Quién pone paz al fuego
cuando se rompen los abrazos
sin haber entregado la mirada vencida.
Tras el olvido un valle de murmullos
hace crecer montañas que quiebran los cimientos.
Un alambre estirándose las hebras
encoge los proverbios de una cumbre que se oculta en los hielos;
las luces apagadas (ya soy oscuridad),
el empeño vencido por un grito recóndito
La primera parte del poema es una bomba, amigo.
Profundidad, introspección...POESÍA
Esas dos formas de exponerlo, abren los eternos interrogantes.
En esta ocasión yo me quedo con la segunda, porque engrandece el poema; el verso con sentido propio,la individualidad dentro del conjunto, el goteo poético con su razón de ser, como es el caso, pulen el poema, lo abrillantan.
Un placer ser testigo de esta explosión poética, compañero.
Mi abrazo sincero.
Luis Oroz.