Editorial Alaire

Esta mujer del poema tiene toda la amarga fascinación de la mentira, me pregunto si en realidad la mentira no reinará en la vida de todos nosotros y me digo que, si es así, si debe ser así, que lo haga con la belleza que tú le encuentras y dibujas. El poema es un poema denso, de ritmo más pausado que en otras composiciones poéticas tuyas, pero de una riqueza de imágenes que entusiasma. Y, además, el poema al indagar sobre esa mujer nos indaga a todos y se hace así un poema mayor y reconocible. Y conmovedor, con el recuerdo a los suicidas como hijos más amados de todos nosotros, porque los suicidas nos pertenecen ya para siempre. Como éstos versos tuyos, Sara, que transcienden la poesía y se instalan en los avatares recónditos de la vida, de nuestra vida.

P.D. Hablando de mentiras: te quiero menos.

Esto es poesía y de la buena, Sara.
Leerte ha sido una delicia.


Mi abrazo

¡Vaya que si es un elogio, Sara! le otorgas a la mentira la belleza incalculable de tu voz poética, tan tuya, irremediablemente tuya.... Excelente, Poeta.

Saludos y enhorabuena.

Es una gran obra este poema, lo digo yo que no entiende de nada, no se si te servirá que me haya gustado tanto, me quedo con estos versos:

Los trenes se detienen en los pasos de cebra,
toda la lluvia junta tan sólo llena un vaso,
y Ana Karenina ha vuelto a suicidarse
por enésima vez.

Un abrazo.

Muchas gracias a todos

Joan, supongo que la poesía es la única forma de ir contranatura mientras estás más en ella que nunca.

Óscar, gracias, sí me pasó la tilde. Se pueden elogiar muchas cosas, lo más oscuro también arroja luces, algunas veces.

Ramón, es muy hermoso lo que dices, todo un incentivo para seguir luchando, tan necesario en estos tiempos que la gente no se cansa de estar enfadada con el mundo.

Blanca, jeje, sí tralará. Pobre Ana, sí, aunque ella siempre será bella a mis ojos, por algo he leído ese libro nueve veces...por casualidad.

Rafael, me alegra que te gustara el poema y dejaras tu huella.

Jaume, siempre me alegro de verte, de tener tu lectura y tu aprecio.

Raúl, tienes toda la razón, no siempre cosechan, aunque algunas construyen mundos sobre el aire y hacen a los tristes más tristes entre sus propios muros.

Julio, siempre agradezco esa minuciosidad en tus valoraciones, en este caso no sé si la psicología es femenina o de todos los que desafortunadamente padecen este mal.


Alonso, si la poesía no rebasa los límites no lo hará nada, me alegro que veas ese paso de la linea común que nos lleva a todos en fila india.

Pepa, un placer contar con tu lectura.

Trystany, nada es mejor que hacer sentir, me alegro que haya sido así.

Mario, exactamente, sólo sirve para eso y sin embargo ahí sigue rodando la rueda de los ciegos que no lo son tanto.

Rafael, me alegro que te gustara el poema mentiroso, ejejeje, y de forma nada, ya quisiera, aunque en unos días me pongo, lo que tarde en salir volando, .

Valentín, no tienes remedio, me emocionas y me dejas como un tomate, es que tú siempre me miras bien, hasta cuando miento , esta mujer no existe como bien dices, somos todos en esa observación de lo que nos rodea y padecemos, unas veces queriendo y otras sin querer. Me alegra que mientas Val, por esta vez sólo, eh?

Vicente, gracias por tu paso y tu huella tan generosa.

Samantha, gracias por tu apreciación, un placer encontrarte.

Ah, Javier, yo no tengo constancia alguna de esa organización que me indicas, por favor, si eres tan amable, este tipo de consultas remítelas en un mensaje privado, ya que no tienen nada que ver con los poemas que aquí se muestran. Lamento no poder ayudarte.


Abrazos para todos

Sara

Ernesto perez escribió:Es una gran obra este poema, lo digo yo que no entiende de nada, no se si te servirá que me haya gustado tanto, me quedo con estos versos:

Los trenes se detienen en los pasos de cebra,
toda la lluvia junta tan sólo llena un vaso,
y Ana Karenina ha vuelto a suicidarse
por enésima vez.

Un abrazo.

Me sirve de mucho Ernesto, sobre todo para seguir peleándome con la palabra a pesar de que uno esté tan cansado. Gracias por venir y aportar un poco de tu sensibilidad y quedarte un ratito, Ernesto.

Un abrazo

Sara