Editorial Alaire

Jerónimo Muñoz escribió:Tú lo dices todo. Y si quedaba algo, una puerta que abrir o que cerrar, Octavio Paz la abre, la cierra y entroniza tu palabra. Digna de un trono es, que leguas hay que caminar para hallar posada tan lujosa. Pura delicatessen la poesía que ofreces, J. J. Poesía para paladares vírgenes de prosa y para mentes abiertas a la intuición de lo incomprensible. No sé si yo, como lector, alcanzo (que va a ser que no) esas alturas, pero quedo entusiasmado y, sobre todo, lo más importante, emocionado. Esa era mi meta cuando entré a leerte, y la alcancé.

Gracias por escribir de esta manera que nos redime (o, al menos y con seguridad, me redime).

Un abrazo.

Luis Oroz escribió:Qué bien despliegas la esencia de ese mundo absolutamente real, en filosofía creo que la tendencia ahora es abrir el pensamiento desde el desconocimiento físico, o sea desde la imaginación.
Tal vez porque todo lo imaginado, de alguna forma, siempre estuvo ahí, en nuestro incosciente.

Tú te revelas sublimando la falla transformante de los significados.

Hay que suplir esas carencias, tu verso lo deja meridianamente claro, lo que no puede decirse de otro modo.
La poesía se descubre como el modo más exacto de afrontar lo imposible, desde ahí, las posibilidades son infinitas.
Chapeau! para tu manera de versar, amigo, para ese derroche de facultades poéticas que siempre nos regalas.

Un abrazo, compañero.

Luis Oroz.

Ricardo Serna G escribió:J. J. M. Ferreiro,

Imagen y poesía
imaginación y poeta
en su nivel supremo


te felicito



Un abrazo fuerte, maestro

Rafel Calle escribió:

J. J. M. Ferreiro escribió:"En el poema el lenguaje recobra su originalidad... . La palabra, al fin en libertad,
muestra todas sus entrañas, todos sus sentidos y alusiones.”
Octavio Paz: "El arco y la lira"

Con los dedos lamidos en la llaga del cántico,
hombres y dioses… tiempo.
Donde sujeta la memoria la palabra ocelada,
donde un hálito agita el centelleo de sus enervados triunfos,
allí arde la indefinible llama en duplicada voz
y la potencia verde-mar luce su trascendente;
allí, encorvada sobre el delirio,
una crecida sombra cruza los filamentos de la luz;
allí borbotea el absoluto en la otredad de su expansión.

Con dedos sangrientos devienes el cántico en un cristal de tensos mitos.
Tú te revelas sublimando la falla transformante de los significados.

Duele la inaccesible idea de cercenados miembros
y duele la pleamar de la sangre
más allá de las semejanzas
… sobre la imaginación.

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Ferreiro en todo su apogeo y, naturalmente, una sucesión de imágenes fantásticas y bellísimas, que arden como antorchas en las referencias del poema, sublimadas las llamas al esplendor de una trepidante estela lírica.
Ha sido un placer leerte, querido amigo. Felicidades.
Te mando un fuerte abrazo.

Tristitia Marisol escribió:Me han impactado las imágenes que dibujas, tan bien logradas. Se me hace difícil decidirme por algunos versos, creo que todos tienen gran contenido.
Tiene algo -o mucho- que me hizo leerlo unas cuantas veces.
Un enorme placer haberte visitado.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Vaya manjar lírico que disfruto a morir!

Enhorabuena, Ferreiro. Prometo volver para comentar este ejercicio de poesía como debe ser.

Hallie

Ramón Carballal escribió:Versos deslumbrantes, J.J. Creo que la imaginación forma parte intrinsceca de tus poemas. Magnífico trabajo. Unha aperta.

Jaume vendrell KYUSS escribió:joder colega...tu y tu imaginación...cada cosa que te leo me deja alucinado...cojonudo...un abrazo maldito, de esos...

J. J. M. Ferreiro escribió:"En el poema el lenguaje recobra su originalidad...
La palabra, al fin en libertad,
muestra todas sus entrañas,
todos sus sentidos y alusiones.”
Octavio Paz: "El arco y la lira"

Con los dedos lamidos en la llaga del cántico,
hombres y dioses… tiempo.
Donde sujeta la memoria la palabra ocelada,
donde un hálito agita el centelleo de sus enervados triunfos,
arde la indefinible llama en duplicada voz
y la potencia verde-mar luce su trascendente.
Allí, encorvada sobre el delirio,
una crecida sombra cruza los filamentos de la luz.
Allí borbotea el absoluto
en la otredad de su expansión.

Con los dedos sangrientos
devienes el cántico en un cristal de tensos mitos.

Duele la inaccesible idea de cercenados miembros
y duelen las mareas
más allá de las semejanzas
… sobre la imaginación.