Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:Hoy entré en la orfandad de tu mundo:
endurecida la seda de la esperanza
rota de seguir contra corriente.
Los ojos inquiriendo asilo a la mirada,
que, rendidos al camino, olvidaron su templo.
Las manos avanzando en un gesto baldío,
y la piel cuarteada -que llagó la indiferencia-
supuraba su miedo, en busca de otra fe
que alzase su gesto a la inquietud de la noche.

¿Cómo recuperarse de la sombra
que calcinó el verde cuando bebió el dolor,
y endureció el paisaje, haciendo azogue inútil,
acero del deseo asolando la lluvia?

Rompimos los espejos, perpetuando los rostros,
desde otra orilla donde no habita el naufragio,
sin girar nuestro rumbo para hacer del hombre, hermano,
mostrando la indolencia a la verdad de los dioses.

Acarreo tu mirada delatora en mi cuerpo,
el duro despertar hacia tus pasos,
y el obsequio del hambre, agostado tu pan,
que fue exceso de trigo en nuestra mesa.

Mientras.....,seguimos buscando al culpable

Julio González Alonso escribió:Me había despistado un poco el título. El poema, estupendo. La última estrofa de una gran hermosura y rotundidad. Un abrazo y enhorabuena.
Salud.

Ana Villalobos Carballo escribió:Querida Pilar, un hermoso peoma para remover conciencias. Loa primeros versos son de una gran sensiblidad. Estoy muy deacuerdo con el comentario que te deja Blanca. Siempre es un placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Jaume vendrell KYUSS escribió:muy bueno...cuando se trata de denunciar, aquí estoy yo alentando al grito...me ha gustado amiga...un fuerte abrazo

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Pilar Morte escribió:Hoy entré en la orfandad de tu mundo:
endurecida la seda de la esperanza
rota de seguir contra corriente.
Los ojos inquiriendo asilo a la mirada,
que, rendidos al camino, olvidaron su templo.
Las manos avanzando en un gesto baldío,
y la piel cuarteada -que llagó la indiferencia-
supuraba su miedo, en busca de otra fe
que alzase su gesto a la inquietud de la noche.

¿Cómo recuperarse de la sombra
que calcinó el verde cuando bebió el dolor,
y endureció el paisaje, haciendo azogue inútil,
acero del deseo asolando la lluvia?

Rompimos los espejos, perpetuando los rostros,
desde otra orilla donde no habita el naufragio,
sin girar nuestro rumbo para hacer del hombre, hermano,
mostrando la indolencia a la verdad de los dioses.

Acarreo tu mirada delatora en mi cuerpo,
el duro despertar hacia tus pasos,
y el obsequio del hambre, agostado tu pan,
que fue exceso de trigo en nuestra mesa.

Mientras.....,seguimos buscando al culpable

"Rompimos los espejos, perpetuando los rostros"

Un poema que va directo al corazón y ahí se queda.
Excelente, Pilar!

Un beso enorme.

J. J. M. Ferreiro escribió:Un poema grande, duro y seco; no hay tregua dentro de él. Todos los versos impresionan.

Tu poesía sube como la espuma.

Un bico

Alonso de Molina escribió:del crudo poema, destaco esta estrofa,

"Rompimos los espejos, perpetuando los rostros,
desde otra orilla donde no habita el naufragio,
sin girar nuestro rumbo para hacer del hombre, hermano,
mostrando la indolencia a la verdad de los dioses. "


con mi aplaso
te mando un abrazo

.

Antonio Justel escribió:

Pilar Morte escribió:Hoy entré en la orfandad de tu mundo:
endurecida la seda de la esperanza
rota de seguir contra corriente.
Los ojos inquiriendo asilo a la mirada,
que, rendidos al camino, olvidaron su templo.
Las manos avanzando en un gesto baldío,
y la piel cuarteada -que llagó la indiferencia-
supuraba su miedo, en busca de otra fe
que alzase su gesto a la inquietud de la noche.

¿Cómo recuperarse de la sombra
que calcinó el verde cuando bebió el dolor,
y endureció el paisaje, haciendo azogue inútil,
acero del deseo asolando la lluvia?

Rompimos los espejos, perpetuando los rostros,
desde otra orilla donde no habita el naufragio,
sin girar nuestro rumbo para hacer del hombre, hermano,
mostrando la indolencia a la verdad de los dioses.

Acarreo tu mirada delatora en mi cuerpo,
el duro despertar hacia tus pasos,
y el obsequio del hambre, agostado tu pan,
que fue exceso de trigo en nuestra mesa.

Mientras.....,seguimos buscando al culpable

... ¿ culpable...? Pilar, bellas metáforas, hermosas; unamuy buena descripción de ese acercamiento total con una segunda parte altísima; Orión

Tristany Joan Gaspar escribió:Excelente e impresionante poema.
Muy duro y emotivo.
me ha encantado.

Un fuerte abrazo

Joan

Jose Segundo Cefal escribió:Todos somos culpables.

Este final es fuerte, es aplastante, esimpresionante

---y el obsequio del hambre, agostado tu pan,
que fue exceso de trigo en nuestra mesa.

Mientras.....,seguimos buscando al culpable---

El resto del poema también lo es.
Tienes una manera peculiar e impactante de expresarte.
El besogrande para ti
José