Lágrimas analógicas

[Raul Muñoz]

Bello soneto, Alberto. Ha sido un placer leerte.

Da que pensar el planteamiento. Señalas el algoritmo propio que funciona cuando escribimos un texto en el ordenador, que puede incluso decir lo que en una relación presencial no diríamos por temor. Hay un límite en la máquina, puede que también en el cerebro. La cuestión es si la Conciencia está más allá de la tecnología, también del cerebro, y la misma estructura del lenguaje. Si fuera así, habría que encontrar en ella nuestra humanidad, no en un desarrollo de la tecnología, tal desarrollo solo puede ser un vehículo, una herramienta que nos sirva, sabiéndola utilizar, para nuestro bienestar. Sin embargo, tal y como se suceden los acontecimientos, más bien parece que se hace la interpretación contraria, o resulta que en realidad nada o muy poco comprendemos sobre nuestro propio cerebro, lenguaje, mente y consciencia, y menos aún sobre la Conciencia.

Tal y como lo veo, la expresión más pura de lo que somos, el amor, la compasión, en esas lágrimas analógicas, naturales, no artificiales, sería la misma Conciencia, eso que somos.

Abrazos.