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Re: Al otro lado

Publicado: Sab, 17 Sep 2022 13:03
por Concha Vidal
Buen día Paco, me topo con tu poema y me lo quedo un poco, lo releo y saboreo. Lo subo para recreación de los compañeros.
Abrazos mediterráneos.

Re: Al otro lado

Publicado: Sab, 17 Sep 2022 13:17
por Ana Muela Sopeña
Impresionante...

Debo leerlo más veces para poder decirte algo más.

Un abrazo
Mis aplausos
Ana

Re: Al otro lado

Publicado: Sab, 17 Sep 2022 13:29
por F. Enrique
Es recurrente acudir a la niñez para liberarnos, aunque solo sea por un momento, de las atrocidades del mundo. Puede que hasta la naturaleza cambie y no sea como antes, que nos perdamos en un camino que, de sobras, conocemos, puede que demasiadas veces estemos a solas con la poesía. No es lo que leeremos a Pavese en silencio.

Poema enorme, y no solo en extensión.

Un abrazo.

Re: Al otro lado

Publicado: Sab, 17 Sep 2022 23:03
por Mirta Elena Tessio
Francisco Lobo escribió: Dom, 25 Ene 2009 13:11 Así como si fuese en el desierto
el beso de la húmeda hierba
amando los tobillos,
miramos infinitamente unos ojos
que se vacían en nuestras pupilas.

Son dos en el espejo.

Y uno lo asume en la conciencia
como quien lleva en sus entrañas
un fruto de vociferantes lenguas
soliviando las horas, los días, los años perdidos.

La lámina imprecisa del azogue
nos devuelve de caudalosos párpados
una orquestación de risas infantiles
en la súbita aparición de amaneceres profundos.

Y de qué territorio vuelven,
cautivas en acequias de soledad,
las aguas verdecidas, los culantrillos,
las ávidas libélulas de luz,
los helechos, los frondes gorjeados
en el primaveral deleite. Llegan
sobre las huellas de un jardín remoto,
pálido reflejo,
ante una casa retornada siempre,
donde hubo felices manos
y árboles todavía sin cortar
con ramas florecidas en el infantil sueño,
siendo más fuerte que tantos llantos juntos.

Un cuerpo tierno, desnudo,
nos mira desde el otro lado del espejo
con la inquietante angustia
de quien observa un lento suicidio.

Y nosotros también desnudos, solos, lo miramos,
nos acuchillamos
clavándonos ante el espejo
sordos pronombres interrogativos en las sienes
con la terca solemnidad del escorpión rodeados de llamas.


El reflejo nos pregunta
qué hacemos adentrándonos en el borde del agua
de la lluvia inmisericorde,
con la manos vacías y un embudo sobre la cabeza.

Y no le contestamos -no sabríamos qué decir-,
y uno lo asume con la necedad
del caballo en el carrusel de feria
que avanza hacia la nada de ningún sitio.


Y él nos mira, nos mira
y se interroga – nos interrogamos-
desde el otro lado del espejo,
sobre estos ojos sin significado,
sobre este error, esta herrumbre, esta senescencia
que retuerce los labios y avienta los cabellos
mientras la humedad ahoga
las risas de nuestra niñez perdida
y la estúpida oposición de los huesos. [/size][/color]


Saludo a mis queridos amigos, siempre presentes, incluso en la ausencia.

Hola Paco, siento que el espejo es protagonista en tu poema.
Nos miramos y qué vemos? un reflejo de lo que somos, pero somos más, somos sobrevivientes de la vida
que elegimos desde otros lugar.
Es duro saber a qué vinimos a esta tierra. Es duro saber que elejimos esta experiencia. Y cuado ya terminamos de aprender, como dijera mi padre ya nos tenemos que ir, al otro lado del espejo.
Un abrazo mi querido amigo.-

Re: Al otro lado

Publicado: Dom, 18 Sep 2022 10:37
por Ramón Carballal
El otro lado del espejo abrió en ti la flor de la buena poesía. Es un poema muy logrado en todos los aspectos: ritmo, contenido y forma. Un saludo cordial.

Re: Al otro lado

Publicado: Dom, 18 Sep 2022 13:09
por Óscar Distéfano
Francisco Lobo escribió: Dom, 25 Ene 2009 13:11 Así como si fuese en el desierto
el beso de la húmeda hierba
amando los tobillos,
miramos infinitamente unos ojos
que se vacían en nuestras pupilas.

Son dos en el espejo.

Y uno lo asume en la conciencia
como quien lleva en sus entrañas
un fruto de vociferantes lenguas
soliviando las horas, los días, los años perdidos.

La lámina imprecisa del azogue
nos devuelve de caudalosos párpados
una orquestación de risas infantiles
en la súbita aparición de amaneceres profundos.

Y de qué territorio vuelven,
cautivas en acequias de soledad,
las aguas verdecidas, los culantrillos,
las ávidas libélulas de luz,
los helechos, los frondes gorjeados
en el primaveral deleite. Llegan
sobre las huellas de un jardín remoto,
pálido reflejo,
ante una casa retornada siempre,
donde hubo felices manos
y árboles todavía sin cortar
con ramas florecidas en el infantil sueño,
siendo más fuerte que tantos llantos juntos.

Un cuerpo tierno, desnudo,
nos mira desde el otro lado del espejo
con la inquietante angustia
de quien observa un lento suicidio.

Y nosotros también desnudos, solos, lo miramos,
nos acuchillamos
clavándonos ante el espejo
sordos pronombres interrogativos en las sienes
con la terca solemnidad del escorpión rodeados de llamas.


El reflejo nos pregunta
qué hacemos adentrándonos en el borde del agua
de la lluvia inmisericorde,
con la manos vacías y un embudo sobre la cabeza.

Y no le contestamos -no sabríamos qué decir-,
y uno lo asume con la necedad
del caballo en el carrusel de feria
que avanza hacia la nada de ningún sitio.


Y él nos mira, nos mira
y se interroga – nos interrogamos-
desde el otro lado del espejo,
sobre estos ojos sin significado,
sobre este error, esta herrumbre, esta senescencia
que retuerce los labios y avienta los cabellos
mientras la humedad ahoga
las risas de nuestra niñez perdida
y la estúpida oposición de los huesos. [/size][/color]


Lo que nos distingue a los poetas es la sensibilidad; y como cada sensibilidad es distinta en cada hombre, la visión de una misma realidad también es distinta. ¿Por qué son distintas las sensibilidades? ¿Por qué una sensibilidad es mayor que otra? Porque cuanto más compleja, exquisita y sutil sea la percepción de la realidad, mayor será la sensibilidad; y más aún, si se suma a ello la formación cultural e intelectual, el estudio de la preceptiva, la experiencia (lo más importante, según Rilke) dicha sensibilidad alcanza cotas que reacomodan la visión del propio lector. La lectura de un buen poema, con alto grado de sensibilidad, nos hace mejores personas y, con ayuda de la voluntad, mejores poetas.
Este poema es doloroso en su temática, pero bello en la trasmisión del sentimiento. Es lo paradójico de la poesía (que algo que duele te brinde goce estético). En la última estrofa se encuentra la razón esencial del poema: la resignación ante el tempus fugit, luego de una búsqueda del tiempo perdido, a la manera de Marcel Proust.
Para mi gusto (armonía entre fondo y forma, y la cercanía máxima entre sentimiento y razón) este es un poema para guardarlo entre los poemas de segunda, tercera, etc...., lecturas.

Siento mucha empatía por esta importante creación poética.
Óscar

Re: Al otro lado

Publicado: Dom, 18 Sep 2022 19:07
por Jerónimo Muñoz
Ya te he dicho muchas veces lo que pienso de tu poesía: es inigualable. Tanto en este más antiguo como en los ultimos que has colgado.No puedes ascender más porque estás en la cima. Lo mereces.
Un abrazo.

Jerónimo