Horacio O'Clock escribió: ↑Lun, 08 Dic 2025 21:32
Un sueño afilado perfora la vigilia.
La vigilia, retratada por Piranesi
como una escalera, sube y baja
a ninguna parte al mismo tiempo.
El tiempo pasa veloz dejando la estela
de un tren que, inexorable, se dirige
a las fauces de un glotón horizonte.
Al horizonte le desconcierta
que por su asfalto circule un universo
habitado por centauros.
Los centauros esparcen su dantesco semen
por las paredes de las Casas Blancas.
Las Casas Blancas son las puertas de entrada
a las tinieblas que apestan a cada paso
al descender por los nueve círculos
del infierno, que impondrán todos los tiempos
y todos los universos en la tierra.
La tierra está habitada por una amalgama
de apretadas, hormigueantes y exprimidas almas
que cuando respiran, por sus pulmones
desciende la muerte tan callando.
La callada muerte está bordando
su infame lienzo final de incendio,
veneno y puñal, de escorpión, buitre
y serpiente, de bestia rampante
y monstruo chillón, que de buen grado
hará de la tierra un despojo. -¡Cuánta rabia!,
que de llanto se cargan mis ojos.
Mis ojos - envidio a los seres invisibles -
son dos velas encendidas soñando
mordeduras y patíbulos, mas también besos.