Editorial Alaire

Blanca Sandino escribió:"Es así la salada médula de la congoja.
Es como un humo que socaba el aire y acrecienta lo ilimitado.
Es la ruina triunfante bajo la hechicería de las flores,
sus seductores pétalos retuercen la imaginación
mientras el aroma se coagula al sol de medianoche."

Quizá para comprender cuánto de cierto tiene esa estrofa para quienes conocen cuánto dolor puede acumular un ser humano, baste con dejarse seducir por sus paradojas, muy brillantes por cierto:

el humo socaba el aire
acrecentar lo que ya es ilimitado
las flores nos hechizan para ocultarnos que bajo ellas, sólo hay 'cucho'
y su aroma se cuagula bajo un sol que en realidad, es luna.

El dolor del espíritu es como un absceso: para combatirlo, la palabra se torna defensa.

Aplausos, J.J. Muchos.

Blanca

Pilar Morte escribió:Se siente una honda tristeza emanada de tus versos.
Un poema profundo. Me gustó mucho
Un abrazo
Pilar

Iben Xavier Lorenzana escribió:Pero hay recorridos, profundas interioridades
donde la sangre
se ciñe definida, calando el cielo del espejo


Realmente en esos recorridos todos nos quedamos atrapados. Un placer esta lectura. Enhorabuena.

Iben Xavier

J. J. M. Ferreiro escribió:Hay trampas de realidad que no pueden cuajarse en la estirpe que las contiene,
por ejemplo:

Trae la aurora, hechos a sí mismos, el blanco universal,
la madurez del entusiasmo y la esperanza concluida,
todo gravemente preciso.

Se allega a tu costado un lugar donde abrazo al fin el bosque mío,
y es un fanal mi cuerpo, la llama prendida de ti.

Lleva la noche un animal voluptuoso,
la sinfonía
de lo que viene vaheando en los sueños.

Pero hay recorridos, profundas interioridades
donde la sangre
se ciñe definida, calando el cielo del espejo.
Algo así como cuando cae la estrella de la muerte
y la jornada vierte la luz de sus prostíbulos.
Es así la acerada médula de la congoja.
Es como un humo que socaba el aire y acrecienta lo ilimitado.
Es la ruina triunfante bajo la hechicería de las flores;
sus seductores pétalos retuercen la imaginación
mientras el aroma se coagula al sol de medianoche.

Es el mar quien concibe a todos los navíos.
Pero es el hierro de los vientos
el que abre la espiral de los naufragios.
¿Cuándo es el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra?

J. J. M. Ferreiro escribió:Hay trampas de realidad que no pueden cuajarse en la estirpe que las contiene,
por ejemplo:

Trae la aurora, hechos a sí mismos, el blanco universal,
la madurez del entusiasmo y la esperanza concluida,
todo gravemente preciso.

Se allega a tu costado un lugar donde abrazo al fin el bosque mío,
y es un fanal mi cuerpo, la llama prendida de ti.

Lleva la noche un animal voluptuoso,
la sinfonía
de lo que viene vaheando en los sueños.

Pero hay recorridos, profundas interioridades
donde la sangre
se ciñe definida, calando el cielo del espejo.
Algo así como cuando cae la estrella de la muerte
y la jornada vierte la luz de sus prostíbulos.
Es así la acerada médula de la congoja.
Es como un humo que socaba el aire y acrecienta lo ilimitado.
Es la ruina triunfante bajo la hechicería de las flores;
sus seductores pétalos retuercen la imaginación
mientras el aroma se coagula al sol de medianoche.

Es el mar quien concibe a todos los navíos.
Pero es el hierro de los vientos
el que abre la espiral de los naufragios.
¿Cuándo es el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra?

Alonso de Molina escribió:todo el poema te acongoja
pero el final parálisis

[BLOCKQUOTE]¿Cuándo es el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra? [/BLOCKQUOTE]

yo ya estoy cebando el mojito y la yerbabuena!!

.

Óscar Distéfano escribió:Interesante poema, en estructura y mensaje.
Me lo llevo para unas relecturas, estimado.
Enhorabuena.

Saludos cordiales.
Óscar

Óscar Bartolomé Poy escribió:

J. J. M. Ferreiro escribió:Hay trampas de realidad que no pueden cuajarse en la estirpe que las contiene,
por ejemplo:

Trae la aurora, hechos a sí mismos, el blanco universal,
la madurez del entusiasmo y la esperanza concluida,
todo gravemente preciso.

Se allega a tu costado un lugar donde abrazo al fin el bosque mío,
y es un fanal mi cuerpo, la llama prendida de ti.

Lleva la noche un animal voluptuoso,
la sinfonía
de lo que viene vaheando en los sueños.

Pero hay recorridos, profundas interioridades
donde la sangre
se ciñe definida, calando el cielo del espejo.
Algo así como cuando cae la estrella de la muerte
y la jornada vierte la luz de sus prostíbulos.
Es así la acerada médula de la congoja.
Es como un humo que socaba el aire y acrecienta lo ilimitado.
Es la ruina triunfante bajo la hechicería de las flores;
sus seductores pétalos retuercen la imaginación
mientras el aroma se coagula al sol de medianoche.

Es el mar quien concibe a todos los navíos.
Pero es el hierro de los vientos
el que abre la espiral de los naufragios.
¿Cuándo es el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra?

Unos versos muy sugerentes, preñados de oscuras metáforas que bucean en el dolor y en la desolación. Destacaré, por su fuerza expresiva: "la jornada vierte la luz de sus prostíbulos".

Saludos, J. J. M. Ferreiro.

Tristany Joan Gaspar escribió:Excelente poema. Me ha encantado.
Eres grande.

Un abrazo

Joan

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Es el mar quien concibe a todos los navíos.
Pero es el hierro de los vientos
el que abre la espiral de los naufragios.
¿Cuándo es el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra?

¡Qué maravilla este poema!
No me alcanzan las palabras así que ... te aplaudo, poeta, te aplaudo fuerte.

Besos desde Bs. As.

Ramón Carballal escribió:Brillante poema, J.J. Tu estilo tan personal cuajado de extraordinarias imagenes es toda una delicia. Unha aperta.