba: POESÍA con mayúsculas....mis aplausos Poeta; escribes de cojones. Saludos desde Cuenca.

javi

[Ramón Carballal]

He aquí el oasis(no hay palomas negras,
ni sangre ni caballos con músculos azules).

Esperar a que las águilas bajen del sueño,
a que las lágrimas del animal nos revienten los pómulos.

Lo que yo veo son picos que liman
las esdrújulas con crisantemos de azabache.

Y manos robotizadas que deambulan
entre la culpa ajena y las pupilas.

En el palacio de la medialuna
las flores estiran sus cuellos,
hacen jardín
y apadrinan orgullosas ovejas de látex.

Yo te invito a mi ojo de diamante.

La gran boca masculla incienso
o roba el cáliz que atornilló el papel.

Queda la sinfonía mecánica
de los ogros dormidos, las palabras que viajan
en labios sin corola.

¿Qué número es el nuestro, a qué carretera
pertenecen estos trajes arrancados al dolor?

Es un día sin columnas, una mañana agujereada
o ametrallada
por el asombro de lo posible.

Hoy escucho a los pendientes del lince orinar en la sombra.

Nombres, fechas, ciudades, vaticinios condenados al púrpura
de las edades astilladas.

Llegará el parpadeo de los insectos, la memoria
que se escucha a si misma.

Todo semeja ser un bosque que ha perdido
poco a poco su sendero gris.

Ya no hacemos otra cosa que quemar relojes,
escoger látigos, pronunciar silabas mientras el ojo
se cierra sobre un párpado sin nombre.

No llames nunca al licor de los versos encendidos.

La edad es un retrato sobrescrito en la noche.

Coincido con Hallie, Ramón. Cada verso es un mundo.

"Todo semeja ser un bosque que ha perdido
poco a poco su sendero gris."

Me dejaste sin palabras, siento que todo lo que pueda decir es poco.

Besos. Y aplausos.

Te agradezco este comentario tan generoso, Aubriel. Un beso.

[Ramón Carballal]

En el palacio de la medialuna
las flores estiran sus cuellos,
hacen jardín
y apadrinan orgullosas ovejas de látex.

Yo te invito a mi ojo de diamante.

La gran boca masculla incienso
o roba el cáliz que atornilló el papel.

Queda la sinfonía mecánica
de los ogros dormidos, las palabras que viajan
en labios sin corola.

Si entonces hubiera sido capaz de explicar lo qué veía (bueno, ni ahora lo lograría), en aquellos largos ratos que me pasaba mirando y contando o inventando mundos que se podían ver dentro de aquellas canicas de cristal, digo aquellas porque las de ahora son todas iguales, con mis palabras, desde luego, hubiera dicho lo mismo. Claro que no hubiera ocurrido después de un entierro, las niñas no íbamos a los entierros, ni siquiera éramos conscientes de lo que significaba la muerte.

Cada verso un mundo, han comentado Hallie y Adriel. Sí, hacen falta muchos versos para describir la infinidad de mundos que hay dentro de una canica, pero todos forman un conjunto.


Aplaudos, Ramón.

Blanca

Es un comentario muy bonito, Blanca. Gracias por él. Un abrazo.

[Ana Villalobos Carballo]

Es un poema bellísimo donde el pensamiento fluye entremezclándose las reflexiones y las emociones más profundas. Ya te lo han dicho todo los compañeros y comparto sus opiniones, así que sólo decir que me ha gustado mucho leer este gran poema.

Un beso que te llegue al corazón

Ana