Publicado: Jue, 28 Ago 2008 15:16
Qué hermoso texto. Reitero.


Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
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Billy MacGregor escribió:Que lástima existir por si acaso,
sin haber sido nunca arena y resbalar entre las manos de alguien que te ame.
(¿Qué pensará María sentada frente al mar?)
Hoy hizo un día estupendo.
Con un Sol grande y mujeres descalzas, y niños y castillos.
Un día donde el cielo era un terreno edificable,
con nubes-ático y unos cien gramos de promesas.
Pesa una promesa. Verás.
Son tan leves.
“Perdóname...No volveré a hacerlo”
Así, susurrando.
Que lástima,
que el mejor amigo del hombre sea un perro,
y no otro hombre.
Entonces no me engañaría.
Porque volveré a hacerlo.
(Pensará, que no peso más que mis promesas,
y que me iré volando con un viento)
Y Claro que la amo.
Es María.
Eso es suficiente para que cualquiera la ame.
Cualquiera menos yo, dice María sin mirarme,
mirando el Mar, las luces de los barcos...
No, más allá del Mar, y de los barcos,
y de todo lo que uno crea que es más allá.
Más allá.
Hoy hizo un día estupendo y yo pasé de largo.
Que lástima,
que “más allá” sólo haya sitio para uno.
(A lo mejor apretados...cabe otro...),
porque va haciendo frío,
y normalmente la abrazo si hace frío.
Si no la abrazo ahora voy a morirme.
Aunque ella podría poner un poco de su parte,
y no apuntarlo todo en esa libretita.
Que poco dueño soy de mí, sin ella.
En un acto suicida,
la abrazo.
Y como “Más allá” María siempre es una sirena,
me abandono a la suerte de su instinto animal,
aunque no me lo merezca.
A María Ferreira, que es capaz de estar 157 días sin llorar.
Billy MacGregor escribió:Que lástima existir por si acaso,
sin haber sido nunca arena y resbalar entre las manos de alguien que te ame.
(¿Qué pensará María sentada frente al mar?)
Hoy hizo un día estupendo.
Con un Sol grande y mujeres descalzas, y niños y castillos.
Un día donde el cielo era un terreno edificable,
con nubes-ático y unos cien gramos de promesas.
Pesa una promesa. Verás.
Son tan leves.
“Perdóname...No volveré a hacerlo”
Así, susurrando.
Que lástima,
que el mejor amigo del hombre sea un perro,
y no otro hombre.
Entonces no me engañaría.
Porque volveré a hacerlo.
(Pensará, que no peso más que mis promesas,
y que me iré volando con un viento)
Y Claro que la amo.
Es María.
Eso es suficiente para que cualquiera la ame.
Cualquiera menos yo, dice María sin mirarme,
mirando el Mar, las luces de los barcos...
No, más allá del Mar, y de los barcos,
y de todo lo que uno crea que es más allá.
Más allá.
Hoy hizo un día estupendo y yo pasé de largo.
Que lástima,
que “más allá” sólo haya sitio para uno.
(A lo mejor apretados...cabe otro...),
porque va haciendo frío,
y normalmente la abrazo si hace frío.
Si no la abrazo ahora voy a morirme.
Aunque ella podría poner un poco de su parte,
y no apuntarlo todo en esa libretita.
Que poco dueño soy de mí, sin ella.
En un acto suicida,
la abrazo.
Y como “Más allá” María siempre es una sirena,
me abandono a la suerte de su instinto animal,
aunque no me lo merezca.
A María Ferreira, que es capaz de estar 157 días sin llorar.