re: Madre, hoy te hablo de nuestra casa
Publicado: Dom, 18 Ene 2009 21:33
una mirada restrospectiva
emotiva y sugerente
aplausos para ti querido poeta
.
emotiva y sugerente
aplausos para ti querido poeta
.
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Gracias, Rafael, por tu generoso comentario. Un fuerte abrazo.Rafel Calle escribió:Un hermoso trabajo, querido amigo Ramón, presidido por la gran imaginería metafórica que te caracteriza.
La emotividad está garantizada en la textura del motivo que ampara el poema.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un fuerte abrazo.
Un abrazo, Luis, y mi agradecimiento por tus amables palabras.Luis Oroz escribió:Un poema que traspasa realidades, la mente tiene el poder de incrementar los sentidos.
A través de ella los recuerdos forman una y otra vez el mundo, ese mundo que solo cabe en un poema.
Precioso y sensorial.
Con esa originalidad que siempre te acompaña.
Un abrazo.
Luis Oroz.
Ramón Carballal escribió:
¿Qué fue de las agujas y de su pequeño sol que mira al oriente?
Un pedazo de luz gatea en los abismos del almanaque,
los dorados sobreviven y la puerta es un gong de piratas
(a través de la mirilla, reja de azar, contamos los dientes
de esa columna llamada caracol), están aquí mis pies,
mis pobres sedimentos que no gustan de geometrías,
nuestra casa tiene la deformidad propia de los sueños,
lo que es no es(ella hundió tres dedos en la pared malva
y los perdió. Como curiosa arcilla cada mueble responde al tacto
aún después del incendio de la sobremesa esférica).
Tú no ignoras que me debo al santuario de las robustas alacenas de estaño,
a las imágenes que rebotan en fotografías-o trípticos-de una niñez ambigua,
pero no te inquietes, yo ya sé del laberinto y sus engaños,
del acre de las violas que maltratan tus cejas.¿Qué decir
de los juegos, tan distintos, tan iguales a un músculo ausente?
Madre, tus pequeños ojos se parecen a la bondad,
son redondos como las noches frías del sátrapa.
Gracias, Pilar, por dejar tu huella. Un abrazo.Pilar Morte escribió:Me gustó tu poema. Aplausos
Un abrazo
Pilar
Gracias, por tu interesante comentario, Julio. Un abrazo.Julio González Alonso escribió:Estupendo poema repleto de imágenes que se pueden recuperar como de un sueño, de los recuerdos deformados de la infancia, pero recreadas aquí con una intencionalidad precisa y algunas claves que se me escapan, mensajes encriptados que remito a experiencias personales y las hago mías en el recuerdo de mis propias experiencias. Supongo que así se hacen los poemas y se rehacen en cada lectura. Enhorabuena, Ramón.
Salud.
Muchas gracias, querido amigo. Un abrazo.Alonso de Molina escribió:una mirada restrospectiva
emotiva y sugerente
aplausos para ti querido poeta
.
Gracias, Iben, eres muy amable. Un abrazo.Iben Xavier Lorenzana escribió:.
Tú no ignoras que me debo al santuario de las robustas alacenas de estaño,
a las imágenes que rebotan en fotografías-o trípticos-de una niñez ambigua,
pero no te inquietes, yo ya sé del laberinto y sus engaños,
No lo habia visto. Sabes dibujar ciertas historias como nadie. Es todo un viaje. Enhorabuena Ramon.
Iben Xavier
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Son unas palabras muy bonitas, Sara. Gracias por ellas. Un abrazo.Sara Castelar Lorca escribió:Cada vez estoy más convencida de que tu poesía está tocada por ese extraño don que hace de todo cuanto nos rodea un destello poético. Tus textos son un claro ejemplo de que la visión poética sobrepasa cualquier límite, por muy alto o bajo que esté, de hecho cada verso de este poema es un renglón con los pies en la tierra, pero envuelto en la magia que no lo hace distinto a todo, igual a todo lo que importa.
Un abrazo
Sara
Gracias, Emilio, sé que estás ahí aunque no te hagas notar.También sé que te defines como buen lector pero yo te prefiero como poeta. Me encantaría leer de nuevo poemas tuyos. Un fuerte abrazo.Emilio Aparicio escribió:Ramón Carballal escribió:
¿Qué fue de las agujas y de su pequeño sol que mira al oriente?
Un pedazo de luz gatea en los abismos del almanaque,
los dorados sobreviven y la puerta es un gong de piratas
(a través de la mirilla, reja de azar, contamos los dientes
de esa columna llamada caracol), están aquí mis pies,
mis pobres sedimentos que no gustan de geometrías,
nuestra casa tiene la deformidad propia de los sueños,
lo que es no es(ella hundió tres dedos en la pared malva
y los perdió. Como curiosa arcilla cada mueble responde al tacto
aún después del incendio de la sobremesa esférica).
Tú no ignoras que me debo al santuario de las robustas alacenas de estaño,
a las imágenes que rebotan en fotografías-o trípticos-de una niñez ambigua,
pero no te inquietes, yo ya sé del laberinto y sus engaños,
del acre de las violas que maltratan tus cejas.¿Qué decir
de los juegos, tan distintos, tan iguales a un músculo ausente?
Madre, tus pequeños ojos se parecen a la bondad,
son redondos como las noches frías del sátrapa.
Ramón, que no publique mucho no significa que haya dejado de leeros. Tu poesía está, siempre, entre mis letras de cabecera. Un abrazo, poeta.
Muchas gracias, Aubriel, por tu generoso comentario. Un beso.Aubriel Camila de la Prad escribió:¡Qué bárbaro! ¿Cómo se hace para escribir un poema así?
Me dejaste muda así que aplaudo este poemazo.
Besos y mis felicitaciones.
Ramón Carballal escribió:
¿Qué fue de las agujas y de su pequeño sol que mira al oriente?
Un pedazo de luz gatea en los abismos del almanaque,
los dorados sobreviven y la puerta es un gong de piratas
(a través de la mirilla, reja de azar, contamos los dientes
de esa columna llamada caracol), están aquí mis pies,
mis pobres sedimentos que no gustan de geometrías,
nuestra casa tiene la deformidad propia de los sueños,
lo que es no es(ella hundió tres dedos en la pared malva
y los perdió. Como curiosa arcilla cada mueble responde al tacto
aún después del incendio de la sobremesa esférica).
Tú no ignoras que me debo al santuario de las robustas alacenas de estaño,
a las imágenes que rebotan en fotografías-o trípticos-de una niñez ambigua,
pero no te inquietes, yo ya sé del laberinto y sus engaños,
del acre de las violas que maltratan tus cejas.¿Qué decir
de los juegos, tan distintos, tan iguales a un músculo ausente?
Madre, tus pequeños ojos se parecen a la bondad,
son redondos como las noches frías del sátrapa.