Editorial Alaire

Ignacio me encantó este poema, sencillo y sincero,aderezado con una sutil ironía.
Primero nos cuidan de niños,luego cuidamos a nuestros hijos , luego a nuestros padres, y al final nuestros hijos cuidarán de nosotros (eso espero).
Y mientras tanto algunos escriben versos tan sabios como los tuyos.
Enhorabuena y un abrazo somnoliento.

Con una simpleza apabullante das cuenta de esas inseguridades que padecen todos los que como tú llegamos a esas edades. Nos parece que nuestros padres pisaban un suelo mucho más firme y su entereza era de acero, pero te has preguntado alguna vez que a lo mejor ellos sentían lo mismo que nosotros ahora, que a lo mejor nuestros hijos nos ven igual que nosotros veíamos a nuestros padres... no sé, difícil cuestión de contestar, pero no creo que nuestra generación sea un punto de inflexión del carécter "maduro", creo que más bien, siempre fue así, con el "aderezo" de la circunstancia político social correspondiente a cada generación, pero más o menos lo mismo.


Un abrazo

Ay qué versos espléndidos y qué cierre fresco, claro, congruente. Un poema de profunda y elocuente sencillez que atrapa.
Saludos poeta, un deleite leerte,

Pues si inviertes, serán ochenta y cuatro ¿cómo te ves para entonces Ignacio?
Mira, siempre me dicen que no aparento la edad que tengo y me parce una tontería , la verdad, porque para bien o para mal, la tengo , me da rabia porque dentro de mí, no siento los cincuenta para nada, pero el dichoso DNI dice que sí y yo tengo mil cosas que hacer todavía.
Siempr me digo que hay que ivir el ,momento, que a lo peor dentro de medio segundo..., pero nada se me olvida, habremos de marcar a fuego los intantes dentro de nosotros.
Por ello te rescato este oe.
Abrazos marinos