Publicado: Sab, 17 Ene 2009 13:46
Muchas gracias, Luis, por tus palabras, por la cercanía y por valorar mi texto. Un gusto tu visita.
Un abrazo fraterno, Benjamín.
Un abrazo fraterno, Benjamín.
Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
https://foro.editorialalaire.es/
Benjamín León escribió:Inevitable el frío encanto de la nieve,
el clima evaporado en chimeneas
y la tiniebla de la voz.
Las jaulas que se extienden con el viento
anuncian todas las preguntas,
la noche casi pálida,
el tiempo de astronómico retorno
y el juicio verdadero de los niños
que bajo el mismo viento duermen.
El llanto forma usanzas lúgubres
y entonces los caballos
avanzan en galope ciego,
se quiebran los insectos de la edad
y surge así el otoño.
En todo este martirio la palabra
abre sus letras vírgenes
que bajan despobladas a mis uñas
para escribir la muerte.
Jamás imaginé la aguja del silencio
quebrándose en los meses del ayer
o sobre el día
que ocurre desolado.
Esta es al fin la cuerda floja,
el pánico del mundo
llevándote a su grito.
Jamás imaginaste la cárcel del jardín,
ni sus barrotes húmedos en llanto,
ni su invisible cruz
que arrastra todo el tiempo.
Preferible es callar cuando es de noche
y oír casi dormidos el pulso de la nieve.
Apreciado Benjamin, tu poema no es un buen poema es excelente. El ritmo, el juego de imágenes y el vuelo digno de un talento innato. Un abrazo, EduardoBenjamín León escribió:Inevitable el frío encanto de la nieve,
el clima evaporado en chimeneas
y la tiniebla de la voz.
Las jaulas que se extienden con el viento
anuncian todas las preguntas,
la noche casi pálida,
el tiempo de astronómico retorno
y el juicio verdadero de los niños
que bajo el mismo viento duermen.
El llanto forma usanzas lúgubres
y entonces los caballos
avanzan en galope ciego,
se quiebran los insectos de la edad
y surge así el otoño.
En todo este martirio la palabra
abre sus letras vírgenes
que bajan despobladas a mis uñas
para escribir la muerte.
Jamás imaginé la aguja del silencio
quebrándose en los meses del ayer
o sobre el día
que ocurre desolado.
Esta es al fin la cuerda floja,
el pánico del mundo
llevándote a su grito.
Jamás imaginaste la cárcel del jardín,
ni sus barrotes húmedos en llanto,
ni su invisible cruz
que arrastra todo el tiempo.
Preferible es callar cuando es de noche
y oír casi dormidos el pulso de la nieve.
Sara Castelar Lorca escribió:Como todos tus poemas, porque ellos forman parte de ti y ellos en ti se encuentran una vez los lanzas a caminar por el mundo, aparecen símbolos que reiteradamente acuden a vestir tus letras, tu profunda mirada hacia las orillas de cada sentimiento cuando es llevado a sus límites. El frío arrasador y doloroso, la memoria, el duelo, los caballos, la noche y sus mentiras...todo un mundo que se crece en la tiniebla a veces real y a veces imaginaria de los caminan por las orillas del aire o la nada, en muchas ocasiones.
Impecable, armonioso y bello, se va haciendo fuerte a medida que avanza, ya que en su trascurso uno va siendo consciente de lo fácil que es el derrumbe cuando la casa se edifica sobre arena.
En cuanto al ritmo y las formas, ya sabes, me quito el sombrero, o cualquier otra cosa...jeje.
Lo demás es que te amo y que hoy podriamos ir al cine, verdad?
Un besito
Sara
Benjamín León escribió:Inevitable el frío encanto de la nieve,
el clima evaporado en chimeneas
y la tiniebla de la voz.
Las jaulas que se extienden con el viento
anuncian todas las preguntas,
la noche casi pálida,
el tiempo de astronómico retorno
y el juicio verdadero de los niños
que bajo el mismo viento duermen.
El llanto forma usanzas lúgubres
y entonces los caballos
avanzan en galope ciego,
se quiebran los insectos de la edad
y surge así el otoño.
En todo este martirio la palabra
abre sus letras vírgenes
que bajan despobladas a mis uñas
para escribir la muerte.
Jamás imaginé la aguja del silencio
quebrándose en los meses del ayer
o sobre el día
que ocurre desolado.
Esta es al fin la cuerda floja,
el pánico del mundo
llevándote a su grito.
Jamás imaginaste la cárcel del jardín,
ni sus barrotes húmedos en llanto,
ni su invisible cruz
que arrastra todo el tiempo.
Preferible es callar cuando es de noche
y oír casi dormidos el pulso de la nieve.