Editorial Alaire

Intenso e interesante tu poema, tocayo. Un placer pasarme por tus versos que disfruté leyendo.

Saludos

Raf.

Muchas gracias, querido amigo Julio, te agradezco el comentario y las observaciones que me haces; como verás ya las he adaptado al texto, junto a otras sugerencias que me han llegado de parte de Blanca y Luis. Es lo que tienen los foros, uno se encuentra un poco espeso y surgen los amigos para echarle una mano.
En fin, me alegra que te haya gustado el poema.
Un fuerte abrazo.

Sara Álvarez escribió:Caramba, Rafel, conmovedor, aunque le título me descolocó del poema, serán cosas mías, dan ganas de salir corriendo y abrazarte, o bueno abrazar a ese amigo que tal vez estamos dejando alejarse por esas cosas de la vida, igualmente vaya mi abrazo para ti.

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Muchas gracias, amiga Sara, te agradezco el comentario, que, desde luego, me ha parecido muy útil con "ese amigo que tal vez estamos dejando alejarse por esas cosas de la vida".
No había caído en esa visión tuya del alejamiento. Sin embargo, pienso que aciertas en esa especie de reproche a la impavidez, en todo caso demasiada, del “estamos dejando”. Estamos, luego, somos; los implicados somos culpables del alejamiento.
En fin, como tù también dices, son cosas de la vida; esperemos que no sean “cosas” excesivamente largas.
Un cordial abrazo.

Ramón Carballal escribió:En este poema despliegas toda tu maestría. Algunos amigos dejan de serlo o desaparecen de nuestras vidas, pero en el recuerdo permanecen. Mi felicitación sincera. Un abrazo.

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Muchas gracias, amigo Ramón, te agradezco los elogios, si bien, no me considero maestro; tal vez un impenitente aprendiz de poeta que sabe que la unión hace la fuerza. Me refiero a compartir conocimientos, querido colega.
Un fuerte abrazo.

Queda tan poca cosa de la orilla de Hades,
tal vez el casco, hielo impenetrable, sin resquicios,
océano de hijos invisibles. La menta, el álamo de plata
son las ruinas, solsticios,
un sendero de rayas en el zenit cautivo de los dioses de nieve;
la cara es un poema de Bukowski, la boca cigarrillos,
cerveza somnolienta la mirada,
si todo desplomado acaba por rendirse al éxtasis transgresor de los ofidios.

Un poema inconfundible que va dejando señas de identidad en cada uno de los versos.
Eso es algo dificilísimo de conseguir, la pluralidad del la palabra sujeta con hilos a la individualidad del ser.

Tal vez uno de los poemas más diáfanos que te haya leido, en el sentido más amable de la palabra.

El poema se abre y se cierra con una, posiblemente, meditadísima literalidad, un desnudo donde puede sentirse la intemperie de la sensibilidad.
A eso se le podría llamar valentía poética, la palabra al servicio de las consecuencias, más adelante desarrolada lúcidamente.

Un buen poema que me ha gustado leer, Rafel.

Abrazos.

Luis Oroz.

No hay trampa ni cartón, querida amiga Blanca; uno dice lo que puede decir que no es siempre lo que quiso decir exactamente, aunque a menudo se aproxima bastante.
Muchas gracias, por tus continuas atenciones para con mis poemillas.
Un fuerte abrazo.

Me ha fascinado tu poema Rafel. me ha hecho subir muy alto yahora no sé como bajarme.
me ha parecido excelente en todos los sentidos.
Tendré que leerte más a menudo.
Un fuerte abrazo
Joan

Describir la sensación que me produce, en este instante no puedo. Es un grandísimo poema rodeado de lo mejor, amor. Sumergido en ello. Si los versos han logrado sobrepasar el sentimiento propio, no lo sé, pero llegan, llegan como si una parte del poeta fuera con ellos. Genial Rafel.

Saludos.

Muchas gracias, querida amiga Pilar, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un fuerte abrazo.

Rafa, como ya te había comentado, me parece uno de los mejores poemas que te he leído. Tiene un reperterio de imágenes muy brillante y una muy cuidada estructura rítmica, que hacen del poema una honda introspección en la compleja y contradictoria maraña de sentimientos que se desprende de toda relación humana.

Un fuerte abrazo.

Estimadísimo Rafael:
un romántico nunca se muere de nada, sino que se deja morir simplemente.
Me conmueve hasta el extremo la descripción de las pulsiones que vagan, porque su sóla existencia demuestra la imposibilidad de la muerte del hombre que muchos teorizan.
Y siempre se espera el regreso al punto de una abrazo para la despedida.
Bueno... qué más puedo decirte, si no que me asperjé de melancolía en tus versos (esa enfermedad en blanco y negro de los poetas).
Saludos desde esta Valencia rarificada de abril.
Amparo

Yo no sé comentar "correctamente" pero sí leer (creo)... Y ya te lo dijeron todos, estás más cercano en este poema... más de verdad, por lo tanto... Y eso en poesía lo dice todo... para mí, que no sé nada...

Gracias.

Carmen

Muchas gracias, amiga Aubriel, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Eso que dices de que te ha emocionado es algo impagable para el autor de este pequeño homenaje a la amistad.
Recibe un cordial abrazo.

Rafel Calle escribió:Nunca comprenderás cuánto te añoro,
exiliadas las voces en las líneas farsantes y los posos del vino,
hipnótica amistad y mil pedazos de talento.
Las señas del romántico muriéndose de frío.

Buscando las razones que alejan lo cercano,
el porqué del abrazo que pierde su sentido,
los días me parecen improbables
y las noches certeza de castigo.

Por el rigor del tiempo desmotivando al hombre
y la suerte que asoma de un cariz fugitivo,
nos queda en el silencio el tono inexorable de una puerta cerrada.
Tú y yo. Una pulsión latente que vaga en el sigilo.

Queda tan poca cosa de la orilla de Hades,
tal vez el casco, hielo impenetrable, sin resquicios,
océano de hijos invisibles. La menta, el álamo de plata
son las ruinas, solsticios,
un sendero de rayas en el zenit cautivo de unos dioses de nieve;
la cara es un poema de Bukowski, la boca cigarrillos,
cerveza somnolienta la mirada,
si todo desplomado acaba por rendirse al éxtasis transgresor de los ladrillos.

En fin, diría que volvieras al país de los inciertos.
Se hace tarde, y es mejor despedirse abrazando a tus amigos.

Un poema emocionante, evocador... Mis aplausos

Editorial Alaire

Rayas en la nieve (V)-

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